«En respuesta a nuestra pregunta abierta a los concejales y pre-candidatos para la alcaldía de Medellín sobre que piensan del POT. Tenemos el gusto de publicar la primera respuesta enviada por el concejal Juan Felipe Campuzano.
Agradecemos su pronta respuesta.»
Las posiciones que he expresado desde mi llegada al Concejo de Medellín jamás han respondido a cálculos electorales, lo cual no cambiará, en este año largo que nos queda de período, por el hecho de que algunos sectores de la sociedad promuevan mi nombre como una posible opción para la Alcaldía de Medellín. Mis ideas y argumentos se basan en creencias personales, y en el caso del POT, en mi visión de ciudad, la cual dista de la planteada y aprobada en días pasados por mis compañeros de recinto.
¿Por qué le dije NO al POT?
El Perímetro urbano presenta unas curvas impresentables para la ciudadanía. Con ellas no existe forma de explicarle a una persona cómo es posible que su vecino se favorezca pero ella no, a pesar de que ambos estén en las mismas condiciones. Por otro lado, en su forma, este perímetro deja por fuera vías planeadas hace muchos años para la ciudad, especialmente las que la comunican con los corregimientos, lo cual promoverá invasiones, en el espacio que quedará.
Con respecto al parque lineal del río, me remito a la historia y ella nos dice que Medellín, cuando ha desarrollado proyectos grandes, es una ciudad que dilapida recursos. Basta con devolvernos 19 años y mencionar lo que supuso la construcción del metro o unos pocos y recordar el Metroplus y su sobrecosto cercano al billón de pesos o el puente de la 4 sur, que aumentó su valor presupuestado en cerca de 225 mil millones de pesos.
Me preocupa entonces, que haciéndole honor a la experiencia que nos antecede en este tipo de proyectos, la ciudad, y por ende a quienes pagamos impuestos en ella, nos termine cobrando (a través de los peajes que nos quieren imponer allí) cinco o seis veces más el valor inicial de este parque.
Por otro lado, este proyecto no ofrece una alternativa de movilidad, algo distinto a lo que ya existe, simplemente la ampliación de los carriles que ya están y soterrarlos, así es que queremos mejorar el caos vehicular?
Es costumbre en Colombia, solucionar problemas en detrimento de otros. Algunos aseguran, por ejemplo, que la seguridad debe ir en detrimento de lo social y viceversa. No han entendido que ambas son una obligación del Estado. Algo similar nos pasa con este POT.
Le doy la bienvenida y aplaudo, de pie, los kilómetros de ciclorutas y de peatonalización, que se plantean. Coincido en que son obras vitales para el desarrollo de la ciudad, pero no comparto que por implementar medios alternativos de transporte la ciudad olvide las obras de infraestructura vial que están planeadas hace 35 años y de las cuales las últimas administraciones no han hecho ni medio metro. El resultado de esa mala administración es lo que tiene a Medellín hoy afrontando los problemas tan graves de movilidad que debemos padecer todos los días.
Coincido en que la bicicleta y los andenes peatonales son un elemento integral de la movilidad y hay que hacerlos, pero debo decirles a quienes los defienden a capa y espada, que lo planteado en el POT va en detrimento y afecta a más de 650 mil propietarios de automóvil y cerca de 600 mil motociclistas que se movilizan en Medellín que además de estar esperando soluciones a este problema, son testigos y víctimas de este. Al paso que vamos se quedarán esperando, a pesar de que pagan impuestos, no obstante su dinero no se ve reflejado en obras de impacto real a la movilidad.
En esta misma línea, pretenden desincentivar el uso del vehículo en los estratos altos, limitando los parqueaderos en proyectos urbanísticos a uno y medio. Al parecer olvidaron que Medellín está rodeada de municipios y que solo están separados de ella por un semáforo. Con estas medidas, lo que va a promover este POT, es que los grandes contribuyentes en predial de la ciudad se vayan a municipios cercanos y trasladen a ellos el pago de sus impuestos, aunque sigan viniendo por trabajo a Medellín, lo cual representa una migración de tributos y por supuesto, un déficit para las arcas públicas, mientras la ciudad y sus pacientes ciudadanos seguirán padeciendo los problemas de movilidad y caos vehicular que a mi juicio aumentará ostensiblemente.
Para terminar, no entiendo dónde está la planeación de Medellín en este POT que regirá los destinos de la ciudad en los próximos 15 años. En la vigencia de este plan, entrará en funcionamiento la segunda pista del aeropuerto José María Córdova, la cual decolará hacía la izquierda (la actual lo hace a la derecha), razón por la cual los aviones ingresarán al espacio aéreo de Medellín y por ende al de el aeropuerto Olaya Herrera, lo cual, más allá de mi posición particular, obligará a la administración a cerrarlo.
Cómo es posible entonces que no se mencione ni una sola palabra de esto en el POT? Cuál fue la ciudad que planearon? El plan debió reglamentar el uso de la pista como un gran parque central, la preservación del edificio que es patrimonio de la ciudad (allí podría funcionar el Museo de la Movilidad de Colombia). Además con la eliminación del cono de aproximación, quedarían liberados muchos terrenos de la ciudad que son aptos para llevar a cabo proyectos de desarrollo y renovación urbanística, que debieron ser reglamentados en este POT.
Por estas razones, una falta de planeación evidente y muchos motivos más, voté no este POT.
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