«Lo polémico no es que AMLO se enferme, sino que haya otorgado a la pandemia un poder moral en donde como si fuera un castigo divino, solo atacara a los que no cumplen con los requisitos que ha marcado su gobierno”.
El ambiente en México con respecto al avance de la variante ómicron, comienza a tomar tintes inesperados. Si bien es cierto que las hospitalizaciones parecen estar en niveles controlables, el aumento en los contagios está superando cualquier pronóstico y hasta el presidente, Andrés Manuel López Obrador, dio positivo nuevamente para covid-19.
En una nación donde suma más 4 millones de contagios desde el comienzo de la pandemia y más de 300 mil muertos, la posibilidad de contagiarse son muy altas. Sobre todo cuando las autoridades han decidido relajar las medidas atendiendo más a las necesidades económicas, que al riesgo que representa la covid-19 y su escalada de contagios.
Esto se ve en las calles, cuando cada vez es más complicado conseguir una cita para una prueba PCR o en su defecto, las que están disponibles tienen precios muy altos que las hacen inaccesibles para que cualquier persona pueda acceder a ellas, lo que aumenta aún más el riesgo de propagación.
Medidas sanitarias
De acuerdo a la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias, en lo pocos días que llevamos del 2022 la demanda de pruebas para covid-19 ha aumentado en un 50%, lo que confirma que la denominada cuarta ola comienza a hacer estragos sin saber exactamente el impacto que tendrá en los sistemas de salud del país.
Sumado a esto, las autoridades y los gobiernos locales están estirando al máximo los protocolos sanitarios, con la idea de no afectar nuevamente la movilidad y con esto a millones de negocios que ya no resistirían un nuevo cierre de actividades totales.
Todos apuestan a que la vacunación pueda aminorar las hospitalizaciones y las defunciones por covid-19, cosa que hasta el momento parece funcionar, al mismo tiempo que las autoridades recalcan que las medidas sanitarias básicas son fundamentales para reducir los riesgos de contagios y exhortan a la población a seguirlas a toda costa.
Las declaraciones de AMLO
Pero precisamente uno de los problemas a los que nos hemos enfrentado es a la postura que ha asumido el propio López Obrador, que ha desestimado el uso del cubrebocas en eventos públicos y ha mandado mensajes muy polémicos con respecto a la manera en que se debe enfrentar la pandemia.
Justo al comienzo de la pandemia, en marzo del 2020 y en medio de una incertidumbre total, señaló: “hay que abrazarse ya que no pasa nada”.
En ese mismo mes, en su habitual conferencia de prensa mañanera, realizó una de sus declaraciones -tal vez la más polémicas- con respecto a la pandemia, al mostrar una imagen religiosa y señalar: “detente enemigo, que el corazón de Jesús está conmigo”.
En junio del 2020, en una gira por el Estado de Chiapas, el mandatario recalcó la necesidad de “estar bien con nuestra conciencia” y por eso afirmó que era necesario “no mentir, no robar, no traicionar… Eso ayuda mucho para que no de el coronavirus”.
Su primer contagio
Pero la enfermedad no respetó sus declaraciones y en enero del 2021, el presidente reconoció que se había contagiado y que seguiría las recomendaciones de sus médicos. Su recuperación fue rápida y no tuvo mayores complicaciones para retomar sus actividades, en donde siguió sin usar cubrebocas a pesar de haberse enfermado.
Luego protagonizó una nueva polémica cuando comenzó la vacunación para los adultos mayores, rango al que pertenece el mandatario de 68 años, pero a pesar de esto declaró que no necesitaba vacunarse porque ya se había enfermado.
Finalmente a finales de abril del 2021 aceptó vacunarse y en ese momento aseguró ese acto era para “hacer una convocatoria, un llamamiento, a todos los adultos mayores, los que se están quedando sin aplicarse la vacuna, por alguna preocupación que tengan. Decirles que estamos nosotros seguros de que no hay ningún riesgo, ningún peligro, que no hay reacciones graves”, declaró el mandatario.
El segundo contagio
Ahora en enero del 2022, casi un año después de su primer contagio, AMLO volvió a anunciar que había dado positivo a covid-19.
Esto fue una sorpresa para mucho y no faltaron las críticas al respecto, ya que ese mismo día en que hizo el anuncio (10 de enero de 2022), apareció como es costumbre en la conferencia mañanera, sin cubrebocas pero con síntomas de gripa y con voz ronca.
“Informo a ustedes que estoy contagiado de #COVID19 y aunque los síntomas son leves, permaneceré en aislamiento y solo realizaré trabajo de oficina y me comunicaré de manera virtual hasta salir adelante”, señaló López Obrador horas después en su cuenta de Twitter.
Lo polémico no es que AMLO se enferme, como le puede pasar a cualquiera que convive a diario con otras personas y que no han dejado de realizar sus actividades diarias, sino que haya otorgado a la pandemia un poder moral en donde como si fuera un castigo divino, solo atacara a los que no cumplen con los requisitos que ha marcado su gobierno.
Las evidencias nos demuestran una vez más, que la dura realidad puede ser más cruel que lo que se imaginan los políticos y los gobiernos; pero en medio de ellos queda la sociedad que a veces no entendemos las acciones de nuestros dirigentes.
Comentar