NADA MÁS INJUSTO QUE JUGAR CON LA NECESIDAD….

«NECESITAMOS PERSONAS CON DESEO DE TRABAJAR DE LUNES A VIERNES CON HORARIOS FLEXIBLES Y SIN EXPERIENCIA LABORAL Y CON LA POSIBILIDAD DE GANARSE UNA BECA, SOLO NECESITAS SER MAYOR DE EDAD Y TENER GANAS DE SUPERARSE LLAMAR A LOS TELÉFONOS: 583-11-40 583-11-80 581-88-85 313-258-22-09 O AL CORREO [email protected] PREGUNTAR POR LA DOCTORA QUICENO» (Hacer caso omiso a este anuncio) 

Medellín es una ciudad que a pesar de ser la más innovadora del globo terráqueo, sigue superando de manera lamentable la media nacional en materia de desempleo y subempleo o informalidad.

Enumerar cada una de las causas endógenas y exógenas que pueden generar este fenómeno, daría tema para escribir un texto complejo. Sin embargo, es innegable que Medellín es una urbe que de manera recurrente se torna hostil con los jóvenes que buscan empleo decente y/o ejercer la profesión, arte u oficio para la cual se prepararon. Ese 28.3%, preocupante cifra en la cual se ubica el desempleo juvenil en Medellín, permite inferir con claridad meridiana, que este grupo poblacional es el más afectado con unas políticas de empleo débiles e inadecuadas que se vienen ejecutando tanto desde el contexto nacional, como local.

Valdría la pena preguntarse, si aquella «Ley del primer empleo» (1429 de 2010), que con tanto tino fue aprobada algunos años atrás por el Congreso de la República, en verdad viene siendo aplicada rigurosamente por entidades públicas o privadas; o si por el contrario se está erigiendo un nuevo «canto a la bandera», como tantas veces sucede cuando surgen a la vida jurídica, normas que realmente impactan positivamente sobre el conglomerado social -los de ruana, que llaman-.

Retomando el rumbo de este sencillo artículo, el cual quiero aprovechar para emitir un llamado de advertencia y total repudio frente a aquellos timadores, que aprovechando la necesidad de tantos jóvenes que se ven en la obligación de iniciar una vida laboral; vía periódicos, cuñas radiales e internet; anuncian buenos ingresos y estabilidad sin experiencia, para captar la atención de las masas y luego, despojarlos de sus pertenencias, explotarlos e involucrarlos en «negocios» multinivel, obligarlos a la venta de productos invendibles y en todo momento, jugar con sus necesidades y esperanzas laborales.

Como ciudadano «de a pie», doliente de los diferentes grupos poblacionales que habitan Medellín, quiero ponerme a órdenes de quienes hayan resultado afectados por alguno de estos bandidos, para que desde la praxis jurídica busquemos los medios idóneos para lograr la denuncia ciudadana y la posterior judicialización de todo este tipo de estafadores, disfrazados de empresarios, que migran por toda la ciudad, timando y burlándose de cientos de personas de bien, que sueñan con laborar decente y honestamente, en la ciudad más innovadora del mundo.       

JORGE M. LOPERA Abogado Titulado. Aspirante a Magister en Derecho de la Universidad Pontificia Bolivariana. Asesor en Materia de Derecho Administrativo, redacción de Proyectos de Ley y Acuerdos Municipales. Veedor ciudadano y crítico.
JORGE M. LOPERA
Abogado Titulado. Aspirante a Magister en Derecho de la Universidad Pontificia Bolivariana. Asesor en Materia de Derecho Administrativo, redacción de Proyectos de Ley y Acuerdos Municipales. Veedor ciudadano y crítico.

Notas Al Poniente

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2 Comments

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  • EMPLEO: ¿PRIMA EL INDICADOR o LA REALIDAD?
    ¿Primero la Norma o primero la Mejor Práctica?
    Por algo General Electric ya no cree en la Planeación a Largo Plazo, aún siendo su creadora. Algo así como lo dice Jorge Luis Borges: «Los planes tienen una forma muy sutil de caerse en la mitad». El mundo hoy quiere estar terriblemente «Normatizado», lleno de ISO, de DIN, etc. se paquidermizó corrompiendo el modelo, alcahuetiándolo, desviando la gestión de la productividad al simple cumplimiento de unos objetivos cuyos parámetros de medición están alejados de la realidad mundial del mercado, lejos de cualquier responsabilidad social.
    Debemos regresar a las «Mejores Prácticas», al «Sentido Común» de los abuelos, no se puede premiar la irrealidad,
    si aún con su sesgada metodología de cálculo no se refleja en el indicador de empleo el premio de Medellín como la ciudad más innovadora, algo anda mal con los parámetros para la medición, huele a «Política Pública Podrida».
    ¿Dónde está la eficacia de las políticas públicas de generación de empleo digno y humano? Sus metas alcanzadas no dejan de ser un «imaginario» más de un modelo que no quiere renunciar a sus intereses particulares de los grandes grupos económicos, tanto públicos como privados.
    La realidad es clara, a este modelo de capitalismo salvaje colombiano le falta «ponerse la camiseta» con los objetivos del milenio equilibrando sus intereses netamente financieros con el fomento real del incremento de la productividad por los caminos de la humanización de esta sociedad terriblemente iniquetativa.
    Y lo peor de lo peor, ES QUE ESTÁN CONVENCIDOS QUE YA CUMPLIERON.