En Colombia, cada veinte minutos hay un intento de suicidio. En los últimos 10 años, los suicidios han aumentado 44% y más de la mitad de los casos registrados en 2021, cuando llegamos a la cifra más alta en la historia del país, se presentaron en menores de 30 años.
Sin lugar a dudas, la época de la navidad nos toca profundamente a todos los colombianos. Nos envuelve con un espíritu que mezcla la alegría y la esperanza con la tristeza y la añoranza. Que nos impregne de tantos sentimientos, que es la vida misma, quizá sea lo que haga tan especial a estas fechas.
No para todos, sin embargo, es igual. La pérdida de seres queridos, la distancia que tienen que soportar los que salen del país, la reclusión de familiares, los padecimientos que causan las enfermedades y condiciones como la pobreza, el hambre y la vulnerabilidad, son situaciones que hacen que la navidad sea una época de muchos matices (y que pese más para aquellos que están sufriendo).
En Colombia, cada veinte minutos hay un intento de suicidio. En los últimos 10 años, los suicidios han aumentado 44% y más de la mitad de los casos registrados en 2021, cuando llegamos a la cifra más alta en la historia del país, se presentaron en menores de 30 años. Y ni que hablar de los niños: 32.719 menores han intentado suicidarse y 2.060 lo han hecho durante los últimos siete años.
¿Estamos en un país de niños y jóvenes cada vez más tristes? Valdría la pena reflexionarlo y aprovechar este tiempo para consolidar empatías y solidaridad entre todos los colombianos, fortalecer el amor al interior de los hogares que son el cimiento de los seres humanos, convertir las escuelas y colegios en lugares de acogida a todas las personas y hacer de la sociedad entera un entorno protector que valora, reconoce, fomenta, cuida y se compromete con la vida.
Para hacerlo, tenemos que empezar por hablar más de las emociones, por poner la salud mental en la agenda pública, por construir paz entre nosotros mismos y amor en los corazones. Que esta navidad no sea de alegrías y regalos efímeros, superficiales. Que sea un tiempo de calidad para escuchar, para conversar, para abrazar, para amar de manera constante y para ser mejores.
Nota: un abrazo de condolencias a los familiares y amigos de Juan Camilo Colorado Bedoya en Girardota. Que su partida nos permita hacer una inflexión en el camino.
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