“el principio de unidad nacional no debería recaer en una institución como la Presidencia de la República ni la Constitución debería decir expresamente que el Presidente simboliza la unidad nacional, pues cuestiones como la polarización y la representación limitada hacen que en la realidad esto no se vea materializado.”
La unidad nacional es un concepto del constitucionalismo que hace alusión a que una nación está cohesionada e integrada en un solo ente político cuya finalidad es promover la convivencia pacífica y el respeto entre las diferentes regiones de un Estado. Cuenta la historia que, por ejemplo, en países europeos o monárquicos, el principio de unidad nacional recae sobre la Corona, que la presiden el Rey o la Reina, quienes son justamente los que simbolizan la unidad de la nación. Los ejemplos más latentes que podría mencionar en la actualidad son el caso de España con el Rey Felipe VI o Reino Unido con el Rey Carlos III.
Gracias a este principio es que se mantiene la indivisibilidad del territorio, pues si bien en todos los países hay regiones que se diferencian del resto de la nación, es este principio el que los coacciona a permanecer en unidad territorial y política.
Colombia cuenta con este principio gracias al artículo 188 de la Constitución Nacional, que reza, entre otras cosas, que el Presidente de la República simboliza la unidad nacional. Con esto, se quiere decir que tenemos una identidad compartida que trasciende más allá de nuestras diferencias étnicas, regionales y culturales, intentando formar así un sentido de pertenencia total sobre la patria. No obstante, creo que este principio no debería recaer en el Presidente, pues la figura presidencial, por sí sola, nunca logrará representar la totalidad de la nación. Para ello, me permitiré esbozar 3 criterios que hacen nocivo que la unidad nacional se conciba como se concibe como hoy en día lo hacemos.
En primer lugar, para nadie es un secreto que el Presidente de la República es un sujeto político por excelencia. Sin embargo, nuestra política siempre ha estado enmarcada por altos índices de polarización. En ese sentido, como no todo el mundo se ve reflejado en X o Y presidente, pues materialmente se hace imposible que aquello se cumpla.
En segundo lugar, en caso de haber una unidad, dicha unidad sería parcial, pues nada más contemplaría a los electores que eligieron en las urnas mediante voto popular a X o Y candidato.
En tercer lugar, la unidad nacional se enfrenta a enormes retos como la desigualdad, la violencia y la desconfianza institucional que podrían, eventualmente, fomentar el separatismo. Así, este principio debería recaer sobre una institución plural de personas de todas las regiones de Colombia que material, formal y simbólicamente representen la unidad de la nación.
En definitiva, el principio de unidad nacional no debería recaer en una institución como la Presidencia de la República ni la Constitución debería decir expresamente que el Presidente simboliza la unidad nacional, pues cuestiones como la polarización y la representación limitada hacen que en la realidad esto no se vea materializado.
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