“No puedo dejar de hablar en primera persona, quizás por ego o aún por escasez.”
He procurado escribir sobre cualquier cosa que no sea yo,
cualquier persona que no sea yo.
He dejado de calificar a las montañas, llenar de adjetivos a las mujeres y hacerle juicio a los días.
Rechacé la idea de retratar mi frustración (emoción o ficción) nada fue motivo de letras.
Procuré serle fiel a todo -menos a mí- de quién desconfío y reclamo algo mejor.
Del cielo no pude decir nada – ni siquiera me cabe en los ojos -, a las estrellas no las pude contar, la mujer que iba en el último vagón del metro no me dejó indicios de su nombre y ésta estúpida ciudad no deja de ser tan mía como la piel que llevo.
No puedo dejar de hablar en primera persona, quizás por ego o aún por escasez.
Aún así,
No puedo evitar hacerme con todo; llenar los ojos de alguien con el cielo que a mí no me cabe, relegar las estrellas a la espalda de quién iba en el último vagón, rendirme a la muchedumbre incontrolable de ésta ciudad que deja de parecerme estúpida entre cada piel que llevo a la cama.
-No puedo procurar nada más-
Creo que sólo puedo escribir de mi mismo,
Soy lo que tengo y lo que carezco.