El archipiélago de San Andrés, ubicado en el mar Caribe y perteneciente a Colombia, ha ostentado durante largo tiempo el título de uno de los destinos turísticos más codiciados de América Latina. Sus playas de arena blanca, su cultura raizal, sus aguas cristalinas y vibrante cultura local han ejercido una fascinación innegable en visitantes procedentes de todo el globo. Sin embargo, en tiempos recientes, esta joya del Caribe se ha visto asediada por una crisis económica de proporciones desafiantes bajo el mandato del presidente Gustavo Petro.
El presidente Petro prometió, y casi que firmó ante notario, que en su administración se salvaría la economía de la isla, aplicando un enfoque de turismo diferenciador, que, como casi todas sus propuestas, es un ideal y de paso traslada al votante a un futuro utópico, pero nunca relata cómo se llegaría a él, así como el tren que llegaría a Buenaventura y otros sin número de visiones propias de un vendedor populista.
Sin embargo, desde su llegada al poder, San Andrés ha sido testigo de la retirada de dos aerolíneas de bajo costo. La causa subyacente a esta deserción se halla en los elevados costos del combustible y la escasa subvención gubernamental, y se ve exacerbada por el aumento de impuestos a los establecimientos hoteleros, un fenómeno que ha impactado negativamente a la industria turística, sin hablar de la inflación que abate al país.
Lo cierto es que se ha buscado la implementación de políticas de alcance local, y estas han suscitado intranquilidad en la comunidad de San Andrés. En particular, la iniciativa de vincular al archipiélago en la ley de fronteras ha generado una gran expectación. No obstante, luego de una espera y trámites burocráticos, se da lo pedido, pero a la fecha, no se ha percibido una diferencia considerable en la reducción de los costos de los boletos aéreos hacia las islas, generando, obviamente, una falta de interés del viajero, ya que con esos valores y en plena crisis económica mundial, el viajero busca destinos con precios competitivos, y esta situación nos deja fuera de ser competitivos.
Este compendio de decisiones ha tenido un impacto dramático en las estadísticas. Anteriormente, las islas contaban con 32 vuelos diarios, un número que hoy se ha reducido a tan solo 9 vuelos, lo que representa una disminución alarmante en la conectividad con el continente.
San Andrés, de vocación eminentemente turística, se encuentra sumida en una crisis económica sin precedentes. La disminución de la afluencia de turistas y la falta de apoyo gubernamental, tanto nacional como local, han dejado a la isla luchando por mantenerse a flote, pero cada vez más cansada y lejos de llegar a puerto firme.
No obstante, esta coyuntura de desafíos no puede ser solo una fuente de preocupación; debe ser el motor que nos impulse a buscar soluciones. No podemos permitir que esta isla que tanto amamos siga sufriendo. Requiere que la comunidad se una y exija un enfoque de liderazgo pragmático y efectivo.
La transición hacia un modelo de turismo sostenible exige solucionar el problema del acceso aéreo a las islas y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Motor real de la economía. Solo así podremos ofrecer un servicio turístico de excelencia. Es necesario efectuar inversiones sustanciales en el desarrollo urbanístico de sus habitantes y generar una gran inversión y transformación de la infraestructura turística, sin dejar de lado la capacitación de la población local para proporcionar experiencias turísticas excepcionales.
En este contexto, la comunidad de San Andrés y sus líderes enfrentan el desafío de encontrar soluciones factibles que no solo reactiven la afluencia de turistas a esta hermosa isla, sino que también garanticen un porvenir sostenible para la región. En palabras de John F. Kennedy, «el liderazgo y el aprendizaje son indispensables entre sí». En este momento crítico, el liderazgo y la búsqueda constante de soluciones son fundamentales para revivir la economía de San Andrés Islas y restaurar su estatus como uno de los destinos turísticos más queridos de América Latina.
La esperanza, la acción y la determinación son nuestras aliadas en este sueño del Caribe. No permitamos que la crisis hunda a San Andrés, sino que sea el motor del cambio real. Recordemos que los colombianos nos afligimos cuando Nicaragua intenta apoderarse de San Andrés y Providencia, pero es hoy que se debe mostrar el amor por estas islas, ya es hora de salvar nuestras islas con un turismo interno sólido.
En la visión de Petro, el enfoque étnico propuesto es válido, pero no como una forma de explotación del componente humano de la tenia raizal, sino como un insight para hablar de marca de destino y hacerle un marketing de foco, desde lo cultural y regional. En vez de explotar, debemos elevar y proteger la autenticidad de la cultura raizal, convirtiéndola en un punto de orgullo y atracción para los visitantes. Solo a través de la promoción de una marca de destino auténtica lo conseguiremos.
Este es el momento de unirnos como colombianos y abrazar un enfoque integral para rescatar a San Andrés Islas de la crisis económica que enfrenta. No permitamos que esta hermosa isla continúe sufriendo. En lugar de ser el final, esta crisis puede ser un nuevo comienzo. San Andrés tiene el potencial de renacer y brillar aún más fuerte de lo que era.
Aprovechemos la riqueza de la cultura raizal y promovámosla como un distintivo de San Andrés en el mercado turístico. Juntos, podemos trabajar para revitalizar la economía de esta hermosa isla y restaurar su lugar como uno de los destinos turísticos más queridos de América Latina.
Un caso similar, teniendo en cuenta sus diferencias, pero desde el enfoque cultural; que podemos recordar es el de la ciudad de Cartagena, enfrentó desafíos económicos en el pasado. Sin embargo, a través de un enfoque estratégico en el turismo cultural y la conservación de su patrimonio histórico, Cartagena se convirtió en un destino turístico de renombre internacional. Esta transformación ha atraído a visitantes de todo el mundo y ha dinamizado la economía local. Al aprender de estos casos exitosos y adaptar estrategias similares a las necesidades de San Andrés Islas, podemos aspirar a un futuro más próspero para nuestra hermosa isla caribeña.
Si nos adentramos en la historia de las islas, en la década de 1960, Bali enfrentó una crisis económica debido a la falta de desarrollo turístico sostenible. Sin embargo, con el tiempo, Bali se centró en atraer a viajeros interesados en su cultura, playas y belleza natural. Se promocionó como un destino de turismo responsable, y se llevaron a cabo esfuerzos significativos para preservar su cultura y entorno. Estas acciones llevaron a un renacimiento del turismo en Bali y a un crecimiento económico sostenible. Siguiendo ejemplos como estos, San Andrés Islas también puede emprender un camino hacia la recuperación y el éxito económico a través del turismo responsable. Sin embargo, es crucial contar con un gobierno ejecutivo con una gerencia pública que entienda que necesitamos un plan sólido, no improvisado.
Este análisis pretende arrojar luz sobre la situación crítica que enfrenta San Andrés Islas, señalando las fallas en las políticas de turismo y conectividad que han llevado a esta crisis económica. Además, busca inspirar un enfoque más sostenible, que no solo rescate la economía de la isla, sino que también proteja y promueva la riqueza cultural y natural de San Andrés. Es hora de unir esfuerzos como colombianos y trabajar hacia un futuro más próspero para este icónico destino caribeño. La acción y la determinación son nuestras aliadas en esta meta, y el momento de actuar es ahora.
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