Reinventar la educación

Después de los resultados de las Pruebas Saber sentí desconcierto, el departamento quedó en el puesto número 16 retrocediendo tres puntos, y me pregunté, ¿será la inversión, o la cobertura? ¿Qué ha pasado con la calidad educativa en un gobierno cuyo objetivo fue, precisamente, la educación?

Después de los resultados de las Pruebas Saber sentí desconcierto, el departamento quedó en el puesto número 16 retrocediendo tres puntos, y me pregunté, ¿será la inversión, o la cobertura? ¿Qué ha pasado con la calidad educativa en un gobierno cuyo objetivo fue, precisamente, la educación?

Los datos de cobertura en la básica primaria y secundaria están en un ciento por ciento, según la Secretaría de Educación de Medellín. Para 2014 se ubicó en 119,7 % en primaria y 112,5 % en secundaria.

En cuanto a la  inversión en 2014, se aumentó de forma significativa el Fondo Medellín Ciudad para la Vida, que cuenta con recursos por 1,4 billones de pesos, resultantes de la fusión UNE- Millicom. De esa cifra, se ha destinado a  la educación 400.000 millones de pesos.

Según la RAE “educar”  se define o se asocia con estos verbos: dirigir, encaminar, doctrinar. Un concepto que para mí debería reinventarse  porque el mundo demanda nuevas formas de enseñar. ¿Será ese el problema?, ¿la forma cómo se transmite el conocimiento? Cuando se concibe la educación como una institucionalización, entre muros tanto físicos como mentales, se deja  a un lado ese significado universal que solo le deja la “tarea” a la escuela.

Mientras la ciudad avanza en tecnología e infraestructura, la educación se va quedando atrás. En la actualidad aún contamos con un modelo educativo que poco ha avanzado desde hace 50 años, creando jóvenes “obreros” sin mérito para la investigación, la convivencia, la participación y la cultura; esto sin mencionar la numerosa población que se queda sin acceder a la educación superior. Invertir en educación no nos hace una ciudad más educada, hay que ir más allá del significado y entender la educación como una herramienta para el cambio social, dado que sus múltiples didácticas y su pedagogía hacen de esta un arte.

Hay que tener en cuenta que no solo se enseña con conceptos técnicos sino en el “ser”, y esto es lo que se ha perdido en los sistemas educativos.

La educación tradicional (educación memorística) no le facilita al estudiante realizar una realimentación que le permita ir más allá, ya que lo considera como un objeto de aprendizaje, que solo recibe información. Y, es por esto que con este tipo de metodologías el sujeto se enfrenta a un mundo lleno de información que debe ser recibida, aplicada y contextualizada, no simplemente transmitida.

Esto lleva a un desequilibrio social, que exige nuevas propuestas para lograr una educación más efectiva que no solo permita concebir conocimientos sino apropiarlos, cuestionarlos y expandirlos dejando a un lado al estudiante como un simple receptor y considerándolo ahora como un creador de conocimiento. Un conocimiento a disposición de todos, que influya en el entorno, transformándolo y generando un cambio social.

Paulo Freire en una de sus citas indica «La alfabetización no es un juego de palabras, sino la conciencia reflexiva de la cultura, la reconstrucción crítica del mundo humano, la apertura de nuevos caminos, el proyecto histórico de un mundo común, el coraje de decir su palabra».

El hombre es producto de lo que vive y aprende, por esto mi postulado de reinventar la educación, porque esta no solo se basa en los tecnicismos sino en la persona. Por qué no enseñar en competencias de liderazgo, de negociación, de innovación; enseñar a controlar las emociones, a tener buenas relaciones interpersonales, a educar en el “ser” y no tanto en el hacer, porque es el “ser” quién, después de todo, se enfrenta a esta jungla de cemento.

No estoy queriendo decir que dejemos a un lado los conceptos y las teorías, sino complementarlas, irnos a la realidad, a la experiencia. Replantear la concepción de educador como un facilitador, un conciliador porque el aula de clase no solo es para dar a conocer miles de tesis, sino que a través de ellas se refleja un contexto, el tuyo y el mío. Aquel que se puede nutrir con más conocimiento generado desde el estudiante para el otro y que se pone de manifiesto para la sociedad.

Espero que los nuevos gobernantes se preocupen por este concepto, el cual también hace parte de eso que llamamos “innovación”. Antioquia la más educada debe reafirmarse, no en estadísticas, sino en la satisfacción de su población. La educación puede ser la solución a muchos problemas que nos aquejan, pero hay que replantearla en muchos aspectos, desde la institucionalización hasta el educador.

Alejandra Mejía Bedoya

Estudiante de comunicación social de la Fundación Universitaria Luis Amigó. Apasionada por la literatura y el periodismo, con espíritu travieso (NATUSAN).
Creo en lo imposible porque de lo posible ya se ha hablado demasiado.

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