Además, tiene una capacidad de sintetizar e hilvanar las ideas para exponerlas en el tiempo justo, lo que hace agradable seguirlo. Hoy Miguel Uribe en este pechito, ocupa el primer lugar de preferencias electorales.
Ahí lo tuvieron el domingo en las principales ciudades del país. Qué silencio tan ruidoso dirán algunos, clamando al cielo por otra oportunidad para Miguel Uribe Turbay. Y ojo: si los ruegos tienen eco, la otra oportunidad con un Uribe en forma, podría ser para la amenazada democracia colombiana y para el país gobernado a partir de agosto 7 de 2026 por el nieto de expresidente Julio César Turbay Ayala.
Confieso que, del abanico de posibles candidatos, siempre preferí a German Vargas Lleras, pero fue necesario que atentaran contra la humanidad del aún joven político para detallar los videos que dan cuenta de un hombre muy preparado, coherente en su discurso, nada salamero y que como se dice popularmente, la tiene clara. Además, tiene una capacidad de sintetizar e hilvanar las ideas para exponerlas en el tiempo justo, lo que hace agradable seguirlo. Hoy Miguel Uribe en este pechito, ocupa el primer lugar de preferencias electorales.
La marcha unió a buena parte de la clase política, especialmente de derecha, centro e independientes. Claudia López debe estarse doliendo porque allí la tildaron de oportunista, y yo le agregaría el adjetivo con el que Felipe Zuleta la describe todas las mañanas en Blu Radio: camaleónica. Como decía el viejo Serpa Uribe: “ni chicha, ni limonada”
El “fuera Petro” que, al lado del himno nacional, ya parece ser parte del protocolo en todos los estadios, no estuvo ausente, y ahí, en su casa, la de Nariño quiero decir, se lo gritaron en nombre de muchísimos colombianos que no lo percibimos como un gobernante, sino como un agitador de odios. De nada le servirá, ya lo ha demostrado. Responderán esas gargantas: “se tenía qué decir y se dijo”.
Volviendo al cuento de la marcha, ya me estaba haciendo a la idea de que íbamos a seguir los pasos de Venezuela y la decadencia de su democracia y economía en la que la sumieron Chávez, Maduro y Diosdado Cabello desde hace más de dos décadas. Sigo creyendo que es la intención de Gustavo Petro y algunos de sus áulicos, pero tengo la fe de que somos más los que queremos que Colombia construya sobre lo ya construido, que se preserve el estado de derecho, la separación y el trabajo armonioso e independiente de los poderes públicos, y que las fuerzas armadas estén listas a actuar cuando las dictaduras muestren los dientes.
Hago fuerza porque lo que pasó el domingo sea el principio para que, de una vez por todas, quienes no queremos ni socialismo, ni comunismo, ni castrochavismo, ni “primera línea”, empujemos a los líderes políticos que nos representan a que busquen la manera de llegar a acuerdos tan firmes que nos permitan soñar con un triunfo en primera vuelta presidencial el año entrante. Ahí comenzará la reconstrucción de lo que deje como país, este nefasto gobierno de Petro.
Por ahora, quienes somos personas de fe, seguimos orando por la pronta recuperación de Miguel Uribe Turbay… ¡ah!, y que la Fiscalía llegue hasta el fondo con la investigación.
Ñapa: ¿Por qué será que quienes de alguna manera hemos estado en política, hacemos fuerza para que nuestros allegados por sangre no se unten de esa vaina? Preguntó yo.
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