“El secuestro de la Sargento Ramírez y su familia no muestra solo lo blando de este gobierno, muestra también la poca voluntad de paz que este grupo guerrillero (ELN) posee.”
El artículo 24 de la constitución nacional expresa que, “todo colombiano tiene derecho a circular libremente por el territorio nacional […]” cosa que es obvia, al ser pertenecientes a una nación, misma nación que está administrada por un Estado, mismo Estado que debe velar por la soberanía de la nación, la seguridad de sus habitantes, el cumplimiento de los DD.HH y sobre todo, por mantener la estabilidad y la confianza de los habitantes en sus dirigentes. Sin embargo, hoy tenemos un Estado que parece más una casa estudio de farándula que un gobierno. Un supuesto GOBIERNO DEL CAMBIO, que lo único que cambió fueron los nombres, un cambio que ni siquiera se le puede hacer al carro, porque no funciona ni en la mejor utopía.
El secuestro de la Sargento Ramírez y su familia no muestra solo lo blando de este gobierno, muestra también la poca voluntad de paz que este grupo guerrillero (ELN) posee. Es imposible negarse a la paz, godos, liberales, tibios, todos la queremos, pero ese anhelo de paz no nos puede llevar a vender nuestro país, nuestra soberanía ni a nuestros compatriotas solo por una esperanza que ni siquiera sabemos si los propios grupos armados al margen de la ley quieren realizar. Nosotros hemos tenido muchísimos procesos de paz, más de los que se deberían, pero el fracaso de esta “Paz Total” solo es equiparable al proceso del Caguán. Grupos Armados sin voluntad de paz, incrementos de los indicies de violencia en el país, y peor aún, una reducción más que considerable del actuar estatal, ¿en qué? Sencillo, en la erradicación y retención de la coca, la falta de seguridad en los territorios alejados del país, y la poca voluntad de ayuda, no solo a los “Burgueses arribistas” que tanto detesta Gustavo Petro, sino también con los “Nadies” que tanto defendía la vicepresidenta Francia Márquez.
Como colombiano, sin importar sí sé es godo, liberal, progresista o tibio, se debe ejercer una presión incansable frente a este gobierno que nos ha dejado desnudos en materia de seguridad, para que por lo menos, podamos transitar libremente por las vías de nuestra nación, sin temor a que “Por nuestra culpa” como dice el ministro Velásquez, nos secuestren.
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