Nuestros deseos y frustraciones que lo vivan otros

En los últimos días, el jugador colombiano Jhon Jader Durán ha sido objeto de críticas fuertes por su decisión de aceptar la propuesta del club Al Nassr. Algunos han llegado incluso a pedir que no sea convocado más a la Selección Colombia. Esta reacción no es sorprendente, porque en nuestra sociedad hemos aprendido a criticar y juzgar con facilidad las decisiones y experiencias de los demás.

Pero ¿quiénes somos nosotros para decidir qué es lo mejor para Jhon Jader Durán? ¿Quiénes somos nosotros para juzgar su decisión de aceptar la propuesta? La verdad es que no tenemos derecho a hacerlo. Cada persona debe realizarse en sus decisiones, sueños, ideales y realidades. Nadie debe estar imponiendo cómo debe vivir, qué es lo mejor o qué no.

En nuestra sociedad, la crítica fácil y el juicio rápido son moneda corriente. Opinamos y sentenciamos sobre las decisiones y experiencias de los demás sin conocer sus motivaciones o circunstancias. Durán, con su decisión, no ha sido la excepción.

Su acuerdo salarial con el Al Nassr es una cifra astronómica en pesos colombianos. Al año, Jhon Jáder recibirá 87.700 millones de pesos, lo que se traduce en 7.300 millones mensuales. Esta cifra lo convertiría en el colombiano mejor pagado de la actualidad.

Es común que los padres proyecten sus frustraciones en sus hijos, esperando que estos logren lo que ellos no pudieron. Los periodistas quieren que sus oyentes y entrevistados avalen sus comentarios y opiniones. Los docentes quieren que sus alumnos piensen igual que ellos. Esta mentalidad nos lleva a creer que tenemos el derecho de decidir qué es lo mejor para los demás.

Sin embargo, cada persona debe ser libre de tomar sus propias decisiones y construir su propio camino. Nadie tiene derecho a imponer cómo debe vivir otro. Todos tenemos derecho a elegir qué queremos, qué deseamos y dónde queremos brillar.

No todos aspiran a la gloria. Algunos buscan ser adinerados, atesorar cosas materiales, a tener tranquilidad, vivir el presente y paz mental. No codiciar el dinero de Durán no nos hace menos ambiciosos. Es fundamental respetar su decisión y desearle lo mejor en el cumplimiento de sus sueños. Jhon Jader Durán ha elegido su camino, y es su derecho. Esperamos que su decisión lo lleve a cumplir sus metas y a alcanzar su felicidad.

César Augusto Bedoya Muñoz

Comunicador Social y Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. Especialista en Gerencia de Mercadeo de la UPB. Mis pasiones para escribir y dialogar la política, la sociedad, la cultura y el servicio al cliente. Cuenta X: @cesar_bedoya.

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