Una de las satisfacciones más grandes que he tenido en mi vida laboral indudablemente fue mi paso por el Metro de Medellín.
Tener la oportunidad de coordinar junto con un valioso equipo profesional diversas estrategias que llevaron a la apropiación de la ciudadanía al sistema como tal, fue determinante para generar lo que hoy en día se denomina Cultura Metro.
Las actividades fueron diversas, desde el trabajo comunitario con los líderes asentados en los barrios aledaños a cada una de las estaciones del metro, las advocaciones marianas, las novenas decembrinas, hasta la presentación del tren escuela en el Palacio de Exposiciones de Medellín entre muchos otros. Todas generaron la empatía necesaria para el cuidado de este medio de transporte.
Si bien este tipo de programas cumplieron el objetivo de una relación con la comunidad por parte de la empresa metro, Metroarte fue quizás la propuesta más interesante que se presentó a los miles de usuarios que día a día se apropiaban del primer medio de transporte masivo del país.
Anteriormente el usuario del metro aparte de tener servicio de movilidad podía a través de Metroarte disfrutar de una película en la estación universidad, una obra de teatro en el Poblado, un video concierto en el Estadio o un concierto masivo en Prado entre muchos otros programas.
El actual funcionario de la empresa metro podrá contradecir mi posición o justificar que sí existen actividades o programas culturales a través de concursos, exposiciones o demás eventos de entretención, pero son para mi consideración, pequeños chispazos que se evidencian en una desactualizada página web.
Que vuelva Metroarte, pero como una verdadera estrategia cultural, donde las alianzas y la sostenibilidad en su programación genere una real apropiación e identificación por parte del usuario del metro de Medellín.
En momentos donde existe un alto crecimiento de turistas y una real necesidad de alternativas culturales gratuitas, se requiere de un programa que como Metroarte, ayude a la ciudad más innovadora del mundo como lo es Medellín a consolidarse como tal y a generar opciones que se presentan en las grandes y modernas urbes. No podemos estar ajenos a ello.
Que vuelva Metroarte, pero con los recursos necesarios que le permitan sostenerse en el tiempo y con una amplia programación para todos los gustos donde los niños, jóvenes y adultos se sientan identificados con el emblema de todos los antioqueños como lo es el Metro de Medellín.