
En una de las secciones habituales de su columna de opinión desde Bogotá, el periodista independiente y comunicador popular Jhon Jairo Armesto Tren, realiza una entrevista exclusiva para Al Poniente con la ex alcaldesa de Bogotá y Senadora de la República Clara López Obregon para tener su perspectiva sobre las reformas sociales propuestas por el Gobierno Nacional, los argumentos de la Oposición, la economía colombiana frente al nuevo panorama y crisis globales y los retos de unidad dentro de los sectores progresistas y de izquierda en el país.
JHON JAIRO ARMESTO TREN (JJAT): Bueno, y aquí hablando de patrimonio, de la historia de la familia López, de todo lo que le ha aportado al país desde un emprendimiento básico, proveniente de lo raizal de nuestras regiones, a convertirse en una gran fuerza política que ha aportado pensamiento, obra y progreso. Nos encontramos con alguien que no todos los días es invitado de honor. la doctora Clara López Obregón, senadora de la República, alcaldesa de Bogotá y una líder y pensadora, una persona que ha servido al país desde el Estado, no para heredar puestos sino para generar pensamiento, desarrollo y progreso. Y también me encuentro con dos líderes que han pasado por este escenario. un gran empresario y consultor de primera línea Carlos Hernández y Rosa Evelia Poveda, ex presidenta y edilesa de la JAL de la localidad de Santa Fe, del Pacto Histórico y del Polo Democrático como lo es también la senadora. Doctora Clara, gracias por honrar este espacio y de nuevo gracias por habernos recibido en su hermosa casa.
CLARA LÓPEZ OBREGÓN (CLO): Muchísimas gracias Jhon Jairo. Aquí está la Casa Amarilla, que ha sido la sede de nuestro trabajo político con Carlos Romero (1933-2019) desde el Polo Democrático Alternativo, y ahora una de las sedes de Unitarios que es la nueva agrupación integrada por más de doce (12) partidos, movimientos y organizaciones sociales con la que vamos a emular con el Pacto Histórico en el proceso de una candidatura unificada de la Presidencia de la República para el año 2026.
(JJAT): En su ya conocido lenguaje y forma de expresión que llama al diálogo, a la paz, al respeto y a las buenas formas entre seres humanos en la política. Algo que lamentablemente ha dejado de ser común en la política colombiana. ¿Usted cómo ve el escenario actual del Gobierno Nacional? Sus logros y las argumentaciones que da la oposición sobre los pros y contras que tienen las reformas sociales. ¿Cómo podemos bajarle el tono a esas discusiones que no le hacen bien al país sino también en el tema social, que se bajan aquí y generan conflictos entre los ciudadanos?
(CLO): Bueno, la polarización es algo consustancial y natural a la deliberación pública y a la deliberación política, porque es el conflicto social llevado a la discusión de opiniones contrastadas, de opiniones opuestas, de contradicciones profundas que hay en nuestra sociedad. Y yo diría que la contradicción más profunda que hoy está sobre la mesa y que genera la polarización, es el esfuerzo del Presidente de la República por sacar adelante la reforma de la salud y la reforma laboral. Estas reformas muestran de cuerpo entero las contradicciones antagónicas que hay en la sociedad colombiana. ¿Por qué antagónicas? Porque difícilmente se resuelven poniéndose de acuerdo en un punto medio. Es que lo que gana el sector trabajo con la reforma laboral lo pierde el sector empresarial, y viceversa. Llevamos treinta (30) años desde la Ley 50 de 1990, llevamos 20 años desde que en 2002 se aprobó la Ley 789 de ese año, ambas con mucha autoría del ex presidente Álvaro Uribe Vélez y apoyo de los partidos tradicionales, que yo diría que son los partidos del capital en Colombia. Que estableció la privatización de un servicio público por excelencia que es el de la salud; que desmejoró las condiciones laborales de la clase trabajadora conquistados con luchas no de veinte (20) ni treinta (30) años sino de toda una centuria: la jornada laboral de ocho días (sic), las horas extras, el recargo nocturno, los dominicales, en fin, la estabilidad laboral. Entonces, lo que estamos viviendo es esa contradicción. Y el pueblo es el que finalmente va a decidir, porque ante el hundimiento de las reformas en el Congreso de la República, se va a convocar una consulta popular que es el complemento de la democracia representativa con la democracia representativa, y esperamos que salga masivamente el pueblo colombiano a respaldar estas reformas que unos senadores encabezados por el Partido Liberal, que ahora quiere tapar su piel de lobo con un disfraz de oveja presentando un pedacito de la reforma laboral para decir que si son amigos de los trabajadores, pero que en esencia buscan es que se hunda en el Congreso de la República esa posibilidad de convocar al pueblo a esta gran Consulta Popular que es la que queremos movilizar a la gente (sic) para que defienda sus propios intereses y no los de los partidos tradicionales que representan el otro lado de la moneda. Porque aquí quieren decir que hay una gran conciliación social, y lo que hay es un conflicto social que no se ha resuelto.
(JJAT): Senadora, a veces la desinformación, estas falsas noticias que circulan hoy en día vienen de una estrategia de desinformación. El Presidente Petro y en general el Gobierno del Cambio ha tratado muy bien a los medios comunitarios, independientes y alternativos; y a los influenciadores, pero la relación con los medios si se quiere masivos de las grandes empresas ha sido conflictivas, concretamente entre RTVC y las grandes casas de medios. A usted le tocó desde muy jóven en la Función Pública con el presidente López hacer frente, en dejar un justo medio entre las comunicaciones de la Administración con una oposición férrea y muy fuerte. ¿De pronto no solo al Gobierno, sino a la izquierda en general no le hace falta un poquito más de comunicación? ¿Usted no piensa que se necesita mejorar la comunicación del Estado y de la izquierda para que la gente entienda las reformas y no se preste para falsas noticias y para mentiras?
(CLO): No, eso es un imposible. La política la están haciendo los grandes medios de comunicación que deberían ser informativos, se han vuelto actores reales de poder, pero sin la responsabilidad de un partido político. Actúan como partidos políticos, pero se escudan en la aparente “objetividad” de los medios de comunicación que no respetan. Entonces, en ese orden de ideas, lo que se publica es propaganda. Y la propaganda nunca es la verdad completa, sino la verdad orientada a convencer a alguien de un punto de vista y no para que decida entre los diferentes puntos de vista, que para eso es la información. Entonces, sin lugar a dudas, los medios alternativos están empezando a tener una gran influencia, pero también pecan de ser opinaderos y no solamente informadores. Eso ya pasó a la historia con las redes sociales. El deber de nosotros es luchar contra esa desinformación e informar al pueblo colombiano desde todos los medios posibles, y creo que ese es el gran reto. Porque usted no puede sacar de las ondas radiales y de internet las opiniones de cada cuál. Lo que hay que hacer es una gran pedagogía con la gente, para que aprendan a discernir. Y yo diría que esa es la mejor política: una pedagogía con honestidad, decencia y prospectiva de futuro. No esta pelea de perros y gatos que deja atrás las formas. Porque usted puede disentir sin ofender. Se pueden tener diferentes puntos de vista sin atacar al interlocutor. A mi me enseñaban en la casa lo de los filósofos griegos de que uno debe ser muy duro con las ideas pero muy suave con las personas.
(JJAT): Senadora, perdón por esta pregunta tan personal, pero, ¿eso quiere decir que aparte de sus funciones legislativas, tendría su propio programa en Canal Congreso o Señal Colombia (una buena noticia refrescante para el periodismo colombiano)?
(CLO): Bueno, no se me había ocurrido, pero sería interesante. Pero la realidad es que yo hago pedagogía cada vez que hablo. Uno desde luego no es perfecto, uno trata de ser respetuoso, hospitalario, ver los distintos puntos de vista, y desde luego, defendiendo el propio por supuesto y sin ofender el punto del ajeno, a menos que sea demasiado dañino. Yo, por ejemplo, considero dañina la posición del Partido Liberal porque es hipócrita. Dicen una cosa y hacen otra. Hunden la reforma laboral en la Comisión Séptima del Senado de la República y pretenden borrar eso presentando un proyecto de Ley en el Congreso de la República para tapar el daño que se hizo al pueblo colombiano hundiendo esa reforma.
(JJAT): Por último, para dar la palabra a mis compañeros que dan paso a esta entrevista. Nos despertamos hoy lunes con la caída de la Bolsa en Nueva York, una de las peores en ochenta años. Solo comparable con las últimas cuatro crisis que nos han antecedido en los últimos ochenta años. ¿Cómo pueden articularse esas medidas preventivas con una reindustrialización que es una de las políticas del plan de Desarrollo? Que nuestra economía no se vea afectada por los aranceles por esta guerra de egos que parece que se está tomando al mundo desde sus principales liderazgos?
(CLO): Lo primero es que el presidente Donald Trump, y antes que el presidente Joe Biden recogieron muchos de los instrumentos de política en el estructuralismo latinoamericano, que fue toda una teorización del desarrollo económico que nació con Prebisch y que generó modelos de desarrollo propios, basados en la realidad de cada país y no en una teoría abstracta que se suponía servía para todos los países, para todos los tiempos y para todas las horas, sin consultar las realidades propias. Entonces fíjese, que empezó Biden con política industrial. ¿Eso qué es? Pues incentivos para el desarrollo económico propio. Ahora monta unas barreras arancelarias que le expiden el certificado de defunción al libre comercio que Estados Unidos nos ha impuesto a las buenas y a las malas. A mí me sorprendió anoche en Caracol Televisión que vi un excelente informe sobre esto de la guerra de aranceles del presidente Trump, pero ninguno de los entrevistados que fue de los grandes presidentes de los gremios. Estaba Bruce Mac Master de la ANDI, el doctor Bedoya de la SAC, el doctor Díaz de ANALDEX, que es la de los exportadores; y los comentaristas como Mauricio Cárdenas, ex ministro de Hacienda, y ahí cada rato mencionaban a Aurelio Suarez de Mañanas Blu. ¡Ninguno! ¡Ninguno mencionó que el Tratado de Libre Comercio que se firmó con Estados Unidos fue la primera víctima de los aranceles del presidente Trump, porque se supone que se ha firmado un Tratado de Libre Comercio para que concesiones de ventajas mutuas para Colombia exportar a Estados Unidos sin estos aranceles, y obviamente, como contrapartida, que pudieran entrar sin aranceles productos de Estados Unidos. El resultado fue el que dijimos en la época: desindustrializaron a Colombia porque le abrieron la puerta a una competencia internacional que no podía soportar nuestra industria nacional, mucho menos nuestro agro nacional. Y el resultado está ahí: no tenemos seguridad alimentaria, todo lo importamos de Estados Unidos, de un déficit comercial con Estados Unidos y no un superavit como afirma el señor Trump para afirmar que hay términos de intercambio injustos. Entonces la realidad es que hemos caído víctimas de nuestro propio invento, de nuestra propia arrodillada a Estados Unidos. Que renunciamos al modelo propio de desarrollo, al control de la devaluación gota a gota con el famoso Estatuto Cambiario de Carlos Lleras Restrepo; al Pacto Andino que nos lo destrozaron a punta de presiones y de estos Tratados de Libre Comercio individuales, que fue reunir un gran mercado entre varios países integrando solamente a varios países con un arancel externo común para proteger ese mercado, que es lo que está haciendo ahora Estados Unidos. Lo que a mí me queda claro es que hay que integrarnos al máximo Sur-Sur, porque o sino, no vamos a poder responder. Porque la otra cara de la moneda, de la guerra de los aranceles, es el “gran garrote”, amparado en el gran poderío militar de la tierra, el señor Trump va a ir a negociar uno a uno para ver qué ventajas extrae. ¡Imagínese! El TLC al cuadrado: todo para ellos y nada para nosotros. Entonces eso va a ser muy complicado si no nos unificamos.
Comentar