“El verdadero cambio se logra construyendo sobre lo construido y respondiendo a una ley muy simple: todo está evolucionando. Los que prometen el paraíso se creen Dioses, y ahí está el germen de los dictadores que destruyen los avances progresivos de toda una sociedad”.
Entre todos los factores que se deben tener en cuenta a la hora de elegir a un político, el de las acciones es uno de los más importantes. En tiempo de campañas electorales muchos quieren posar de salvadores y guías impecables de ética, transparencia pública y buena política.
Pero en la política, un terreno en el que aparte de creer hay que crear y transformar realidades, un indicador clave del buen político es el de hacer más y hablar menos. Por supuesto que la palabra construye y es esencial en la democracia (y mucho más en espacios como los parlamentos), pero pasa que los populistas o psedudolíderes la usan mucho para enredar y juzgar con oportunismo a quienes están o han estado al frente de las justas políticas liderando cambios con efectividad.
Soy un defensor de la política con principios y del uso del poder para servir a la sociedad. Pero no es mejor político, ni hace mejor política, aquel que solo critica, que todo lo ve mal, que piensa que “todos los políticos son iguales”, que lanza propuestas para resolver todos los problemas sociales sin el mínimo criterio económico o el que promueve apasionadamente discursos anti-Estado (mientras por allá en el fondo justifica a las guerrillas o grupos criminales), cuando es el Estado el mejor medio que nos hemos inventado para vivir mejor… y eso incluye la seguridad, el empleo, la educación, la justicia. Tantos frentes que hay que fortalecer, pero haciendo la tarea sin tanta demagogia.
En las próximas elecciones a Congreso y Presidencia no se deje engañar. El verdadero cambio no es el que prometen los populistas y los que todo lo ven mal (hay que verlos gobernar para darse cuenta del desastre que hacen). El verdadero cambio se logra construyendo sobre lo construido y respondiendo a una ley muy simple: todo está evolucionando. Los que prometen el paraíso se creen Dioses, y ahí está el germen de los dictadores que destruyen los avances progresivos de toda una sociedad.
¡La política es haciendo. A los buenos políticos, por sus obras los conoceréis!
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