En Antioquia, un plan estratégico innovador está listo para transformar el paisaje de la región. Como argumenté en su momento, la iniciativa «Médula: La Ciudad Larga de Cuatro Corazones» augura una nueva era para Antioquia al priorizar el desarrollo regional.
En el Departamento de Antioquia, un plan estratégico sin precedentes tiene el potencial de transformar completamente la realidad del departamento. El nuevo modelo de desarrollo territorial Médula ya se considera un compromiso ambicioso pero necesario para el futuro de Antioquia.
Para hacer esto posible, Antioquia ha consolidado un liderazgo en planificación territorial en Colombia para promover proyectos que se centren en el desarrollo integral del territorio. En la práctica, esto significa que el departamento desarrolló un plan estratégico a largo plazo con la participación activa de más de 109.000 personas en un diálogo sin precedentes, diverso e inclusivo con todos los sectores y actores de la sociedad. Este ejercicio único basado en una visión colectiva acordada implica una agenda programática para establecer el curso de acción en el horizonte de tiempo, un sistema de monitoreo para el cumplimiento de las Megas establecidas en la Agenda Antioquia 2040, y un modelo de desarrollo territorial; los Macroprocesos.
Un nuevo modelo de desarrollo territorial que apunta a cerrar las brechas de desigualdad
Curiosamente, el plan deja de lado las grandes metrópolis y se centra en las regiones. Esto significa que la prioridad de la planificación está orientada al desarrollo para proteger la vida en el territorio en todas sus formas. Como resultado, la Agenda Antioquia 2040 propone un modelo de desarrollo territorial que involucra tres áreas planificadas que apuntan a incluir el potencial integral de Antioquia y su gente. Las tres áreas se conocen como Médula, la Ciudad Larga de Cuatro Corazones, la Antioquia Pacífica Biodiversa y la Antioquia Caribe Norte.
Las líneas rectoras propuestas para el desarrollo físico y social del territorio se basan en acciones que apuntan a cerrar las brechas de inequidad y consolidar un sistema territorial que responda a las demandas de la sociedad antioqueña.
El corazón de este sistema territorial lo constituye Médula, que también se describe como la ciudad larga de cuatro corazones: el Oriente, el Valle de Aburrá, el Occidente y las subregiones de Urabá, que albergan al 82 por ciento de la población del departamento.
El plan propone un sistema de ciudades intermedias que están conectadas no solo por la tecnología y un sistema vial, sino también a través de instituciones, acceso a servicios básicos, megaproyectos de infraestructura y sinergias con empresas privadas. Esto requiere un gobierno que entienda y sea sensible a las necesidades de sus ciudadanos, que esté dispuesto a escuchar las voces de todos los territorios y aprovechar la oportunidad de dejar atrás el modelo de gobernanza centralizado.
Conectar núcleos significa conectar vocaciones
Como parte del plan, esta nueva macrorregión se desarrolla transversalmente y conecta a Antioquia con sus nodos de desarrollo territorial, con Colombia y con el mundo. A lo largo de cuatro de las nueve subregiones del departamento, Médula cubre 250 kilómetros lineales de biodiversidad. El área de Médula comprende la meseta del Valle de San Nicolás a 2.000 metros sobre el nivel del mar, desciende posteriormente a través del Valle de Aburrá a 1.500 metros y continúa a través del valle del río Cauca en el municipio de Santa Fe de Antioquia a 500 metros para finalmente llegar al mar de Antioquia en Urabá a 0 metros. Estas regiones se caracterizan por un extenso desarrollo urbano, económico y funcional, así como por una concentración de población, paisajes, clima y actividades económicas.
Con el fin de conectar este amplio territorio, los ingenieros antioqueños han desarrollado carreteras, puentes y túneles que cruzan y rodean las montañas del departamento. Uno de los megaproyectos más importantes es el túnel Guillermo Gaviria Echeverri. El túnel más largo de América que reducirá los tiempos de viaje entre Medellín y el mar de Antioquia hasta en un 25 por ciento y contribuirá al desarrollo social y económico de los municipios en el área de influencia del proyecto.
Avanzando hacia un desarrollo territorial más equitativo
Además de conectar los cuatro núcleos también se deben conectar sus vocaciones: el compromiso de Urabá con la competitividad en torno al mar y su biodiversidad, el Occidente como el corazón turístico de Antioquia, las importantes infraestructuras y la constante innovación del Valle de Aburrá, y el compromiso del Oriente con la agricultura y la disponibilidad de recursos naturales. Todo el territorio conectado, accesible y sostenible ha sido diseñado para promover la interacción y el flujo de personas, bienes y servicios de una manera eficiente, equitativa y respetuosa con el medio ambiente.
Sin duda, el desarrollo de Médula no solo requiere una inversión significativa a mediano y largo plazo, sino también un cambio cultural que promueva la cooperación entre las diferentes regiones de Antioquia.
Esperemos que avanzar hacia un desarrollo territorial más equitativo en Antioquia resulte en una reducción de las desigualdades entre las diferentes regiones del departamento, aumente las oportunidades para las personas que viven en zonas rurales y remotas y fortalezca las economías locales.
Lo que ya es seguro es que Médula constituye una propuesta única en América Latina, que destaca el poder geográfico y biodiverso del departamento y se enfoca en la planificación rural y urbana para promover el uso sostenible y equilibrado de la región.
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