El cierre del Museo Casa de la Memoria durante la temporada vacacional de enero fue la oportunidad para conversar con Adriana Valderrama, directora de este espacio, sobre el balance de su primer año, los hallazgos, retos y proyectos que tiene el Museo bajo su dirección. Esta es nuestra primera entrega de [ Conversaciones ], un especial permanente que tendrá nuestro portal para hablar sobre diversos temas a través de un café.
La directora:
Adriana Valderrama López, psicóloga, especialista en Justicia Transicional, magíster en Estudios de Paz y Conflictos de la Universidad de Ulster-Irlanda del Norte, candidata a doctor en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana. Docente de la UPB. Experta en temas de postconflicto y construcción de paz. Participó en el programa Preparémonos para la paz.
- Esta es la conversación con Adriana Valderrama:
Directora ¿Por qué cerraron el Museo a principios de enero?
Adriana Valderrama: La preocupación es entendible, pero yo también creo que solo fueron cuatro días.
Andrés Fernández: Pero se estaba pensando cerrarla 17 días.
Adriana Valderrama: Pero acá no paramos durante todo el año pasado, íbamos a sacar un espacio de formación con las personas que trabajan en el Museo, acá no teníamos problemas con disponibilidad presupuestal, estábamos unos días terminando de organizar para poder hacer comité de contratación, no había una alarma.
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¿Cuál fue el balance del 2016? ¿Cuántas personas asistieron al Museo?
AV: En 2015 (administración pasada) el Museo recibió aproximadamente 8.000 visitas, en el 2016 recibimos 17 mil visitas en el edificio, y por primera vez el museo itineró, es decir, teníamos una exposición en diferentes lugares de la ciudad, porque entendemos que el Museo no es el edificio, el Museo es un espacio que genera unos contenidos y que además recoge y construye en el territorio, el Museo lo de menos es este edificio, pues es muy importante pero el museo de verdad es un trabajo que se hace de la mano con la comunidad, entonces esa itinerancia es un trabajo que se movió por todo Medellín, era una exposición alrededor de niñez entre el conflicto y la esperanza, que además estábamos trabajando conjunto con la casa de Ana Frank, estuvimos itinerando por casi toda la ciudad y esa exposición la visitaron otras 8 mil personas, es decir, el impacto en 2016 fue de más de 25 mil personas, ¡mirá el número de personas que logramos impactar y que se acercaron voluntariamente!
Habían espacios que no funcionaron en 2016 y algunos ciudadanos manifestaron la inconformidad ¿Qué estaba pasando?
AV:Yo recibí la sala central en muy mal estado, en términos técnicos muy mal; en año pasado (2016) nos gastamos los últimos seis meses con el Parque Explora metiéndole la mano a la sala, se hizo un convenio con una inversión de 200 millones de pesos en esa sala que ya está funcionando completamente.
¿Cuántas exposiciones tuvo el Museo en 2016?
AV:Tuvimos 14 exposiciones, algo que no se había visto antes en el Museo; entre esas 14 exposiciones fueron 6 las exposiciones propias y 4 las exposiciones acogidas. Dentro de estas exposiciones también tuvimos “Un legado para la democracia” los álbumes de la Unión Patriótica, en colaboración con el grupo de víctimas de la UP. A su vez trabajamos con “Madres de La Candelaria” y con la línea “Caminos de Esperanza” todo el tema de “Archivo Vivo” y paralelo a esta, trabajamos con Madres de La Candelaria el tema de “Desaparecidos”.
¿Cómo va la relación con las víctimas?
AV:Nosotros tenemos una buena relación, como te digo, acá en el Museo se reúne la mesa municipal; trabajamos con la Unidad de Víctimas sin problemas.
¿Cómo se ve la ciudad en el Museo?
AV: El museo en mi concepto es un proyecto de todos, cómo no va a ser de toda la ciudad un proyecto que es tan lindo, en el que la ciudad pueda sentirse identificada; independiente de que esta se sienta víctima o esté en un proceso de reparación.
Además hay algo muy importante y es que por primera vez, los recursos del Museo fueron operados por convocatoria pública y se desarrolló completamente de la mano de los becarios; así, si tú te lees la literatura en la que mencionan museos en tiempos de paz, la utilidad de museos en tiempos de guerra; la reflexión a la que se va moviendo el discurso internacional de los museos es que, el discurso que ellos llaman museos del futuro; es un museo que trabaja de la mano con las comunidades y cómo se construye un guión museográfico de la mano de la comunidad.
En nuestro caso el guión museográfico de “Imaginarios” se creó con los becarios, es decir, con lo que surge del territorio. Así, nosotros cubrimos casi que la totalidad de Medellín con esas becas.
Eso que el Museo no es de las víctimas, ni de los victimarios ¿a qué se refería?
AV:Si se leía el articulo completo lo que se decía es que el Museo es de todos y éste debía hacer parte la ciudad. De pronto al leer el título podría generarse alguna impresión desfavorable, pero si leías el contenido, seguro estabas de acuerdo. En mi concepto el Museo es un proyecto muy lindo de la ciudad de Medellín, es un logro de la ciudad, y por eso, creo que lo que pasa en este acá es muy importante y se trata de un espacio muy poderoso en términos creativos, es un espacio muy agradable que está a nivel de muchos museos internacionales.
¿De qué te sientes orgullosa en este primer año?
AV: El proceso que más disfruté el año pasado fue el de la distribución de las becas y el surgimiento de “Imaginario”. Más que un orgullo ese proceso fue una satisfacción y me quedará para toda la vida, el proceso de convertir una idea en algo material.
También el trabajo que hicimos con los habitantes de La Loma fue muy interesante, la comunidad nos acogió de forma cálida; ver en el sitio de la ciudad como la gente retornaba y cómo se creaba el vínculo con ellos. La vista hermosa desde este punto de la ciudad y la calidad de la gente.El Trabajo con la UP también fue satisfactorio.
¿Qué es para usted memoria?
AV: Me parece que la memoria tiene dos cosas, primero una remembranza porque es un ejercicio de hacer memoria, y remembrar es porque esa memoria siempre va acompañada de una emoción, de una experiencia que se tuvo; yo creo que somos una memoria, terminamos siendo una suma y un montón de recuerdos y de remembranzas, de memorias y de experiencias vividas que me permiten estar aquí, ser la persona que yo soy hoy. Pero también creo que hay algo muy importante y es que uno desde el presente también puede cambiar el pasado, yo desde el presente tengo la capacidad dependiendo como recuerdo, para qué recuerdo; yo puedo hacer que ciertas memorias que fueron dolorosas o así, yo desde acá las puedo resignificar y darles un nuevo significado y cambiar un poco esa experiencia desde el presente, la memoria es todo el bagaje que uno tiene, además creo que hay unas memorias que son muy conscientes y también hay gran parte de las memorias que están ahí inconscientemente, las tenemos, hacen parte de lo que somos, pero no estamos completamente conscientes todo el tiempo de ese montón de memorias que nos constituyen.
¿Cómo ve los museos frente al momento de paz que vive el país?
AV: Uno se debe preguntar ¿Para qué un museo como estos si no es un espacio para la reconciliación? ¿para qué hacemos memoria? no solo porque es necesario para un tema de denuncia, de justicia, de resignificar las víctimas pero también es un tema que hacemos memoria para comprender y desde el presente cambiar ese pasado para poder construir otro futuro posible.
¿Qué propósitos tiene el Museo en 2017?
AV: Este año vamos a tener dos grandes procesos: comisiones de verdad para seguir en consonancia y seguirle el ritmo al proceso de paz, apenas se acabe el Fast track y cuando las Farc pasen a las zonas de agrupación sigue lo más importante y es el tema de la comisión de la verdad, la idea es evaluar cuántas comisiones de verdad han habido en Colombia, si uno hace un rastreo rápido, muy desde el principio de la primera constitución ya habían comisiones de memoria y mirar que tanta memoria se ha hecho en Colombia y si esa memoria si nos ha servido, o si el tema está en hacer memoria o cómo se pedagogiza la memoria, cómo hacer una memoria que de verdad transforme.
El otro gran tema que tenemos es la violencia de Medellín en los años 70, 80 y 90 porque nos hemos dado cuenta que en esa línea de tiempo tenemos un tema de los que menos carnudo está, pero es uno de los temas que el visitante más viene a buscar ¿qué pasó con ese señor (Pablo Escobar)? ¿Qué estaba pasando en Medellín? y yo creo que esa época está mucho más ligada con la Medellín de hoy y con estos fenómenos que tenemos de violencia y eso, que cualquier otro proceso social que haya pasado en Medellín durante este periodo de tiempo, yo creo que es un deber ser de este museo volver a colocar sobre el tapete lo que pasó en Medellín en esa época y no en función de Pablo Escobar, sino en una pregunta que tiene que ser ¿Por qué Medellín tuvo un Pablo? y porque una sociedad como esta generó a este personaje y todo lo que este personaje generó a su alrededor.
También es importante mencionar que los años pasados no se sabía quien estaba a cargo del edificio, 2016 logramos que el edificio lo entregaran en comodato y eso nos permite asumir el Parque Bicentenario y el teatrino que estaban muy abandonados y sin uso, ya tenemos que buscar cómo vamos a llenar ese espacio de contenido y a darle un buena participación ciudadana, eso lo logramos con Secretaría de Hacienda, Planeación, Gestión y Control Territorial.
En 2017 el Museo prestará servicio al público domingos y festivos
Teléfono: (57 – 4) 3834001 Horarios de atención: Lunes cerrado, martes a viernes: 9 a.m a 6 p.m sábados, domingos y festivos: 10 a.m a 4 p.m
*cuando el Lunes es festivo se cierra el siguiente martes.
Ubicación: Calle 51 #36-66 Parque Bicentenario, Medellín – Colombia.
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