La encuesta ENSIN sobre la situación nutricional de la población colombiana (y sus determinantes socioeconómicos) es un instrumento fundamental para diseñadores de política pública e investigadores sociales. La última versión de la encuesta, algunos de cuyos resultados principales se resumen a continuación, contiene varias novedades que la hacen única en América Latina: mide el juego activo en prescolares y el tiempo excesivo frente a pantallas en escolares y adolescentes (más de dos horas diarias), estima el cumplimiento de las recomendaciones de actividad física en adultos, recolecta información sobre ingesta dietética en todos los grupos poblacionales, mide la vitamina D y el yodo en la orina y contiene además un componente cualitativo.
Los resultados muestran, inicialmente, una disminución notable de la baja talla para la edad (desnutrición crónica) en menores de 5 años (ver gráfico). Este indicador pasó de 13,2% en 2010 a 10,8% en 2015. La baja talla para la edad también disminuyó en escolares y adolescentes. Más allá de la encuesta ENSIN, cabe resaltar la mejoría sistemática de la mayoría de los indicadores de salud en el país: la mortalidad infantil, la mortalidad materna, el embarazo adolescente y ahora la desnutrición.
Los resultados muestran, de otro lado, un aumento en el exceso de peso en todos los grupos poblacionales (ver gráfico). En adultos, el aumento es sustancial. La población adulta con exceso de peso pasó de 51,2% en 2010 a 56,4% en 2015. Aunque todavía los niveles observados están lejos de los prevalecientes en México (64,4%) y Estados Unidos (67,3%), la tendencia es preocupante.
Por último, los resultados señalan un aumento en la prevalencia de inicio temprano de la lactancia materna, una disminución en el tiempo la lactancia exclusiva (pasó de 47% en 2005 a 36% en 2015), un aumento leve e insuficiente en la actividad física en tiempo libre y un tiempo excesivo frente a pantallas en escolares y adolescentes (ver gráfico).
Con todo, los resultados llaman la atención sobre la necesidad de reforzar las políticas públicas para combatir la obesidad y el sobrepeso: impuestos, etiquetado, promoción de normas sociales, ciudades saludables, etc. El debate no da espera.