Iván Duque Márquez, presidente electo de los colombianos, con más de 10 millones de votos culminó el laboratorio preparado por el Centro Democrático. Este experimento político tiene similitudes con la apuesta de “en marcha” el movimiento político estructurado en Francia con el que Emmanuel Macron, se convirtió el «outsider» de la política francesa.
Según el marco conceptual un outsider es alguien nuevo en política. Pero no todos los nuevos en política son outsiders. Para serlo, además, tienen que emerger por fuera del sistema político. Seguramente, desmarcarse del “establishment” constituye un desafío para el outsider colombiano, debido a la serie de coaliciones realizadas con gran parte de la tradición política del país. Esperemos que los “acuerdos programáticos o de voluntades” no signifiquen cargas, imposiciones ni mermelada a la hora de ejecutar los proyectos planteados en el plan de gobierno.
Durante el discurso pronunciado por Iván Duque, el pasado 17 de junio en la sede de campaña, sobresalieron varias frases que convidan al entusiasmo. De este sentimiento debemos empoderarnos, para resarcir la desconfía en aras de los resultados positivos que necesita Colombia. “Poner fin a la polarización” y «voy a entregar todas mis energías en unir al país. No más divisiones. Hoy no hay ciudadanos vencidos» son deferencias pertinentes para consolidar el esfuerzo del fin del conflicto con las Farc. Renglón siguiente continuó valorando que “es necesario superar la fractura existente entre amigos y enemigos de la paz porque ese es un anhelo de los colombianos. Pero el frenesí de sus expresiones agitadas por el embelesamiento del triunfo, recordó la temeraria de la campaña: “los acuerdos requieren «correcciones» para poner a las víctimas en el centro del proceso”
La calidad de ser nuevo en la política, tiene el elemento intrínseco de emerger por fuera del sistema político, como lo he anotado es un desafío gigantesco para el nuevo presidente de Colombia. Tengo la ilusión que en este principio y la expresión “nuestra bandera será la lucha frontal contra la corrupción, la politiquería, el clientelismo acogemos las propuestas de la consulta Anticorrupción» graviten en la materialización de su gobierno y que estos compromisos no hayan sido impulso retórico de su discurso.
La sombra del expresidente Álvaro Uribe Vélez, como su conciencia será inseparable para el presidente Iván Duque, pero esto no debe significar un adeudo con su mentor. La mayoría de las suposiciones que hacemos son negativas, una teoría dice que esto se debe al instinto de supervivencia; por eso, mediante su ejercicio como gobernante, podremos constatar las garantías de su autonomía para descartar la hipótesis de la pantomima.
Presidente, Iván Duque, se requiere un país que confíe y sienta orgullo por las instituciones del Estado. Unas instituciones que cumplan a cabalidad compromisos ineludibles de gestión pública como la transparencia, la equidad, el pluralismo, la eficiencia, la eficacia, la austeridad, y la intolerancia absoluta con la corrupción. Las bases están sobre la mesa, a partir del siete de agosto debe comenzar la edificación de una era de progreso en torno a la unidad proclamada en el discurrir de su discurso, necesitamos hacer nuestra propia introspección, para superar la polarización con el objeto de gestionar la derrota del ranking de desigualdad de la OCDE, solo así hacemos de Colombia un país de emprendimiento y de desarrollo.
@LuchoDiaz12