Movilidad sostenible y para todos

La planificación urbana tiene que poner en el centro de su discusión a quienes habitamos los territorios y cómo nos movemos en él. Es la única manera de superar la crisis ecológica que atravesamos en Medellín año tras año.

 

Sin pensar una movilidad sostenible y para todos, es imposible superar los problemas de mala calidad del aire, consumo excesivo de recursos, poco aprovechamiento de residuos sólidos y en general, todo tipo de contaminantes que nos llevan a disminuir gradualmente nuestra calidad de vida en la ciudad.

 

En el caso particular de Medellín, la movilidad sostenible pasa por cuatro grandes temáticas: tecnologías limpias para el transporte público y particular, impacto sobre la calidad del aire, desarrollo urbano y territorial, y políticas públicas en pro del medio ambiente.  

 

En el primer punto son varias las iniciativas que se han desarrollado: universidades, sector público y privado, colectivos ambientales y otros, han venido investigando planes y propuestas para reducir el uso de combustibles fósiles y apostarle a energías renovables. Y si bien los avances son positivos en materia de transporte público, en vehículos particulares el impacto es mínimo y la gran mayoría de ciudadanos siguen prefiriendo el carro y la moto por encima del Metro, el bus, el taxi o la bicicleta.

 

El rechazo de los ciudadanos por la utilización del transporte público, que puede tener origen en diferentes causas, tiene un impacto directo sobre la calidad del aire: a mayor número de fuentes móviles contaminando, peor es la calidad del aire que respiramos y la contingencia ambiental causará más dificultades que van desde el factor salud, hasta el factor económico. Por ello es importante que los sistemas integrados de transporte puedan garantizar una movilidad cómoda, rápida y accesible para todos. Esto solo se logra con inversión y con cultura ciudadana.

 

La sostenibilidad y la accesibilidad implican que el desarrollo urbano privilegie a quienes caminan la ciudad, es decir, andenes mucho más amplios para los transeúntes, con rampas para las personas con movilidad reducida y sistemas táctiles para las personas con discapacidad visual; verdaderas ciclorrutas y no vías separadas con pintura donde se pone en riesgo la vida del ciclista al estar casi compartiendo carril con vehículos motorizados; más espacios verdes y mejor y mayor conectividad entre las rutas de buses y Metro.

 

Por último, las políticas públicas y en pro del medioambiente tienen que ser un trabajo articulado entre el Estado, gobiernos locales, colectivos sociales, científicos y empresarios, esto con el fin de buscar soluciones a corto y largo plazo para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Por ejemplo, la modificación de horarios en las empresas, el teletrabajo, la descentralización de servicios, los incentivos tributarios para los emprendimientos ambientales y la utilización de energías limpias, podrían ser acciones prontas y ágiles para mitigar el impacto ambiental, contribuir a movilizarnos mejor y a reducir los problemas que traen vivir en el caos del tráfico vehicular.

 

Carlos Andrés David

Comunicador Social de la Universidad Pontificia Bolivariana, miembro y fundador del Movimiento Social Yo Siembro a Medellín; con este movimiento, junto a 200 jóvenes se logró sembrar en las 16 comunas y 5 corregimientos aproximadamente 4.000 árboles nativos, durante los últimos cuatro años, con el fin de lograr un impacto en la calidad del aire en el Municipio.