Con el olvido político de MDE inteligente y la actual crisis ambiental que estamos viviendo en la ciudad, deja al aire las siguientes preguntas:
- ¿Por qué la alcaldía de Medellín no tiene convenios estratégicos con instituciones educativas para trabajar y promover el trabajo y la investigación ambiental?
- ¿Por qué las medidas de contingencia ambiental no tuvieron participación de la comunidad cuando se plantearon, si de acuerdo a la alcaldía y entes gubernamentales, todos somos los responsables?
- ¿Por qué en la mesa concertada con el ministerio de medio ambiente no hay un asiento para la comunidad?
- ¿Por qué, teniendo los recursos de ruta N, no se ha fomentado a los científicos de la ciudad a innovar en temas medioambientales, integrando los resultados al SIATA?
- ¿Qué pasó con la supuesta implementación del sistema de datos abiertos en la ciudad?
Preguntas sin respuesta o con respuestas evasivas, vacías y sin sentido, donde la ciudadanía tiene muchísimas ganas de participar y ser parte de la solución.
En un gobierno donde no se siente en la capacidad de solucionar los problemas y no hace sino mendigar en sus gobernados la cooperación y apoyo, debe por obligación dar las herramientas para actuar, para ser propositivos, activos y creativos ¿Qué mejor herramienta que abrir los datos que tienen las secretarias y dependencias? ¿Qué mejor herramienta que permitir que los ciudadanos, periodistas y científicos realicen estadística, cálculos, maromas, graffitis, reportes y demás menjurjes para entender mejor cualquier problema de la ciudad?
¡Es que necesitamos una política de datos abiertos en Medellín y en el valle de aburrá! Necesitamos que la gente pueda descargar en sus computadoras los datos sobre los niveles de contaminación en el aire, necesitamos que se pueda descargar el flujo vehicular segundo a segundo, necesitamos que se puedan descargar los reportes de seguridad en línea (qué no sirve para nada), necesitamos saber cuántos parqueaderos públicos, en tiempo real, hay disponibles en el parque lleras o en laureles ¡necesitamos herramientas para trabajar y ser parte de la solución!
Y ni hablar de los otros beneficios que trae una buena política de datos abiertos en la ciudad: mayor control del gasto, disminución de los índices de corrupción, mejora de percepción y confianza de los gobernantes, disminución del analfabetismo digital, mejoramiento de los índices de calidad de vida, mayor progreso en el sector industrial y empresarial…
Ejemplos del éxito en datos abiertos encontramos a San Francisco, California con su excelente aplicación móvil para encontrar un parqueadero cerca de nuestra ubicación, Nueva York con su sistema de información en tiempo real de llegadas y salidas de trenes, los diferentes periódicos online con sus espectaculares especiales sobre fútbol, tecnología, política, medio ambiente, moda, cine, televisión, etc.
Incluso la NASA, a través de sus sistemas de satélite que monitorean el medio ambiente y los cambios del planeta tierra, utilizados por el SIATA y el IDEAM, son ejemplos de lo poderoso de los datos abiertos.
Dejemos de lado esa necesidad de estar manteniendo en gavetas y procesos burocráticos los datos, estudios, resultados, análisis, discursos y todo lo que salga o entre a los entes de gobierno, para que la ciudadanía demuestre que sí le interesa la ciudad y que dejen de decir que somos egoístas, nos gusta montar en carro y tenemos pensamientos de narcos.