Mujeres para pensar – Annie Robinson Swynnerton

Apasionada por la defensa de los derechos de la mujer, fue la artista plástica que forzó la entrada de las mujeres al mundo del arte en Gran Bretaña.

Annie Swynnerton, nacida en Manchester, dentro de una familia numerosa, pintaba acuarelas para vendarlas para suplementar las entradas de la familia en tiempos difíciles. Su hermana Emily, también era artista plástica.

Estudió en el Manchester School of Art y la Académie Julian en París de 1877 a 1880, y también en Roma de 1874 a 1876 junto a su amiga Susan Isabel Dacre, también de Manchester. En Roma conoció al  escultor Joseph Swynnerton con quien se casó poco después. Allí vivieron desde 1883 ocupando esporádicamente un estudio en Londres. Annie ganó un premio de oro y una beca para estudiar pintura al oleo y acuarela. La obra de Swynnerton tiene aspectos del neoclasicismo, pre-rafaelismo y el impresionismo.

Annie Swynnerton abrió el camino para otras artistas mujeres al haber sido admitida en la sociedad más exclusiva del arte británico, la Real Academia, RA, hasta entonces exclusivamente masculina. Fue en 1922 cuando se convirtió en la primera mujer miembro, 154 años luego de su fundación.

A la Academia le llevó tanto tiempo aceptarla que Annie ya tenía 77 años cuando lo logró, cuando la mayoría de los hombres dejaban la asociación a los 75. Además de sus esfuerzos constantes para ser admitida, recibió el apoyo de algunos de sus más grandes admiradores de su trabajo, como John Singer Sargent. Aún así fue admitida como miembro asociado, no como miembro efectivo.

Para entonces, Annie ya se había acostumbrado a los obstáculos a lo largo de su carrera, durante la cual, según sus palabras “luché y sufrí” para recibir reconocimiento.
Ni siquiera se le permitía acceso a pintar modelos vivos, sino que hubo de viajar a Roma y París para hacerlo.

En 1879, furiosa por la negativa de la Academia de Artes de Manchester, Swynnerton y su amiga Isabel Dacre fundaron su propia asociación, The Manchester Society of Women Painters, donde se organizaban exposiciones y clases de arte, incluso con modelo vivo.

La lucha duró casi diez años en los cuales el trabajo de Swynnerton también involucraba activismo político, por el que firmó la Declaración a favor del sufragio femenino en 1889 y lideró la sección de la liga de Sufragistas Artistas durante la demostración en 1911. Algunas sufragistas compraron sus obras y otras, como la líder Millicen Fawcett posaron como modelos para ella.

Así se formaron redes de mujeres que se apoyaban unas a otras en la lucha por sus derechos en diferentes esferas profesionales.

Las artistas plásticas posteriores a Annie Swynnerton se beneficiaron con sus logros, luego de que ella consiguiera quebrar las barreras del prejuicio, no sólo por ser mujer sino también por su manera de retratar el cuerpo femenino fuera de los padrones románticos masculinos.

Desde Swynnerton, la mujer ha avanzado muy lentamente en términos de visibilidad dentro de las artes. Hoy día solo el 28% de miembros de la Academia son mujeres. La obra realizada por hombres es mucho más numerosa en las colecciones públicas, como la Tate Modern de Londres, que cuenta con apenas el 35% de obras de artistas mujeres. Muchas otras artistas plásticas de la era victoriana continúan siendo ignoradas hoy.

Desde su admisión en la Academia, es finalmente en 2018 que Manchester Art Gallery presenta una exposición de su obra hasta enero de 2019, ¡95 años más tarde!

“Cuando yo era joven, la mujer no podía pintar, decían, y el mundo lo creía y por ello no aceptaba la obra de la mujer, aun cuando fuera sincera y buena.” A. S.

Por: Mujeres para pensar.

Alejandra Guibert

Graduada en 1981 como traductora literaria de inglés en el Instituto Nacional Superior en Lenguas Vivas, Buenos Aires, Argentina, me dediqué en forma paralela a la traducción (especializada en subtitulación) y a la literatura, con una trayectoria esporádica en el teatro y el cine.