“El peor error de Petro es que cada vez que la inmensa mayoría de los colombianos sale a las calles a protestar pacíficamente contra su gobierno los menosprecia, los insulta y, lo que es peor, los reta y los desafía en tono dictatorial”
El pasado domingo ríos de gente se vieron por todas las calles de Colombia pidiendo el respeto por la Constitución, las leyes, las instituciones y la república. Cada individuo que salió está preocupado por una serie de políticas del presidente Petro que representan el atraso, la polarización y la precarización de la calidad de vida.
Cientos de miles de individuos salieron de manera espontanea y voluntaria, acudieron a las calles y plazas sin ningún incentivo diferente que hacer sentir su voz para decirle al presidente Petro: ¡Basta YA! La sociedad colombiana está cansada de tanto discurso mentiroso, de tantas promesas utópicas y de un manejo nefasto del país.
Hoy la nación está en manos de los criminales mientras el gobierno sigue hablando del uribismo, los paramilitares, los corruptos y todo el pasado. Se ha convertido en un gobierno que mira hacia atrás mientras los delincuentes siguen ganando terreno en cada rincón del país. La zona rural cada vez más precaria y las zonas urbanas están sintiendo un miedo tenaz.
Pero el peor error de Petro es que cada vez que la inmensa mayoría de los colombianos sale a las calles a protestar pacíficamente contra su gobierno los menosprecia, los insulta y, lo que es peor, los reta y los desafía en tono dictatorial. En vez de escuchar el malestar generalizado, se encierra en su burbuja narcisista y sale a culparlos y a descalificarlos.
El presidente comete un error craso cuando califica a los manifestantes contra su gobierno de personas llenas de odio que “añoran la represión abierta, las masacres paramilitares y los asesinatos de jóvenes”. Lo que hace es estigmatizar la protesta y encasillar a la mayoría de colombianos como amigos del crimen. Pero eso sí, punto seguido, dice que respeta el derecho a la protesta.
Sin ninguna duda, el presidente Gustavo Petro está enfermo mentalmente. El poder que tanto persiguió y que lo logró obtener con mentiras y engaños le nubló la mente y hoy, cada vez que se marcha, sale a decir que se está preparando un golpe de estado y que lo quieren asesinar. Él cree que su proyecto político es el único que se puede aplicar y que si alguien propone lo contrario es un enemigo del “pueblo” y que se quiere imitar el escenario del 11 de septiembre de 1973 de Chile.
Cómo hubiese sido de diferente la realidad para el país y para el mismo Petro si él, como presidente, hubiera escuchado el clamor de los individuos y hecho las correcciones necesarias y pertinentes. La historia juzga y juzga con severidad, pero con justicia. Un momento como el de ahora es una oportunidad para que cualquier presidente una al país en torno a soluciones que mejoren el bienestar y la calidad de vida de cada ciudadano.
Petro, por el contrario, con su lenguaje belicoso y desafiante lo que hizo fue terminar con dividir al país, provocando la rabia colectiva y generando más odio. A más de la mitad del país que marchó la deslegitimó porque piensa que los únicos que tienen derecho son quienes apoyan sus políticas a ojos cerrados.
Se llenan las bocas diciendo que es el poder constituyente quien tiene la ultima palabra y cuando sale a manifestarse, el presidente – quien es el que tanto habla del poder constituyente – los trata de mafiosos y defensores de privilegios.
El gobierno y, sobre todo, el presidente Petro definitivamente perdieron las calles y evidentemente el apoyo popular. El país se cansó de este gobierno y lo que le pide es que frene sus reformas y que, en el resto de tiempo que le queda de gobierno, se haga cargo de verdad de la seguridad de la nación.
Termino esta columna de opinión con un mensaje del actual presidente que profirió en 2021, exactamente el 29 de abril de ese año (cambio algunas palabras para adecuarlo a la realidad de hoy):
“Petro escuche. Un gobernante debe siempre escuchar y corregir si es necesario. La mayor violencia siempre proviene de un gobierno que se vuelve indolente y sordo”.
Gustavo Petro ha sido quizás uno de los gobernantes que más ha escuchado a la oposición, a la que ha invitado a participar, debatir, construir proyectos y políticas de país. No es cierto eso de que «Petro no escucha al pueblo», lo que pasa es que la oposición ha sacado a las calles una fracción de la sociedad en su mayoría manipulada. Todo porque la oposición quieren a toda costa hacer ver al presidente como lo peor, además porque está oposición al gobierno Petro informada en su mayoría por oligarcas creen que ellos son los únicos que tienen derecho a gobernar este país. Y se equivocan cuando creen que van a manipular a un país entero. Eso ya no va, no señores, aprenden a coogobernar con el que es distinto, el que opina diferente. Cuando está ultraderecha entienda que no son los dueños del país, entonces podrán aportar positivamente a la construcción de este pais