Perfiles | “Los negros, los indígenas están aclamando a gritos la paz con justicia social”: Pedro Baracuato, el representante defensor de los Acuerdos de Paz y de Antioquia
Nuestro columnista en Bogotá Jhon Jairo Armesto, en su sección mensual Perfiles destaca como ha sido tradicional la gestión de los congresistas antioqueños y sus grandes debates con el fin de realizar contribuciones al mejoramiento del país. En esta oportunidad pudo cubrir la Audiencia Pública del pasado 6 de junio de la Comisión de Implementación y Seguimiento de los Acuerdos de Paz, en el capítulo étnico con unas profundas reflexiones críticas para que el Gobierno Nacional aumente los esfuerzos por cumplir las expectativas de las comunidades y los territorios que apostaron a la construcción de paz. Un homenaje que hace nuestro columnista desde la Capital a la resiliencia territorial y continuidad de trabajo legislativo a la Cámara de Representantes como Corporación pública y a los ex combatientes que se alían de la mano de la paz.
“De nada sirven orgullos que innoven sin humildades que mantengan”
“El racionalismo es la soberbia de la razón, mientras que su humildad es la historia.
El racionalista juzga superflua y redundante la existencia de otros hombres, mientras que la función del historiador está en celebrar que los demás existan”
“Una vocación genuina lleva al escritor a escribir sólo para sí mismo: primero por orgullo; después por humildad”
“Contra la humildad de las tareas que la vida le asigna, nadie protesta tan ruidosamente como el incapaz de desempeñar otras”
“Los dioses son campesinos que no acompañan al hombre sino hasta las puertas de las grandes urbes”
Nicolás Gómez Dávila, filósofo y políglota colombiano. Cofundador de la Universidad de los Andes (1913-1994)
LOS EX COMBATIENTES, COLOMBIA Y YO
Colombia, salvo 27 o 28 años, ha tenido paz permanente en la integridad de su territorio desde los inicios de su vida independiente. Su vida ha sido la constante de perdonar por inercia, por resignación para que no deje de existir todo. Las constituciones cambiantes del siglo XIX venían con indultos incorporados. La modernización de la administración pública en el país siguió al Frente Nacional (1958-1974) entre los dos partidos tradicionales y actores del conflicto armado desde el oficialismo y la insurgencia: liberales y conservadores. Esto trajo entre otras cosas -como la fundación de la Escuela Superior de Administración Pública-ESAP, la que yo llamo la “universidad de la Presidencia”- el reparto paritario entre las dos fuerzas de la burocracia, eso permitió el ascenso y la carrera administrativa, pero excluyó otras fuerzas políticas de dicha configuración binaria.
La insurgencia ha poblado el Congreso de la República. Desde Julio Arboleda a Jorge Isaacs Ferrer llegando a Rafael Uribe Uribe. Los procesos de paz con las posteriores guerrillas de las diferentes tendencias marxistas y con los grupos de autodefensas con sus diferencias y dinámicas sería la lógica tradicional sui géneris, que en cierta forma dio una estabilidad política e institucional líder en la región.
Hablamos de los grandes hombres -y mujeres-, pero poco nos detenemos en los hacedores y trabajadores de la paz cotidiana. Y muchos de los ex combatientes de las FARC-EP -muchos víctimas en diferentes medidas del Conflicto Armado Interno- eligieron el tomar la mano de esa oportunidad de la sociedad ejecutada por el Estado. Muchos dimos la batalla política e intelectual por un Acuerdo menos “dadivoso” en cuanto a la representación política. Perdimos aunque ganamos en 2016. Pero los hechos históricos se desenvuelven de la mejor manera posible como lo expresaría San Agustín acudiendo a una Providencia. Y dentro de la representación de los del hoy partido Comunes hay voces y liderazgos destacables que no solamente defienden unos Acuerdos que inevitable e irreversiblemente están ligados por control de Convencionalidad y Constitucionalidad al marco jurídico colombiano, sino los intereses de las comunidades y del país en general, no como un privilegio para los pertenecientes a un grupo armado ya extinto.
Destaco esto, porque ser un conservador exiliado en su propio país de su ejercicio profesional, del respeto de sus congéneres y que da la batalla para sobrevivir y para documentar su realidad sin rendirse. Apoyo al Gobierno Nacional porque en esta Administración he tenido la oportunidad de estudiar, trabajar y ver la vida de una manera diferente y volver a creer en las personas y la sociedad. Sin entrar en dramas personales, puede decirse que no traicionó mi crianza ni mis valores procedentes del catolicismo y de un conservatismo aristocrático -que no oligárquico y plutocrático, es decir basado en la posesión de recursos económicos o de tierras-, y por eso valoro, en lo esencial, mas no en la tesis ni desarrollo las inconformidades que anteceden a los socialismos de todas las épocas.
Un ejemplo que conocí recientemente de esto fue el representante a la Cámara por Antioquia Pedro Baracuato García Ospina.
ANTIOQUIA ES DE TODOS LOS COLOMBIANOS
El representante Baracuato es precisamente símbolo de eso. Nacido en el Chocó profundo, en Acandí, municipio con frontera con la república de Panamá -acompañado por esa selva inhóspita que atravesaron los conquistadores españoles hace quinientos años por la quimera de ElDorado y que atraviesan los migrantes por la quimera no menos difusa del “Sueño Americano”-.
Sin estudios universitarios. Miembro por 36 años de las FARC desde 1989, operando en la zona del Urabá y el Atrato -fronteriza entre los departamentos de Chocó y Antioquia-. Observando desde el punto de vista del pensamiento estratégico militar insurgente, el conocimiento y manejo de terreno -desarrollo de la ciencia del comportamiento humano en contexto de guerra irregular- hace que se entienda tanto la dinámica natural, ciclos del viento, eventualidades extraordinarias y conocimiento de la población -para su dominio o sinergia-. Fuera del juicio moral, el biotipo psicológico del ex combatiente por su unicidad es fundamental e imprescindible en cualquier proceso de intervención social.
Esto se ha dado desde su vivencia en la Zona ETRC ubicada en Vitri, en el municipio de Vigía del Fuerte, donde desarrolla una legítima empatía hacia una población a la que pertenece.
Escenas de la Audiencia Pública de Seguimiento de la Implementación del Capítulo Étnico del Acuerdo de Paz 5 de junio de 2025, Salón Boyacá, Capitolio Nacional. Foto: Oficina Representante Pedro Baracuato
Llega a la Cámara de Representantes en 2022 a ocupar una curul que dejó el actual Senador Omar de Jesús Restrepo y pertenece a la Comisión Sexta de la Cámara, dedicada al control político y legislación de las comunicaciones, servicios públicos y en general el buen funcionamiento y la ética del desarrollo de la función pública. Por esta razón, ha sido un vehemente fiscalizador de los Acuerdos de Paz y su cumplimiento a nivel de territorios étnicos no solamente en su región, sino a nivel nacional desde esa tribuna importante de representación de Antioquia.
Y desde ese espacio, se convocó a la cooperación internacional, las instituciones, los partidos políticos, las asociaciones étnicas, los procesos organizativos, líderes y lideresas sociales individuales en territorio o tal vez que están sin agremiación, pero que sin ninguna duda representan en la práctica y el discurso los intereses y derechos de miles de personas para las cuáles se hizo realidad una política pública transversal de construcción de paz.
ANTIOQUIA ES DE TODOS LOS COLOMBIANOS
En respuesta a varios medios alternativos que estuvieron cubriendo el desarrollo de la Audiencia Pública -incluyendo a RTVC Noticas del Sistema de Medios Públicos, el representante Baracuato dio varias impresiones tanto del motivo de convocatoria de la misma como de unas conclusiones que suenan desalentadoras en principio pero que son el reto principal del entorno de la construcción de paz para supervisar la continuidad y cumplimiento de los Acuerdos de Paz.
De la mano mía no solamente como columnista, sino como reportero de facto destaca las siguientes palabras:
“Bueno, hoy estamos acá en esta Audiencia Pública por la importancia que tiene la implementación del Acuerdo Final de Paz, y por eso escogimos el tema de lo étnico, es decir de los indígenas, afrodescendientes, raizales y palenqueros, citando a los distintos funcionarios que tienen que ver con la implementación del Acuerdo. A ellos (sic) y al país les vamos a mostrar cómo está (sic) la implementación del Capítulo Étnico y lo transversal a todo el Acuerdo de Paz.
En realidad, nos estamos refiriendo es a ellos, a los que tienen diferentes falencias (sic). Hoy estamos acá porque queremos colaborar y exigir al Gobierno Nacional que se ponga en función de cumplir todo. Es decir que el Estado colombiano cumpla su papel en unas negociaciones que pasaron hace ocho años y siete meses y pasamos a la implementación. Necesitamos con urgencia que se cumplan esos objetivos. Por eso es importante este tipo de audiencias, que también hacen parte del control político, para decirles a los actores públicos: “¡ojo! O cumplen o los vamos a seguir llamando. O cumplen o los vamos a seguir requiriendo” Porque aquí lo que necesitamos es que se cumplan los Acuerdos”.
Con respecto a la creciente inseguridad y riesgo para la vida de liderazgos sociales y políticos -que ha llegado a su culmen desde la actual situación en Chocó y el Cauca como con el atentado contra la vida del senador y candidato presidencial Miguel Uribe Turbay el pasado 6 de junio-, el representante Baracuato responde:
“La integralidad de los Acuerdos, ahí está el punto tres de los Acuerdos. El compromiso de los firmantes del Acuerdo de Paz de dejar las armas y realizar una incorporación económica, social y política. ¡Pero vamos más de 470 firmantes asesinados! Hay que cumplir las leyes de seguridad. Hay que cumplir las leyes de seguridad para la población, pero sobre todo cumplir las leyes para la seguridad de los reincorporados para que evitar que se siga desdibujando el Gobierno frente al cumplimiento de los Acuerdos de Paz. Hay que llegar a diálogos reales en el territorio. Los negros, los indígenas están aclamando a gritos la paz con justicia social, que no es otra cosa que los mecanismos habidos y por haber, políticos o a los que haya que llegar para frenar esta guerra fratricida que nos está acabando a los colombianos”.
Ojalá el Gobierno Nacional y la sociedad no echen en saco roto estas palabras y audiencia, ya que estamos a menos de un año de elecciones, y el fracaso de la paz, nos tocará a todos, estemos donde estemos, pero su éxito nos hará partícipes de la real riqueza de Colombia.
Ejercicio político y de diálogo ciudadano del representante Baracuato en Antioquia. Foto: Oficina Representante Pedro Baracuato
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