El año que terminó estuvo cargado de noticias que tomaron por sorpresa al público : El “Brexit”, el triunfo del no en el plebiscito, el acuerdo de los miembros de la OPEP sobre el recorte de producción de crudo y por supuesto, la elección del señor Trump como presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. Todos estos sucesos han provocado grandes movimientos en los mercados financieros y han afectado numerosos mercados de materias primas así como tasas de cambio alrededor del mundo.
El 2017 parece también un año con numerosos acontecimientos a nivel internacional y local con profundas implicaciones para la economía colombiana en términos de inflación y tasa de cambio. En primer lugar, y la más importante, proviene precisamente de los Estados Unidos debido a tres razones: el comienzo de las subidas de la tasa de referencia por la Reserva Federal, lo que parece ser una política proteccionista del señor Trump para dinamizar la economía estadounidense, cuyos principales efectos serían, entre otros, el aumento de de confianza por parte de los inversionistas sobre el desempeño de la economía del país norteamericano, y por ende a que aumenten los incentivos para que estos lleven sus capitales de vuelta hacia la economía norteamericaa y finalmente, las dudas que genera el nuevo presidente de los Estados Unidos sobre la cooperación financiera para el posconflicto. Estos tres posibles sucesos, combinados con un debilitamiento de la economía colombiana, como quedó demostrado con la reforma tributaria, reforzarían las presiones alcistas de la tasa de cambio, la cual podría inclusive superar el umbral de los 3.500 pesos aún en presencia de la leve tendencia alcista de los precios internacionales del crudo.
Sin embargo, el panorama del precio de esta materia prima, de vital importancia para la tasa de cambio del peso frente al dólar estadounidense, no es favorable para este año debido a los recientes hallazgos de grandes reservas de crudo de esquisto en el oeste de Texas, así como la política que se espera del señor Trump para este sector la cual le permitirá a este competir contra su contraparte de la OPEP y en este sentido hacer de los acuerdos logrados entre los miembros de esta organización uno muy dificil de sostener en este 2017.
Esta eventual devaluación de la moneda colombiana frente al dólar estadounidense traería muchos más efectos a nivel local, especialmente sobre la inflación la cual podría terminar este año alejada de nuevo del objetivo del 4% establecido por el Banco de la República. En este sentido una mayor tasa de cambio presionaría al alza los artículos importados los cuales han incrementado su importancia en del patrón de consumo local y causando, de esta manera, un detrimento del poder adquisitivo de los colombianos. Esta pérdida del poder adquisitivo de los colombianos se vería exacerbada por la reforma tributaria aprobada por el congreso el año pasado la cual, impactaría un gran número de bienes de la canasta de consumo de los hogares colombianos y en especial a aquellos con ingresos medios. Esta (muy) posible disminución de la capacidad de compra de los consumidores traería consigo una desaceleración de la economía local la cual, en un marco de dificultades fiscales del gobierno colombiano, allanaría el camino para una rebaja en la calificación de riesgo de la deuda colombiana generando así, una mayor aversión de los inversionistas extranjeros a traer dólares al país y profundizando la devaluación del peso.
Este panorama de bajo crecimiento se estaría agravando de no repuntar las exportaciones colombianas las cuales, a pesar de los mejores términos de intercambio generados por la devaluación de la tasa de cambio, no han repuntado mostrando así las dificultades estructurales del aparato productivo colombiano para competir en los mercados de bienes y commodities internacionales.
Estas perspectivas de tasa de cambio, inflación y crecimiento para el 2017 pondrán grandes retos sobre las autoridades económicas del país las cuales en su momento nos hicieron creer que la economía colombiana estaba “blindada” ante los choques externos. Adicionalmente, el creciente detrimento de las finanzas públicas pondría en aprietos el desempeño del sector privado así como la implementación de los acuerdos de paz. Es así como el panorama para este 2017 no tiene un buen aspecto sobre la economía colombiana.
[…] Tomado de Al Poniente. […]