Muchas cosas quedan por descifrar en el llamado Carrusel de la Contratación en Bogotá, el cual ocurrió durante la Alcaldía de Samuel Moreno Rojas (Polo Democrático) y Álvaro Uribe Vélez (Centro Democrático), lo que trajo una catástrofe para el Distrito Especial, como si se hubiese aplicado el Estado de Excepción, proveniente de la Constitución Bolivariana de un país cuyo nombre no se quiere mencionar, pero que ya todos conocen; donde el Socialismo Siglo XXI se ha convertido en un foco de desgracia. No solo éste (Carrusel de la Contratación) le causó daños ambientales a la Atenas Suramericana (como se puede apreciar aún en el Parque Bicentenario), también la Bogotá Humana, la Seguridad Democrática y hasta un Exgobernador de Cundinamarca (¿cierto Álvaro Cruz?). Hay un caso especial; en las elecciones populares para elegir candidato presidencial del Polo en el año 2010, Gustavo Petro derrotó a Carlos Gaviria Díaz, porque su discurso se basó en este problema hasta llegar a populismos, mientras que el exjurista decía que había que esperar los resultados arrojados por las investigaciones. Desde entonces, no ha habido mayores soluciones al problema.
Y este tema regresa a la campaña para elegir Alcalde Mayor, Concejo y Ediles. Seguirá circulando (sin tener trancones cercanos) y a los siguientes candidatos, les tocará responder por el caso frente al elector; Clara López Obregón, Francisco Santos Calderón, María Mercedes Maldonado y Alex Vernot. Es importante anotar que buena parte de este fenómeno, dependerá de la prudencia que ellos tengan, junto con sus alianzas para el concejo distrital y juntas administradoras locales. Por todo lo anterior, hay que recordar que a la hora de votar, hágalo investigando sobre todos los candidatos, sus antecedentes, sus ideas y lo que verdaderamente ofrecen para aliviar los problemas de Bogotá DC. Nada de TLC (tamal, lechona y cerveza), ni de trasteos electorales, ni a cambio de un vulgar puñado de pesos, mucho menos con la abstención, que parece ser la madrastra de la corrupción.
Frente al Parque Bicentenario, del cual se ha comentado y con toda la razón, ha habido daños ambientales y sostenibles que son difíciles de enfrentar totalmente, se ha prometido el oro y el morro para tratar de aclarar este desagradable asunto, pero que hasta la fecha no se ha visto mayor cosa. No solo porque la actual administración no le ha puesto la atención suficiente al asunto (tan solo le interesa la Plaza de Bolívar para manifestaciones a favor del Ego del Burgomaestre actual, con miras a las elecciones presidenciales de 2018), sino porque el actual gobierno nacional, de pronto comprometido con favores políticos para su campaña reeleccionista del año inmediatamente anterior, ha estado un poco timorato en la materia. Transmilenio se retrasó, el servicio de salud en el distrito se deterioró, en buena parte por el caso de las ambulancias y la calidad de vida se cayó en forma terrible. ¿Qué ha hecho el Concejo? Muy poco, tan solo unos debates que no han llegado a los resultados esperados; es importante recordar que varios concejales, tanto de izquierda como de derecha (la mayoría uribistas destacados) estuvieron muy afectos a los hermanos Moreno Rojas, al contralor de ese entonces Miguel Ángel Moralesrussi y personero Francisco Rojas Birry; así como a Emilio Tapia (de Sahagún, último fortín de Iván el Terrible del Polo), Julio Gómez y Álvaro Dávila. La historia narra la manera cínica y venenosa de como el todo vale se adueñó de la burocracia distrital, con muchos nexos en la Casa de Nari; y que el Parque Bicentenario (aún destrozado por todo esto) da fiel testimonio.
Volviendo al tema del Parque, se han dicho muchas cosas: “Iban a llenar esto de jardines, y hoy está lleno de cemento, tierra y gamines”, alegó Daniel Ocampo, que habita en La Candelaria y todos los días camina por aquí, hacia su lugar de trabajo, en Chapinero (El Tiempo). . “El proyecto carece de todo sentido de ubicación y respeto por el lugar”…. “es un conjunto de plataformas que invadieron buena parte del parque de la Independencia y se enfrentaron violentamente contra las valiosas edificaciones del costado sur”, palabras del Arquitecto Alberto Saldarriaga (Semana). Simplemente, todo lo anterior es cierto y no se puede esconder. Basta con mirar los reportes de la Veeduría Distrital (la entidad fiscalizadora más seria, hoy en día, en la capital colombiana) sobre el caso y las noticias no son muy alentadoras. Conclusión, gracias al carrusel de la contratación el Parque Bicentenario como ejemplo, quedó demostrada que la izquierda colombiana no es la mejor alternativa política.
PD1: La diplomacia colombiana, desde hace 200 años, sigue en la Patria Boba.
PD2: ¿Qué se ha hecho para contrarrestar el Fenómeno del Niño en el país del Sagrado Corazón de Jesús?
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