“El cuerpo como ente nómada, que nunca hace lo mismo, que nunca es igual. Agosto 5 al 18 – I Encuentro Nómada Artes del Movimiento”
El cuerpo nunca está quieto, nunca está inmóvil, nunca es el mismo, nunca es igual.
Quizás surge aquí una de las más anheladas pretensiones de muchos individuos en sus diferentes disciplinas, entre ellas el arte, lograr que cada que se ejecuta una tarea, un movimiento, un gesto, este pueda ser igual o generar lo mismo que generó esa misma ejecución en otro momento, bien sea continuo, distanciado o inclusive en diferentes espacios físicos.
En gran medida la reducción del positivismo que se ha apoderado desde hace décadas de nuestras estructuraciones sociales y cognitivas, pareciera habernos impulsado a creer que en todo lo que hacemos debemos encontrar bien la creación de leyes universalizables o bien la confirmación de premisas que han sido ya avaladas por el grueso de las comunidades como verdades irrefutables.
Sin embargo en algunos contextos se presentan hoy unas resistencias humanas que procuran poner en entredicho creencias arraigadas que en ocasiones limitan la experiencia, cohibiendo o incluso juzgando la invitación a la vivencia de nuestros seres desde las sensaciones, que no percepciones, permitidas por parte de la naturaleza de animalidad que nos hace y nos crea.
A propósito la filósofa argentina Esther Díaz en su texto “Nietzsche, Deleuze o del devenir animal”, afirma construyendo un poco alrededor de la perspectiva Deleuzeana, que el acaecimiento de lo involuntario hace parte del devenir de la animalidad, permitiéndonos entender así que si bien la razón puede haber permitido darle un propósito superior a tal devenir consustancial al ser humano, también esa misma razón puede habernos alejado de propósitos superiores nacientes de la espiritualidad, y por tanto, haberle dado un lugar privilegiado dentro de nuestras edificaciones de la humanidad a la razón distante del amor.
Ahora bien, dentro de las resistencias mencionadas aparece hoy de la mano de la cultura y el arte un colectivo de soñadores que a pulso ha construido una propuesta para nuestra ciudad, el “I Encuentro Nómada Artes del Movimiento”. Con ello revive esa emoción que a muchos nos invade cuando presenciamos la materialización de sueños de gentes, individuos, seres, que le apuestan a sus ideas con la firme creencia de que es posible crear con otros y para otros, convocando a diferentes actores para que se generen nuevas realidades.
Me llena hoy de alegría tener la posibilidad de asistir e invitar a propios, conocedores y extraños, a un encuentro concebido para disfrutar de las bellezas de la razón y la animalidad puestas en escena en una cantidad de propuestas apenas imaginable para una red independiente en pleno proceso de crecimiento, red esta que además de ello pretende continuar erigiéndose como una plataforma que dé lugar al impulso de diversas manifestaciones relacionadas con el cuerpo y su movimiento.
13 días, participación de 5 países, más de 40 funciones con espacios adicionales de experimentación y conversación, toda una oportunidad de acercarnos a la danza, al teatro, a la música, al circo, a las expresiones de la corporeidad, y por tanto toda una oportunidad para disfrutar y reflexionar acerca de lo que aquí someramente he empezado a proponer para contemplar: los viajes desde la animalidad como posibilidades de acercarnos a nuestra amorosa espiritualidad.