El día 15 de julio comenzó a circular en redes un documento titulado “Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia” en el que, básicamente, una serie de escritores y autodenomidados intelectuales llaman a la creación de un frente único para enfrentar al partido Morena y, por ende, el movimiento de la Cuarta Transformación encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
En este texto, los escritores (más que intelectuales), afirman que México vivirá en un autoritarismo que, según ellos, ya vencieron, y que piensan volver a vencer con el apoyo popular: muchas mentiras en una sola página: la construcción de mecanismos, instituciones y leyes que procuran la democracia en México, han sido muchas y muy largas, y que no tienen un nombre y apellido concreto, sino el nombre y apellidos de miles de personas que a lo largo de la segunda mitad del Siglo XX hasta hoy, continúan aportado, por un lado, los aspectos teóricos de qué debe ser la democracia, y por otro, algunos más “manchándose las manos” dentro del juego político para el reconocimiento pleno y no simulado de las múltiples expresiones político-sociales de este país.
El presidente no tardó en responderles con una carta titulada “Bendito coraje”, donde, con su forma característica de comunicar sus ideas, afirma que esos firmantes son los defensores del modelo neoliberal (neoporfirista) y que, tras perder sus privilegios, buscan recuperarlos a través de las elecciones de 2021. Celebra el presidente que por fin se definan y desenmascaren, y les hace una pregunta que a mi parecer es sumamente pertinente:
“¿Cómo contribuyeron a los ‘avances democráticos… para salir de un sistema autoritario y establecer una democracia’ si casi todos ellos defendieron o guardaron silencio cómplice ante los fraudes electorales de la historia reciente del país?”
Entre los firmantes están Héctor Aguilar Camín, uno de los críticos más férreos del gobierno de AMLO; Javier Sicilia, quien es muy cercano a los partidos conservadores mexicanos y que ha utilizado a las víctimas de desaparición forzada para engrosar las filas de los partidos a los que apoya; Agustín Basave, expresidente del PRD (no hay más que decir); Jorge Castañeda, quien llegó a afirmar en 2006 que AMLO debía perder las elecciones presidenciales “cueste lo que cueste” y casualmente las perdió por un 0.56%; Enrique Krauze, el historiador historicista que se benefició de contratos millonarios en administraciones pasadas por la publicidad oficial en su medio LetrasLibres… en fin, los firmantes son los mismo de siempre que han buscado atacar al movimiento democrático y plural (ellos afirman lo contrario, que es antidemocrático y antiplural) de López Obrador, basta ver el comunicado de 2006 para que se respetaran los resultados electorales sin cuestionarlos y sin realizar el famoso “voto por voto, casilla por casilla”, son los mismo que marcharon exigiendo justicia cuando AMLO era jefe de gobierno de la Ciudad de México y que celebraron el juicio de desafuero que el entonces presidente Vicente Fox promovió en contra de AMLO, los mismo que en sus apariciones en televisión buscan deslegitimar el proyecto lopezobradorista sin argumentos, cayendo en el racismo y clasismo que ha caracterizado a varios de ellos desde hace décadas, solo hay que recordar los comentarios de Jorge Castañeda contra la comunidad rural de Putla, Oaxaca, etcétera, etcétera…
No queda más que decir, son “patadas de ahogado” buscando unificar a la oposición que, desde 2018, quedó desacreditada, desunida y sin liderazgos. Veamos que sucede en los próximos meses y cuál será la nueva estrategia de la oposición para atacar al presidente, que como ya vimos, en esta ocasión, solo recibieron críticas y muy poco apoyo, ya que hasta los gobernadores de partidos opositores callaron todo el día.
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