El reto es: ¿resistirán a esa tentación o se resolverán nuestros «honorables padres de la patria» por escuchar al pueblo?
Pertenezco a ese selecto y robusto segmento de colombianos que desde hace décadas, poco o nada le cree al congreso de la nación, y curiosamente creo que siempre he votado por alguno de sus integrantes o partidos políticos. Una voz interna me reclama; porque si no lo hago, otros eligen a malos parlamentarios. Para éste contingente de «padres de la patria» lo hice por Miguel Uribe Turbay, y hoy me siento muy satisfecho porque veo que responde con creces a mis expectativas.
El cuento es que este congreso tiene una única oportunidad de lucirse. El 14 y 15 de febrero, con sendas marchas en favor y en contra de las reformas que Petro radicó, el mensaje fue inequívoco: somos más los que no queremos la reforma al sistema de salud que los que sí la apoyan. A lo anterior debería sumarse una reciente encuesta que da cuenta de que el 73% de los colombianos estamos contentos con el actual sistema de salud y con la labor que en ese engranaje cumplen las Empresas Promotoras de Salud, EPS.
Llamar la atención de los parlamentarios del Pacto Histórico y los Comunes es como gastar pólvora en gallinazos como se dice coloquialmente. Ellos y su mentor se eligieron con raros discursos de cambio y bueno, allá cada loco con su tema. El mensaje claro y nítido de los colombianos, quiere encontrar eco en el nutrido grupo de congresistas de fuerzas alternativas y de partidos como el Liberal, Cambio Radical, La U, y hasta de mi desteñido Partido Conservador del que poco o nada va quedando.
La fórmula de la mermelada, como forma de aceitar mayorías que aprueben caprichos del gobierno hace rato está inventada, y todos los gobiernos han echado mano de esa herramienta. Finalmente así se consiguen contratos, nombramientos y platicas de más dizque para las regiones, y así muchos se aseguran tres o cuatro períodos en ese recinto de la democracia sin aportarle nada positivo a la sociedad colombiana.
El reto es: ¿resistirán a esa tentación o se resolverán nuestros «honorables padres de la patria» por escuchar al pueblo? Valdría la pena recordarles que su legal permanencia allí no está en discusión, pero su legitimidad sí, dado que cada vez es más el escepticismo de la gente para elegir congreso.
Señores congresistas: vamos a probarles finura. Aquí sí vamos a saber quiénes están allí pasando de agache, quiénes simple y llanamente le harán un mandado a su jefe y quiénes, con todo el entusiasmo y responsabilidad de patria, van a promover ajustes a la reforma de la salud como fue presentada, para que al cumplir su trámite legislativo, salga mejorada de tal manera que ningún colombiano se quede por fuera, y sin que muchos de los que otrora sufrimos la paquidermia del seguro social, volvamos a padecer esos estragos. La pelota está en terreno de ustedes, y en las tribunas, estamos 50 millones de colombianos listos para aplaudirlos o rechiflarlos.
Napa:
Me produjo mucha satisfacción el relevo un poco brusco en la presidencia del Directorio Nacional Conservador. Aunque oigo decir, que el depuesto se cayó pa’ arriba. El 20 de julio veremos.
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