Preocúpese cuando le hablen de un retraso

Quienes se quejan por los atropellos de las entidades financieras no imaginan la incertidumbre que tienen que padecer los estudiantes que financian sus matrículas a través de créditos educativos otorgados por empresas del sector público como Icetex, Epm, y hasta el mismo Gobierno Nacional.

La preocupación surge debido a los retrasos de la fiduciaria Bancolombia que debía desembolsar el dinero correspondiente al sostenimiento de los estudiantes de la convocatoria 8 del Fondo Epm en un plazo máximo de 45 días hábiles; hoy, ya vencido ese plazo, las cuentas siguen en ceros.

Lo más delicado es la falta de planeación entre una tríada de prestigiosas compañías del ámbito nacional: Bancolombia, Comfama y Empresas Públicas de Medellín (Epm), encargadas del manejo de los dineros públicos pertenecientes a los estudiantes que se hicieron acreedores de estos réditos gracias a su prestigio académico o simples necesidades económicas.

Las quejas no se han hecho esperar y los estudiantes ya alzaron su voz de protesta antes las reiteradas evasivas de los operadores financieros. El problema es que la capacidad de respuesta es nula, ya que los diferentes agentes encargados de manejar los asuntos del Fondo envían el mismo mensaje sea cual sea la queja; es decir que no hay claridad en las deficiencias del sistema ni consideración con los estudiantes de escasos recursos que han tenido que endeudarse para cubrir los gastos de alimentación y transporte mientras la odisea de la espera del dinero supera este sinsabor.

No se trata de escribir pa’ que nos giren, ni cuestionar la credibilidad de estas compañías que hoy por hoy hacen parte de diferentes holdings en Latinoamérica, el asunto radica en la necesidad de optimizar los recursos públicos, de entregarlos en los tiempos pactados según los estatutos vigentes y de potenciar la calidad de vida de los estudiantes menos favorecidos.

Hoy somos pioneros en innovación y apenas estamos superando las secuelas del narcotráfico que nos dejó los 80; hasta hace poco cargábamos con el rotulo de ser un hogar para la vida y hoy Medellín cuenta con vos, la pregunta es la siguiente: ¿nosotros contamos con ustedes? queda abierta la reflexión.

Andrés Duque Gutiérrez

Mi nombre es Andrés Duque Gutiérrez pero todos me dicen Guti. Siempre he querido ser Alcalde de la ciudad y es un sueño que tengo pactado a 15 años. Me gusta comer pollo y siempre he querido manejar bus; mi mamá no me ha dejado porque dice que tengo que trabajar más de doce horas diarias; yo le digo que cuando sea alcalde tendré que trabajar el doble.

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