En el vibrante escenario de la elección a gobernador en el hermoso territorio raizal de San Andrés y Providencia, donde converge una amalgama multicultural nos sumergimos en una reflexión profunda sobre el delicado y rampante ataque a la democracia por parte de intereses opuestos al progreso del archipiélago, hoy nos trae a que se dé la ponderación de derechos, entre el formalismo electoral y nuestros fundamentales de elegir y ser elegidos.
La danza entre el derecho positivo, como la prohibición de doble militancia, y nuestra esencia como ciudadanos raizales, y residentes demanda un equilibrio preciso. Necesitamos preservar la integridad del proceso electoral, asegurando la transparencia y justicia que nuestro formalismo jurídico exige. No obstante, este rigor debe mantenerse en armonía con nuestros derechos fundamentales, especialmente en un territorio sagrado, reconocido y protegido por la ONU y las Naciones Unidas, en donde es claro el abandono estatal y el cual requiere especial atención.
La prohibición de doble militancia, si bien busca proteger la independencia de los candidatos, requiere una evaluación sensible. Esta ponderación es esencial al sopesar la necesidad de mantener la integridad del proceso electoral y el imperativo de respetar y proteger nuestros derechos intrínsecos, en línea con los estándares globales de derechos humanos.
El llamado ferviente es a nuestras autoridades electorales y judiciales a considerar las peculiaridades de San Andrés y Providencia. Resaltar que en lo referente a este territorio etnico, kas normativas electorales se apliquen con justicia y equidad, sin menoscabar la riqueza de nuestra identidad y participación política como comunidad raizal. Este ejercicio de ponderación es esencial para construir un sistema electoral que refleje nuestra diversidad y proteja los derechos fundamentales que nos hacen únicos, con una protección especial reconocida internacionalmente.
La defensa apasionada de nuestro derecho fundamental a elegir y ser elegido no es solo un acto político, sino la esencia misma de nuestra democracia y participación ciudadana. En este rincón especial de San Andrés y Providencia, resguardar este derecho adquiere una importancia trascendental dada la singularidad de nuestra identidad cultural y la necesidad de una representación auténtica.
Proteger este derecho no solo asegura la expresión libre de nuestra voluntad ciudadana, sino que también contribuye al vibrante mosaico de voces en el ámbito político. Nuestra riqueza cultural merece ser reflejada en aquellos que nos representan, garantizando que las decisiones que afecten a nuestra comunidad se tomen con un profundo conocimiento de nuestras realidades y necesidades particulares.
Además, la defensa inquebrantable de este derecho en el proceso electoral se alinea con los principios internacionales de derechos humanos. En este contexto, la ponderación entre el derecho positivo y el subjetivo debe orientarse hacia la preservación de un sistema que promueva la inclusión y respete nuestra diversidad cultural, en sintonía con los estándares globales de derechos fundamentales.
Finalmente, al defender a toda costa nuestro derecho a elegir y ser elegido en San Andrés y Providencia, fortalecemos no solo la legitimidad del proceso electoral, sino también la cohesión social y la representatividad esencial para nuestro bienestar y desarrollo sostenible como comunidad raizal en este territorio especial.
La contundente votación que supera el 70% a favor del gobernador electo, Nicolás Gallardo Vásquez, no solo valida su elección de manera sólida, sino que también refleja el respaldo masivo de nuestra comunidad hacia su liderazgo. Este apoyo masivo resalta la importancia y legitimidad de su mandato, fortaleciendo la base de su representación y la confianza depositada en su capacidad para abordar nuestras necesidades y aspiraciones en San Andrés y Providencia.
La alta participación ciudadana en esta elección no solo es un indicador de la aceptación generalizada, sino un testimonio del compromiso cívico de nuestra población en el proceso democrático. Esta expresión robusta de voluntad popular resalta la relevancia de la democracia participativa en nuestro territorio con identidad única y protección especial, consolidando la idea de que la voz de la comunidad raizal se ha manifestado de manera clara y determinante.
Así, esta elección con un apoyo tan abrumador hacia el gobernador electo no es solo un triunfo individual, sino un triunfo colectivo que fortalece la legitimidad del sistema electoral y consolida la representatividad de Nicolás Gallardo Vásquez como líder elegido por nuestra comunidad en San Andrés y Providencia.
Se debe estar vigilante y actuar juntos para proteger nuestra identidad y derechos en San Andrés y Providencia.
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