“El gobierno nacional, que ha hablado de hacer la paz total -incluyendo la naturaleza- con sus acciones demuestra todo lo contrario. El presidente Petro se siente cómodo es en la confrontación”
La COP16 de la ONU es el evento de biodiversidad más importante del mundo. Esta semana arranca el evento en la ciudad de Cali, Colombia con lo que el país se convierte por primera vez en anfitrión de esta conferencia.
El leit motiv que ha propuesto el gobierno nacional para la COP16 es “Paz con la naturaleza”. Un llamado a la regeneración y a mejorar las condiciones ambientales que por nuestras actividades humanas hemos impactado; sin embargo, esa “Paz con la naturaleza” debe ser integral e incluir a los humanos como parte de natura. Algo que el ambientalismo extremo omite, porque habla permanentemente de proteger el agua, la naturaleza y explorar herramientas como la declaración arbitraria de reservas naturales, sin generar alternativas para que las personas que se verían afectadas por ese tipo de decisiones, vivan en iguales o mejores condiciones.
Sobre el tema se refirió esta semana el exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa:
“Ahora que viene la maravillosa COP, me parece importante recordar dos cosas. Primero, los seres humanos también hacemos parte de la naturaleza y tenemos derecho a la felicidad. (…) El peor problema ambiental es la pobreza (…) porque es en gran medida lo que impulsa a muchos campesinos y colombianos a tumbar selva para sembrar coca, tener ganado, hacer minería ilegal. En países que tuvieron o tienen ingresos per cápita más altos como Venezuela, Panamá, Costa Rica, o México, hay menos destrucción de selva para estas actividades” (ver).
El gobierno nacional, que ha hablado de hacer la paz total -incluyendo la naturaleza- con sus acciones demuestra todo lo contrario. El presidente Petro se siente cómodo es en la confrontación, en la pelea y no en la unidad ni en la búsqueda de consensos -como lo retrató el escritor Mario Mendoza hace ocho días en la revista Cambio- (ver) (por demás, un votante arrepentido) y quien sufrió esta semana -así lo denunció en otro artículo- (ver) la persecución digital de los “acólitos” petristas como Mendoza los llama.
Para construir la paz, se debe empezar por respetar las opiniones del contrario y tratar de construir en medio de esa divergencia propósitos superiores, benevolentes y colectivos. Es crear alianzas por el desarrollo como lo estableció la ONU con su Objetivo de Desarrollo Sostenible número 17; no crear ni buscar enemigos donde no los hay que es como actúa buena parte del gobierno central.
Volviendo a la COP, allí, alineados con los ODS, se discuten temas sobre energías limpias para combatir el calentamiento global y proteger los ecosistemas incluyendo la vida submarina y terrestre. Todas las empresas, independientemente de su misión pueden aportar para que la vida en el planeta sea más sostenible, incluyendo el bienestar humano.
Así se vio este fin de semana, en un especial de Caracol TV previo a la COP 16, donde se evidenció como la empresa minera Cerrejón ha regenerado ambientalmente las zonas que habían impactado con su proyecto minero, demostrando, incluso, que ambientalmente la zona está mejor que antes de la operación minera, con datos irrefutables como la reaparición del jaguar, una especie sombrilla que habita las zonas recuperadas por Cerrejón y que había desaparecido hace más de cuatro décadas por actividades ajenas a la minería como la deforestación y la ganadería (ver).
El gobierno debe construir con todos para de verdad, hacer la paz con la naturaleza y los humanos. La realidad dista mucho de eso y no parece que quieran corregir el rumbo. Lástima.
*Empleado de Minera de Cobre Quebradona, mis opiniones no representan a mi empleador.
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