NADIE ME DIJO…

“lo importante no es mantenerse vivo, sino mantenerse humano”

G.ORWELL

Nadie me dijo que el mundo se estancaría, que el vivir se resumiría en olvidar,  que el pensar sería un bien exclusivo de los números y de la producción. Hace años el universo de la maquinaria y la tecnología eran  sumisos de nuestra raza. Ahora bien, poco a poco hemos dejado de ser los dueños para ser los esclavos de los altos edificios, de los magnos papeles verdes y de las cajas por las cuales hablamos para intentar estar unidos, cuando simplemente hemos de estar más solos que un cautivo en tiempos de guerra.

Nadie me dijo que las Artes, la música, la política, la filosofía, la historia, la antropología, entre otras  humanidades; serían olvidadas, olvidadas por los gobiernos, por la sociedad y por el humano para poder dedicarse a lo que ellos llaman “productivo para el hombre”, pero ¿Qué es productivo para el hombre?,  ser una maquina igual a las que maneja, presionar botones,  o ser desgastado por obesos magnates mientras se duran horas olvidándose de quien son pero acordándose para que les han dicho que sirven. Mentiras, es lo único que se oye cuando desplazan las humanidades de los currículos, de los planes de estudios y más aún cuando se entierran los cursos que nutren el alma, que armonizan el pensamiento y juzgan la misma realidad.

Nadie me dijo que con el tiempo le negaríamos a las juventudes ese espíritu inmarcesible de aprender, de ver las dimensiones de la vida social, de analizar el pasado, las letras y el mundo que hoy es herencia del ayer, porque cuando la realidad se hace problema dos toneladas  de cemento no sirven para nada. El hecho no es arremeter contra un lado del conocimiento, pero si, reflexionar cómo dentro de las mismas élites académicas se polariza, hasta erradicar  a lo que ellos llaman «no fructuoso”, pues para la desdicha de muchos no somos vacas gordas fáciles de vender al mercado monopolizado por los eruditos que muestran lo suyo como asombroso y lo que sobra como rebelde e inútil.

Nadie me dijo que en algún momento se llegase a juzgar más a un joven por querer estudiar la lucha de clases que a cualquier ladrón de cuello blanco; el mismo mundo de lo “productivo” ha impactado tanto lo domestico que los padres ya no sueñan con filósofos o historiadores, porque elegir las humanidades es un peligro para vivir, un peligro para tus sueños y una carga insostenible para las gobiernos que ven como única medida darle santa sepultura a lo que no se vende. Así, desde sus ojos es mejor eliminar y cerrar lo insostenible antes que más marxianos anden por las calles muriendo de frío.

Nadie me dijo que la academia sería una caja de citas, que la escritura se convertiría en todo un campo de batalla en el cual yo no puedo pensar ni una sola línea, pues al parecer ya todo está dicho, y ya no podemos pensar más. El monopolio académico nos ha excluido, nadie más, solo la misma academia se ha encargado de olvidar para no recordar jamás, es aquí donde se dice que los tiempos de las ciencias humanas y sociales ya han pasado. ¡MENTIRAS! el mundo contemporáneo es tan complicado que cada problema incomprendido dota de sentido la importancia de las ciencias del espíritu, lástima que nadie se motiva en confesar dicha realidad.

Empero, nadie me dijo que nos olvidamos de ser humanos como diría Orwell, nadie me dijo que estaríamos de luto mientras acaban las ciencias del alma, nadie me dijo que ya no somos importantes por haberlo dicho todo y nunca aportar nada.

Este año fue España, hace tres fue en México, y dentro de treinta quizás seremos todos.