Como diría un poeta anónimo y loco: “Oh Glifosato, manjar de los dioses, leche de los demonios, que tantas vidas arrancas pero que tantas almas adeptas ganas, sigues generando debates románicos”, se ha convertido en el tema de moda en los últimos días en Colombia, por dos noticias; la mala, pese a su utilización supuestamente responsable, los cultivos ilícitos crecieron en un 39% según estudios nacionales e internacionales, y sus efectos antiambientales y antisostenibles siguen ganando veracidad, a juzgar por las investigaciones realizadas. La buena noticia es que el Gobierno Nacional manifestó su intención de sacarlo del territorio nacional, trayendo diversas reacciones como las de las Farc, entrometidas y chismosas en todo, apoyando el tema (tácitamente admitiendo su participación en el narcotráfico), el uribismo criticando la decisión argumentando que nos inundaremos de cocaína (olvidan que durante la seguridad democrática, a raíz del derribamiento de una nave aspersora con personal gringo a bordo, estas acciones estuvieron suspendidas durante cinco meses sin que hubiese el lodo blanco) y el procurador (tomando el tema como una obsesión adictiva) se ha vuelto ultradefensor del líquido indefendible, hasta tal punto de que está pendiente de la puesta en marcha de la disposición de la decisión del Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE), para demandar su nulidad, algo que sobre el derecho, debería ser negado.
¿De donde viene la historia del chal glifosato? En la columna Fallo Sabio (07/05/2014), se habló sobre el fallo emitido por el Consejo de Estado, con ponencia del Magistrado Carlos Velilla se prohibió la aspersión con el químico en mención sobre los Parques Nacionales Naturales. Apartes del Fallo, a continuación: “La ejecución del Programa de Erradicación Aérea de los Cultivos Ilícitos no se ajusta a los mandatos de la Constitución Política. Ello se evidencia en el examen de proporcionalidad efectuado en la primera parte de este documento, en el cual se determinó que la estrategia de fumigación no es adecuada para el fin propuesto y que la afectación que ella genera sobre los derechos fundamentales de los colombianos supera con creces los pretendidos beneficios que ella generaría”….El derecho a la Salud, al Medio Ambiente y al Desarrollo Sostenible está consagrado en la Constitución Política de Colombia, y por ende, la Corte Constitucional también habría dictado cátedra sobre el tema, y por ende, deberían prevalecer sobre los temas de cultivos ilícitos, minería y recursos energéticos, aunque en la práctica tiene muchos problemas. ¿Hay razones a favor y en contra frente al tema? Sí.
A favor; en la misiva enviada por el Ministro de Salud, Alejandro Gaviria para que el CNE decidiera la suspensión (¿eliminación?) del uso del químico polémico; donde resalta lo siguiente: «A pesar de la existencia de evidencia científica divergente, la clasificación por parte de la IARC representa una advertencia insoslayable de posibles efectos adversos a la salud y por ende configura un escenario en el que, como mínimo, existe incertidumbre científica sobre los efectos nocivos del glifosato, condición suficiente para dar cumplimiento al principio de precaución”. Hay un dicho que se lee frente a la duda, abstente, el cual se puede aplicar aquí. Es bien sabido que las aspersiones no se hacen en los cultivos de los narcotraficantes poderosos, sino en los de los campesinos, indígenas y población afro, donde la mata de coca se encuentra mezclada con los cultivos de pancoger (quienes terminan pagando los platos rotos), sin olvidar que por las condiciones geográficas y climatológicas, las aspersiones caen sobre cuerpos de agua, fauna y flora, llevando sus efectos nocivos para la salud de los mismos, y quienes en buena parte, van para el consumo humano, trayendo sus consecuencias.
A favor, el Todo Poderoso Procurador (¿candidato del uribismo a elecciones presidenciales en 2018?), llevó a la última reunión unos expertos científicos quienes expusieron sus argumentos donde determinaban que el glifosato no era nocivo para la salud. Valdría preguntarse; ¿porqué se consideran políticos, por no decir politiqueros, los estudios científicos quienes consideran que el químico en mención si conlleva los problemas de salud? Volviendo al tema, los grandes agricultores y ganaderos han manejado el químico (en una composición física y química diferente) en sus haciendas. Se oponen a que se prohíba su uso, supuestamente aduciendo que sirve para los tratamientos que ellos hacen; pero valdría la pena la siguiente sugerencia; no se le puede apostar todo a él, puede afectar sus cultivos y sus trabajadores, ¿cierto José Félix?
Finalmente, algo que debe partir ya: hay que desglifosatizar la Política Antidrogas en Colombia; no se puede seguir jugándole los restos a este caso, debe incluir la legalización controlada de cultivos, la prevención del consumo de narcóticos, la recuperación de los capitales generados por el narcotráfico, y el apoyo a los pequeños cultivadores para que puedan llevar a cabo la sustitución de cultivos, teniendo acciones amigables con el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible. Sin importar lo que digan EEUU, América Latina, Europa y el resto del mundo.
PD1: Ese tal Crecimiento (Desarrollo) Verde en el Plan Nacional de Desarrollo, NO existe.
PD2: Ya se empiezan a revelar las supuestas razones que llevaron a Hugo Chavez (en vida) al rechazar a Diosdado Cabello como su sucesor en la República Bolivariana de Venezuela, cada vez más arruinada.
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