Alguna vez escuché una frase pintoresca que por estos días ha retornado a mi mente con frecuencia, “no se gradúe, es un engaño”, confieso que he estado a punto de creérmelo, y en la ardua lucha por refutar dicha “teoría”, decidí concentrarme en escuchar los comentarios de las experiencias de mis compañeros recién egresados, aquí las conclusiones:
Para comenzar debo admitir que el resultado no fue nada alentador, pues, la mayoría concuerdan con que conseguir un empleo digno en esta ciudad se ha convertido en una quimera, y resalto la palabra DIGNO, haciendo referencia a profesionales que han pasado al menos 10 semestres invirtiendo tiempo y dinero en una universidad, ilustrándose y asimilando teorías y prácticas, uno que otro con un promedio académico que supera las expectativas, un curriculum vitae con un discurso prometedor acerca de sus habilidades y perfil, que brilla por la ausencia de experiencia, tal como recién nacido que da sus primeros gritos de auxilio y una que otra patadita en su intento por moverse y llamar la atención en este mundo siniestro del profesional desempleado, abandonado, cae en llanto y se ahoga en él por la carencia de un padre responsable.
Han pasado cinco meses desde aquel expectante día de la ceremonia de graduación, el día en que ingenuamente escribí y declamé el discurso de grado alentador para mis colegas, en el que aseguraba que detrás del auditorio todas las puertas estaban abiertas para nosotros, y cada sueño que tuviéramos iba a realizarse de ahora en adelante, a partir de ese momento he visitado por día al menos ocho portales para encontrar empleo, sin contar la cantidad de e-mails masivos y las solitudes web a diversas empresas, en promedio cada vacante tiene alrededor de 300, 500 y mil solicitudes, un panorama desalentador.
Si se cuenta con suerte o una que otra “palanca” al cabo de un mes es posible que usted obtenga un nuevo empleo, y eso, descartando la opción de que la empresa no requiera como mínimo un profesional con tres años de experiencia, preferiblemente con una especialización, maestría y doctorado, que tenga destrezas para planchar y hacer malabares, el cual obtendrá por sus conocimientos y actividades desarrolladas diariamente una absurda retribución económica que oscila entre $1.000.000- $1.500.000 mensuales.
En este ir y venir desesperanzador (no está de más decirlo), se encuentra el estafador “el que quiere brindarle empleo a personas sin experiencia”, el famoso Call Center que promete sueldos y condiciones prósperas y que a la hora de la verdad resultan ser ofrecimientos artificiales, o aquellas que mediante nuevas modalidades se aprovechan del nombre del “Network Marketing”, y con empresas fachadas, cargos inexistentes, hacen convocatorias multitudinarias para estafar a los más inocentes y necesitados, incluso violentando las leyes del trabajador, exigiendo para la “contratación” a la empresa, “inversiones” que son considerables sumas de dinero para una persona desempleada, igualmente dinero para exámenes médicos, los cuales por ley deben ser gratuitos, el final es más turbio aún, el candidato al que se le exigió en principio vender una cantidad de productos valorizados en aproximadamente 700.000 mil pesos, y a quién se le solicita atraer a más personas para que se unan a la dichosa empresa, en la mayoría de los casos nunca es contratado y la inversión hecha no es retribuida.
También está el oportunista al acecho, así es, aquellas empresas que prometen hacer sus sueños realidad, que le venden su futuro ideal, que le aseguran el sueldo de ensueños, aquellas suelen identificarse generalmente con avisos ilusorios como los siguientes “buscamos jóvenes profesionales sin experiencia, con actitud y ganas”.
Sus mensajes son inexactos, y finalmente “Mercaderista, comunicador asertivo”, “administrador proactivo” “publicista creativo”, entre otros anuncios atractivos similares, terminan realmente siendo, vendedor multinivel, promotor, impulsador puerta a puerta, cajero y hasta recepcionista, menciono lo anterior sin ánimo de desvirtuar estos oficios, más bien pretendo hacer una crítica a las entidades encargadas de promocionar dichas convocatorias, vacantes y anuncios ambiguos, pues si bien ellos requieren hojas de vida concisas, quienes estamos del otro lado pedimos a gritos información clara desde el inicio, pues lo que menos deseamos en este camino de una búsqueda que parece infinita, es que nuestras postulaciones a diferentes puestos de trabajo discrepen con nuestro perfil profesional, tenga consideración, así nos ahorramos una que otra entrevista y de paso el dinero del auxilio de transporte con el que aún no contamos.
La tasa de desempleo de enero del presente año indica que alrededor de 229 mil ciudadanos en el Valle de Aburrá están en búsqueda de empleo, Según datos estadísticos del DANE.
Es evidente que la suma de graduados de diferentes universidades y facultades de la ciudad excede los límites, esos límites que nadie ha establecido, que más bien son imaginarios, pero que también son necesarios, este es un problema generalizado que viene de años atrás que ya debería haber sido resuelto o al menos aminorado.
¿Qué pasa con la Ley 1429 de 2012, más conocida como la Ley de Primer Empleo?
¿Y a nosotros, los estudiantes recién graduados quién nos da garantía en esta Antioquia la más educada?
¿Quién responde? Las universidades en las que invertimos por un considerable tiempo, a las que en la mayoría de los casos pagamos una materia de créditos excesivos para realizar el requisito obligatorio de la práctica, que más que una ayuda al estudiante es un salvoconducto económico para la empresa que lo contrata, pues les tengo una gran noticia, esa práctica pocas veces cuenta como experiencia, lo que es una gran barrera, aunque se diga lo contrario.
Las medidas tomadas son insuficientes, aunque reconozco desde mi experiencia, y las de mis testimonios, que recientemente se han creado proyectos que buscan contrarrestar esta alarmante situación, disminuir las estadísticas de desempleados recién egresados, puedo a groso modo mencionar dos, Los 40.000 primeros empleos, que a mi manera de ver es exiguo, se resume en capacitaciones de una semana que preparan al joven para el mundo laboral, para las presentaciones de entrevistas, entre otros temas de esta índole, pero el curso no sirve de mucho si no se soluciona el problema de raíz, si las vinculaciones con empresas son pocas, si las vacantes son casi inexistentes y las mínimas que se generan no dan abasto, no tiene sentido preparar a una gran cantidad de jóvenes interesados en obtener su primer empleo, si no hay dónde ubicarlos, como coloquialmente diríamos “no hay cama pa´ tanta gente” y es innegable que las soluciones no están siendo eficaces.
Ahora la opción número dos, nos queda esperar el resultado de la primicia que circula por estos días, esa que dice que, mediante una resolución la Gobernación eliminó el requisito de experiencia laboral para aspirantes a primer empleo para cargo de profesional grado 01, en la Gobernación de Antioquia. Ahora, miles de colegas y no colegas recién egresados desempleados, a la fecha hay 120 vacantes las cuales se van a asignar, previstamente para finales del próximo octubre, mediante un concurso organizado por la Comisión Nacional del Servicio Civil, señoras y señores prepárense “This is Sparta” .
De lo anterior puedo concluir solo una cosa, y para esto voy a compartirle un par de consejos a usted que hoy lee este texto, basada en que este problema viene de años atrás y que evidentemente la demanda de profesionales está en crecimiento frecuente sin mesura alguna, así que depende solo de usted salir de las estadísticas y porcentajes amargos que expresan la crítica situación de la ciudad, quizá como dice mi abuela “piense positivo que algo resultará”, o mi madrina “llame a su vida lo que quiere y llegará, Dios proveerá” o como dice mi papá “ es cuestión de tener la chispa”, o un par de amigos y mi pareja de corriente positivista “ tenga paciencia, usted es una tesa” y a todas estas palabras que aprecio de alguna manera quiero sumarle mi consejo, amplíe sus fronteras, enriquezca sus conocimientos, utilice internet provechosamente, realice cursos certificados online, atrévase a inmiscuirse en el mundo Free Lance, haga de su perfil y su hoja de vida un elemento diferenciador, emplee su tiempo libre dando valor agregado a sus saberes, estudie, y adquiera experiencia en diferentes empleos aunque no sean acordes con su profesión siempre se aprende algo nuevo, por último actualícese, innove, lea , escriba, no se ponga límites imaginarios y sobretodo sea emprendedor, recuerde que debe ponerse al día con su crédito estudiantil y que el tiempo está contando.