Los países vecinos a Colombia, están tan preocupados y atendiendo el virus que se olvidan de los asuntos políticos, que hasta hace tres semanas atrás parecían los fundamentales en la economía de cada ministro de hacienda y comercio internacional. Hasta muchos quisieran tener reservas económicas en los polos norte y sur, según informes de google, allí no llega el coronavirus, no resiste las temperaturas heladas.
No se sabe a ciencia molecular, si es exageración, como produce el contagio, si es el lavado de manos y la desinfección de ciudades lo que más sirve para combatir la expansión del virus, que ha llegado tan rápido como la viruela, en tiempos de conquista española, en tierras de Atahualpa en el Cuzco.
La naturaleza, con su sabiduría, invita a salir a los animales a desplazarse en su hábitat y buscar sus siempre frecuentadas zonas de alimentarse y cuidar sus crías. Los humanos racionales por su parte, están midiendo las distancias, con tapabocas, guantes y atendiendo sus compromisos en el invento de las telecomunicaciones. Gracias al teléfono no se hace más dura la cuarentena y la televisión ayuda, con los noticieros a propagar el miedo.
La tecnología, que no se estaba aplicando, por falta de compromiso social, será la fundamental para seguir apalancando la economía local, subregional y nacional, no hay tiempo de disculpas y serán los grandes inversionistas los que ganaran en la competencia, en la venta de paquetes de portátiles y computadores para recibir clases los estudiantes de la vereda más lejana.
En este año del coronavirus, del trastorno de la semana santa sin feligreses persiguiendo la imagen de apóstoles y de Jesús muerto y resucitado en virtualidad, sabremos valorar la convivencia social y entenderemos, dirán algunos, los trastornos obsesivo-compulsivos de algunos que cargan la lonchera, almuerzo y cubiertos desechables, jabón antiséptico, lavándose las manos cada rato, sacando el perro a sus necesidades sin caminar mucho rato, como el personaje interpretado por Jack Nicholson en la película Mejor…Imposible.