Más de 250 millones de niños y adolescentes en edad escolar serán clasificados como obesos para 2030, reporto el primer Atlas de la obesidad infantil publicado por la Federación Mundial de Obesidad en 2019, en este documento científicos calcularon el riesgo de obesidad para 191 países para los próximos diez años.
Y aunque se le atribuye a la genética esta condición, la verdad es que los padres obesos formamos hijos obesos, esto debido a nuestra desinformación y malas practicas en el momento de suministrar el conocimiento y la comida a nuestros pequeños.
Según la nutricionista y dietista antioqueña María Camila Franco Londoño, quien es magíster en ciencias farmacéuticas y alimentarias, Colombia se encuentra en una transición nutricional, donde se ha denominado que se presenta una doble carga de la malnutrición, en la cual mueren niños por desnutrición y al mismo tiempo viene en aumento el número de niños con exceso de peso.
Así mismo, se presenta disponibilidad de alimentos ultra procesados, tales como productos de paquetes y bebidas azucaradas, los cuales se han vuelto de más fácil acceso para la población en general y en ocasiones la publicidad nos vende la idea de que son nutritivos para nuestros niños.
Es un nuevo hábito entregar dinero a los niños y jóvenes para que elijan qué comer en la tienda escolar, algunas de sus elecciones en estas compras ligeras calman la sensación de hambre, pero realmente no están cubriendo las necesidades de nutrientes para un adecuado crecimiento y desarrollo, siendo estos la puerta de entrada para enfermedades crónicas en la vida adulta, tales como diabetes, hipertensión, cáncer, entre otras.
Es por eso, que se hace importante, volver a lo simple, a lo de antes, cuando a los niños se les empacaba alimentos naturales, mínimamente procesados, preparados en casa.
Maneras de mejorar la alimentación de los niños y jóvenes:
- Evitar jugos en casa con azúcar refinada, evitando el uso de pulpas ya procesadas.
- Suminístrales para sus recesos escolares una porción de fruta.
- Incluir alimentos, fuentes de proteína es otra clave para una lonchera saludable, algunas ideas son el yogur, una bebida con leche (chocolate, avena), un sanduche con pollo, atún o huevo.
- Es importante que en las instituciones, además de dictar áreas básicas como matemáticas, español, entre otros, se incluya la alimentación, economía y otros temas que prepararán a nuestros niños y jóvenes para mejores elecciones, entre ella una alimentación saludable.
Entre lo que jamás deben consumir los niños y jóvenes son las bebidas energizantes que pueden tener significativas consecuencias para su salud y desarrollo.
Debemos alejarnos de la reconocida «Gordofobia», evitando que comentarios naturalizados afecten a nuestros pequeños, pero también tomar conciencia de que pan en el desayuno, arroz en todos los almuerzos y jugos de fruta endulzados con azúcar, no hacen parte de una dieta saludable.
Y para dejar de ser padres que formar hijos obesos, debemos primero dejar de serlo nosotros.
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