El último libro del escritor y profesor huilense radicado en Bogotá Juan Álvarez Gámez, es un retrato literario (¡ojo, es un libro de no ficción) de originalidad fascinante y que escandaliza, pero que se vuelve necesario retratando desde una manera punzante la crisis e incluso cuestionando la existencia y utilidad del aparato judicial colombiano, no sin dejar de lado la responsabilidad del periodismo y la sociedad en esa situación; pero que al mismo tiempo retrata sin idolatrías ni mesianismos -que son tan comunes en estos días en la opinión pública- las luces de una ética, sabiduría e integridad cada vez más en vía de extinción. Un libro que me toca las fibras, y que me habla como hablaría de la verdad. Pocos libros
SALVAGUARDA LEGAL
El presente artículo está amparado por el artículo 20 de la Constitución Política y por el artículo 13 de la Ley 1909 de 2018 o Estatuto de Oposición.
SALVAGUARDA INSTITUCIONAL
Como estudiante activo de la Sede Central de la Escuela Superior de Administración Pública-ESAP, apoyo de manera irrestricta el proceso de Asamblea General Permanente realizado desde el pasado 20 de septiembre. No obstante, mis opiniones, comentarios y precisiones obedecen a mis derechos políticos como persona y ciudadano colombiano, ante los cuales no sigo más jerarquías que lo que me piden la Ley, la ética profesional y las directrices doctrinarias que sigo en mi colectividad política. Colombia es una sola, la ESAP es de TODOS los colombianos. La ESAP es azul como el cielo que nos cubre a todos en el suelo de la Patria.
“En el servicio público lo que está en juego es el dinero y las armas”
Frase mexicana anónima citada por Juan Álvarez Gámez.
“Luego de escuchar el repaso de los desastres del gobierno de Sánchez, me hago la siguiente pregunta: ¿Qué y quiénes están detrás de la subida de personajes tan mediocres y de tan mala reputación llevándolos a alcanzar tanto poder por años? No es solo la torpeza de un pueblo y de sus dirigentes lo que hace que todo un país caiga tan bajo, tienen que haber otros factores internos y externos los que juegan un papel decisivo no solo para encaramarlos sino para mantenerlos ahí permitiéndoles cometer las mayores fechorías en nombre de una falsa democracia. Indagando por ahí se podría comenzar a socavar esa podrida estructura de poder”.
Oscar Salas, artista plástico y analista de opinión.
“La Justicia que un miserable invoca desde el lagar donde lo prensa su infortunio, no se parece a la Justicia que administra, entre códigos, un magistrado rubicundo”
“¿Proponer soluciones? ¡Como si el mundo no estuviese ahogándose en soluciones”
“Quienes hablan de una justicia más encumbrada y linajuda, se dejan engañar por soflamas pías, por escrúpulos éticos, o por los bienes corpóreos que persiguen”
“[…] conforme a cierta definición ilustre, la justicia consiste en dar a cada cual lo suyo, es decir: en respetar el derecho válido que cada cual posee. La justicia solamente logra proporcionar lo que conmuta y distribuye, como lo mide con la regla de derecho. La justicia no pesa, ni reparte, sino registra y confirma. La justicia no es tabla trascendente de derechos, sino la obligación suprema de ser fieles al convenio concluido y a los derechos engendrados. Lo justo no resulta de intuición de una esencia, ni surge en una emoción peculiar, ni es obediencia a determinadas normas. Justo es el acto de quien hace lo propio, de quien atribuye a cada quien lo suyo, de quien actúa de manera tal que su acto sirve de ley. Justo es el acto conforme a la regla. El peso de la injusticia, sin embargo, y la serenidad del justo, hacen dudar que injusticia y justicia provengan meramente del incumplimiento o del acato de una norma humana. Aquí parece que
no se revuelvan torbellinos, sino que soplen altanos”
Nicolás Gómez Dávila, filósofo y políglota colombiano. Co fundador de la Universidad de los Andes (1913-1994)
DE LO PARTICULAR A LO GENERAL
El egoísmo construye, y sí, es cierto. No existe nada que mueva al mundo y que genere cambios, si no existe la necesidad o impacto, o incomodidad si se quiere que genera una situación a una persona, que tiene la suficiente fuerza de voluntad, solidez ética y constancia de trabajo para generar una semilla o incluso conseguir generar un cambio a través de una transformación cultural, un invento o un descubrimiento. Y aunque nos quieran hacer ver lo contrario los colectivismos solapados, esa nueva Inquisición progre, son las élites, ciertas élites las que hacen la diferencia en la sociedad, haciendo parte de la misma. Pero sobre este punto, volveremos al final.
Siendo un hombre que pese a que me he convertido en un lector flojo con respecto a lo que fuí hace menos de una década y media, tengo la constancia suficiente para escoger las lecturas. Y si bien se dice que los libros de calidad no los buscas, sino que te buscan, no sin que esta frase tenga un cierto carácter místico o escatológico, creo que uno buscando lo bueno, puede cometer errores a veces, pero la intencionalidad hace que lo bueno llegue. Eso me pasó en el escenario mensual, en esa cita sagrada de cada mes en la residencia del norte de Bogotá de la empresaria y mecenas de la cultura colombiana Gloria Luz Gutierrez, quien no para de celebrar más años de su Tertulia Literaria y la iniciativa del Premio Nacional de Poesía Inédita que ya va por su décima edición, conmemorada y celebrando a sus ganadores recientemente en la Feria Internacional del Libro de Bogotá-FILBO.
Y eso es lo que me acerca, desde lo vivencial, emocional y desde mi actual interés profesional en el Derecho y la Administración Pública, hay algunos aspectos relevantes en la crítica fundamentada en vivencias, de cómo la injusticia cometida contra su padre en la gestión pública, por parte de los intereses mezquinos de una agenda mediática de la Fiscalía General de la Nación, lo hermana con la tragedia de su amiga más cercana, asesinada sádicamente por su esposo, un ex concejal evangélico lujurioso y enajenado, compartiendo espacio de prisión, previas las vivencias curiosidades.
Recuperar tu nombre, es un libro original -está escrito totalmente en letras minúsculas y sin ningún nombre propio en toda la historia, pese a narrar hechos reales-, de denuncia, bien escrito y logrado convirtiéndose en el referente futuro de la literatura colombiana para hacer prosa bien hecha de no ficción (y de todos sus géneros). Pero libre de la apología al victimismo, al buenismo forzado, al resentimiento disfrazado de ideología, libre del descaro. Es una joya del ejercicio más puro de las Artes y Humanidades, por consiguiente de la Literatura bien hechas. la crítica.
Eso lo comprueba la fuerte agenda de promoción que ha tenido su autor en los medios de comunicación como El Tiempo y eventos culturales y lanzamientos realizados en el Gimnasio Moderno, el pasado 28 de abril en la FILBO y el pasado 8 de mayo en la Tertulia Literaria de Gloria Luz Gutiérrez.
Juan Álvarez Gamez presentando su libro en la Tertulia Literaria de Gloria Luz Gutierrez con Camilo Hoyos. Foto: Fundación La Tertulia Literaria.
¿POR QUÉ ES URGENTE SU LECTURA?
Este libro, sin proponérselo, es un documento crítico, un “libro blanco” de la institucionalidad jurisdiccional del país. No es escondiendo los problemas bajo un falso optimismo que se cambian las realidades. En la intervención de su autor en conversación con Camilo Hoyos hay varios puntos a destacar:
- El lenguaje jurídico realiza un papel de manipulación de la realidad: Como una casualidad, durante todos estos meses, uno de los temas transversales ha sido el ataque contra la normalización del complique del lenguaje jurídico y sobre el adornamiento y exceso de folios en los textos jurídicos tanto en las acciones judiciales (tutelas, denuncias y demandas) como en los fallos de tribunales y Altas Cortes, donde voces muy autorizadas de altos funcionarios públicos y juristas del país revalúan el sentido y valor que tenga esta costumbre en la praxis de autoridades judiciales y abogados en nuestro país. Desde Foucault pasando por Kafka y Carl Schmitt este argumento ha trascendido actualmente en un creciente movimiento crítico. Un punto interesante de cuando destaca las charlas que sostiene con grandes juristas de alto nivel para lograr la exactitud y veracidad del lenguaje jurídico con el reto desde la literatura de hacerlo -la prestigiosa abogada y analista jurídica Ana Bejarano fue la editora jurídica del libro-. Entre sus entrevistados estuvo el jurista Yesid Reyes, quien explica que existen dos escuelas sobre el lenguaje en el mundo jurídico: la primera (dominante en Colombia y Occidente) que es el lenguaje jurídico, que consiste en un vocabulario especializado para abogados y toda la cadena productiva judicial, separando la claridad de conceptos para el público en general -primer beneficiario o afectado del derecho fundamental del acceso a la justicia-, donde se genera un perverso proceso de crear un plano intelectual paralelo a la realidad, muy parecido a un universo kafkiano, donde ninguna persona ajena al mundo jurídico entenderá nada, y esa ignorancia se encarga de hundirlo cada vez más en las estrategias maniqueas en su contra conocidas popularmente como “leguleyadas”, que aprovechándose de la oscuridad conceptual de la mayoría de la población, legítima, normaliza e impone la arbitrariedad casi que como sello característico de la administración de justicia y de la Administración Pública. Afortunadamente, existe una segunda escuela intelectual del uso del lenguaje con fines jurídicos. Esta escuela consiste en hacer que la función del lenguaje es comunicar un mensaje de un emisor a un receptor, en ese orden de ideas, el lenguaje es uno solo, y no debe haber lenguajes específicos profesionales, es decir, que el lenguaje netamente “jurídico” no tiene cabida. Así que todos los conceptos orales o escritos que se produzcan con fines jurídicos deben ser claros y concisos en su lenguaje para su comprensión por parte del público. Según el autor Álvarez, esta es la visión más democrática en el deber ser del Estado Social de Derecho colombiano, que desde 1974 lleva con la promesa de reformas judiciales, pasando por la espuria de origen Constitución de 1991 sin que se cumpla en ningún modo ni de lejos la promesa de una Administración de Justicia ni de una Administración Pública al servicio de los ciudadanos, sino la realidad de la Existencia por la Enunciación.
Yesid Reyes, Ministro de Justicia y Derecho (201-2016), Nestor Osuna, actual Ministro de Justicia y Derecho y Ana Bejarano Ricaurte, abogada y analista jurídica (editora jurídica del libro). Aportantes al contenido jurídico de la obra “Recuperar tu nombre” de Juan Álvarez Gámez.
2. Indicadores de gestión pobres en la Administración de Justicia: El costo mensual de un detenido en las penitenciarías y cárceles de Colombia (alrededor de 200 mil personas) es según cifras dadas por el Ministro de Justicia Nestor Osuna son de $2.300.000 mensuales, algo superior a cualquier tipo de subsidios entregado en Colombia a cualquier población focal vulnerable. ¿Por qué? Por la lentitud y premodernidad de la Administración de Justicia, además de la polémica detención preventiva de los sindicados de actuaciones por fuera de la Ley en un proceso judicial. En el caso de los funcionarios públicos, el 80% de los que están condenados son policías y militares -por eso la corrupción e inacción de nuestras Fuerzas Armadas, dejando un triste 20% para otros tipos de funcionarios públicos y muchas veces, que no son autores principales -materiales o intelectuales- en delitos contra la Administración Pública, donde se rompen principios como la Gestión del Conocimiento, el Buen Gobierno, la Modernidad y la prevención del abuso de autoridad basado en el Equilibrio de Poderes tan cacareado y poco respetado últimamente. Esto implica la corresponsabilidad de la falta de vigilancia de los límites de autoridad de la Justicia por parte de los Entes de Control y de los medios de comunicación masiva, que se convierten en agentes de réplica de intereses de una supuesta percepción de resultados de gestión, bajo la defensa de otros intereses -dada la naturaleza política que subyace sobre la elección de Fiscal, aunque se haya mantenido una supuesta independencia de la Rama Judicial.
DIFERENCIAS CONCEPTUALES
Pese a las múltiples intervenciones adornadas que redundaron en la criticonería a la obra por sus minúsculas -creo que no conocen de la licencia literaria en gramática de prosa y verso-, o en debates históricos llenos de lugares comunes, no quise intervenir, pero si pienso al igual que el ex fiscal y jurista Alfonso Gómez Mendez que ha sido el adornamiento de la tradición francesa implementada desde la llegada de los Hinestrosa en los años treinta a la conducción de la Universidad Externado de Colombia, lo que ha conducido a la tradición paulatina del adornamiento, los fallos y acciones judiciales de mil páginas, al lenguaje doctorado que pasa de los términos en latín y francés a los anglicismos. El abandono de la filosofía y pedagogía alemana krausista base de la educación liberal colombiana ha sido la ruina del Derecho moderno en Colombia. Esa es la razón que no explica el autor, o que explica parcialmente a partir de las vivencias y reflexiones de la escritura de su obra.
Otro aspecto no menor, es el confundir que tenga algún tipo de influencia la cooptación cultural anglosajona -estadounidense de forma principal- que haya algún tipo de confusión entre el Sistema Continental Romano con el Anglosajón donde existen figuras como el Jurado, la defensa a nombre del acusado sin apoderado legal, y donde la síntesis de los casos es mayor que en nuestro ordenamiento jurídico.
Francisco Barbosa, Fiscal General de la Nación 2020-2024 y Nestor Humberto Martínez, Fiscal General de la Nación 2016-2019. El autor de “Recuperar tu nombre” advierte la pobreza de Indicadores de Gestión por parte del Ente Acusador, además de las polémicas por procesos inconclusos, fallecimiento de testigos en dudosas circunstancias en procesos como Odebrecht Colombia e indicios de corrupción en sus gestión.
INVITACIÓN FINAL
Una obra producto del esfuerzo, la dedicación y calidad que ha pulido durante años el autor desde sus vivencias y encuentro con una visión que cuestiona los estereotipos frente al Derecho, la sociedad y la vida desde la reflexión filosófica inevitable, que debemos hacernos sobre nuestras vidas y diario vivir, donde quien toma las decisiones políticas, jurídicas y de vida nos afecta a todos.
Debemos recuperar nuestro nombre y nuestra vida junto a Juan Álvarez.
FICHA TÉCNICA (CORTESÍA DE ALFAGUARA-PENGUIN HOUSE RANDOM)
RECUPERAR TU NOMBRE
ÁLVAREZ, JUAN
Editorial: ALFAGUARA
Año de edición: 2024
Materia Narrativa colombiana
ISBN: 978-628-7659-35-3
Páginas: 400
Encuadernación: Rústica con solapa
Colección: Narrativa Hispanica
Sinopsis
“El 21 de julio de 2017 el padre de Juan Álvarez fue imputado por dos delitos contra la administración pública y enviado a la cárcel en detención preventiva debido a interpretaciones descabelladas de interceptaciones telefónicas e informes de policía judicial errados. Sostenido por el eco de otros casos y otras historias que se entretejen en el extravío emocional del autor, este libro es la impugnación de un hijo contra la arbitrariedad y el abuso del poder.
«El talento y versatilidad que ha mostrado en sus libros anteriores le sirven a Juan Álvarez para exponer una historia perdida en los laberintos y el lenguaje secreto de la ley. Con paciencia y rigor intelectual, Recuperar tu nombre cuenta la historia de un exabrupto judicial, el encarcelamiento de su padre y la onda expansiva de estos hechos. Un libro que subraya la turbiedad detrás de la verdad judicial». Yuri Herrera
«Las falencias de la política pública criminal en Colombia se sienten como lamentos en la pluma hermosa de Juan Álvarez, que se desnuda para acusar las contradicciones, vacíos e injusticias del sistema judicial. Un relato kafkiano universal y a la vez coyuntural regado sobre distintos ritmos y voces: ellas cantan al unísono por el valor e imposibilidad de la verdad. Un afligido acto de coraje». Ana Bejarano”
Todas las columnas del autor en este enlace: Jhon Jairo Armesto Tren
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