Un programa de la Alcaldía de Medellín que ha sido exitoso por muchos años, se ha convertido en la manzana de la discordia y excusa perfecta para darle riendas sueltas a ataques y críticas a la administración de Daniel Quintero, pero ¿qué alcances tiene Buen Comienzo y los oportunistas que lo utilizan para desinformar y disminuir el trabajo minucioso que se está haciendo con el programa?
Buen Comienzo centra su misión en las familias con mayor índice de vulnerabilidad de la ciudad, logrando así una articulación interinstitucional -familia alcaldía- allí se les brinda acompañamiento en salud, nutrición, atención psicosocial y estimulación adecuada, a través de encuentros, visitas de seguimiento y acompañamiento en el hogar.
De otro lado, el oportunismo político toma estos programas y otros con impacto social para generar discordia y presión mediática, incluso, defendiendo la presentación de documentación falsa para acceder a contrataciones millonarias que, finalmente, afectan directamente a niños y niñas de familias beneficiadas con el programa.
Buen Comienzo está operando con en el modelo de alternancia en muchas sedes adaptadas con los protocolos de bioseguridad, se hicieron cambios en las contrataciones para elevar los estándares de servicio de los oferentes que se deben inscribir en el ICBF como prestadores de servicio de Buen Comienzo, así evitamos que se presenten actos de corrupción al interior del programa.
Estos trámites llevan un proceso que ha tenido acompañamiento desde la Alcaldía para ampliar los tiempos de recepción de documentos, así se tienen en cuenta a todos los posibles operadores.
No se puede magnificar un asunto como Buen Comienzo solo por protagonismo político, las cosas en lo público deben ser transparentes, y así se está haciendo.
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