Agradezco en nombre de los ciudadanos de Rionegro a la hija predilecta de la Constitución Política de 1991, La Corte Constitucional, haber escogido nuestro municipio para conmemorar su nacimiento.
Una vez más nuestro terruño se hace merecedor del honroso título como Cuna de La Libertad.
A esto contribuyen este magno acto, la Constitución de Ángeles de 1863, la rebeldía patriótica de Córdova en 1829, nuestra independencia en 1813 y el acto de humanidad y compasión de Javiera Londoño al libertar sus esclavos en 1766.
Sea este el espacio para reivindicar victorias en construcción de nuestra democracia liberal, tan propias de la Constitución de 1863, y por fortuna incorporadas en la Carta de 1991, a fin de evitar el despotismo y la generación de violencias futuras, tan proclives a incubarse en un espacio de riqueza natural como lo es Colombia y donde aún fallamos en lo más caro a cualquier Estado que es el control del territorio:
La igualdad ante la ley para proteger a los más humildes y contener a los usurpadores del poder legítimo; la justicia pronta y oportuna para disuadir a los criminales; la protección de los derechos de propiedad, tan definitivos en la vigorización de la economía; la separación de poderes para mantener los pesos y contrapesos; y la tributación con representación, para construir eslabonamiento político.
Están ustedes en la Casa de la Convención, situada en el Valle de Rionegro o de San Nicolás, en el que cabe 3 veces el Valle de Aburrá; el mismo que en 1825 Gosselman –de la Misión Comercial del Gobierno Sueco- describió como el “compromiso de Dios con la Hermosura”.
¡Bienvenidos ilustres visitantes!
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