¿Qué refleja tu vida?

Todos queremos dejar un legado en esta vida, algo por lo cual seamos recordados, pero con el transcurso de los años nos damos cuenta de que no es tan fácil y que debemos luchar mucho para lograrlo. Para que esto suceda podemos tomar muchos caminos pero dependemos de las oportunidades o las dificultades que se nos puedan presentar.

 

Ella es Doña Amanda, tiene 53 años y vive en el barrio Altos de Oriente dos, Bello, Antioquia. Nació en Urrao, allí creció y formó una familia junto a su esposo y 7 hijos (5 mujeres y 2 hombres). Cuando este municipio padeció ante la violencia, fue desplazada y por cuestiones de la vida llegó hasta la Sierra Nevada de Santa Marta. Cuando se establecieron allí, un grupo armado amenazó de muerte a su esposo; a empezar de nuevo. Es así como llegan al municipio de la Unión (Antioquia), Pero cuando apenas se estaban adaptando a este nuevo entorno, una nueva desgracia cae sobre ellos: su hijo es amenazado. De nuevo, y con solo una muda de ropa como dice ella, les toca salir corriendo hasta llegar a Medellín. Arriendan una casita para vivir, pero pasa el tiempo y no logran conseguir un trabajo estable; por obvias razones dejan de pagar su arriendo por 2 meses. Llegan los dueños y los sacan a la fuerza tirando todas sus pertenencias a la calle. Luego de estar deambulando por la ciudad llegaron a su barrio actual, lugar en el que vive en un cambuche hecho con desechos y un piso de tierra.

— A mi me ha tocado muy duro mijo, he vivido en tantas partes, pero siempre me toca salir corriendo.

 

Ahora que está establecida en el Barrio Altos de Oriente dos, vive junto a su esposo Jorge. Este, hace un tiempo viene decayendo en una enfermedad aún no diagnosticada por los médicos, tiene problemas de memoria, movilidad y dificultades para hablar. Por esto, ella debe hacer todo en la casa como cocinar, cuidar los niños (Valentina y Alejandro), ir por agua, rebuscarse la comidita, entre muchas otras labores.

 

— Imagínate que lo mando a medio día a traer leña para hacer la comida y regresa en la noche con las manos vacías.

 

Hablando de sus hijos, me cuenta que Alejandro de 6 años de edad, realmente no es hijo suyo.

— Una vecina que sí es la verdadera mamá, se consiguió un novio que no quería al niño y lo maltrataba, mantenía todo desnutrido el pobre niño.

Ella al ver las condiciones en que el niño era tratado, decidió quitárselo y criarlo como su propio hijo. Verdaderamente es increíble que en las condiciones en que viven y por todo lo que han pasado, ella siga pensando en los demás; ¡realmente es una mujer excepcional!

 

También cuida de su nieta Valentina, una hermosa pequeña de 3 años que es la alegría y felicidad en la familia. Esta última vez que fui a visitar a Doña Amanda, le pregunté:

— ¿Y Valentina dónde está?

 

— Ahh no mijo, ella está con la mamá. Imagínate que ahora que hablé con mi hija me dijo que Valentina no hacía sino llorar, que se quería venir para acá; es que la niña es feliz jugando con Alejandro y la tierra.

 

Cada vez que voy me regaña porque no le aviso, y por eso según ella no puede «atenderme bien» (ella realmente me conciente mucho). Es demasiado bonita; siempre nos da cafecito con leche y soy feliz cogiendo moras y uchuvas en su jardín.

— ¡Mijo, vaya que allá hay un poco de moras para que coma!

 

Ella nos está dejando un gran legado que es el de persistir para lograr nuestros sueños, que siempre debemos pensar en los demás sin importar cuantas veces no hayan pensado en nosotros y que en la vida no todo lo vamos a tener servido en bandeja de plata como decimos coloquialmente.

 

Doña Amanda es el reflejo de una vida llena de dificultades que desborda amor.

 

«Después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por escalar.» Nelson Mandela

 

[author] [author_image timthumb=’on’]https://scontent-a-mia.xx.fbcdn.net/hphotos-frc1/t1.0-9/1966769_366192540187128_237698538_n.jpg[/author_image] [author_info]Camilo Andrés Ángel Marulanda nacido en Jardín, Antioquia. Actualmente es estudiante de Comunicación Audiovisual del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid. Trabaja como voluntario en la organización TECHO. Amante de la fotografía, de la naturaleza y del trabajo social. Ver sus fotos. [/author_info] [/author]