Por: Ana Cristina Moreno Palacios
@AnimorenoP
El contaminante crítico que deteriora la calidad del aire en Medellín es el material particulado 5, producido principalmente por vehículos e industrias. Alrededor del 80% de las emisiones de este material particulado, es producido por fuentes móviles: 60% volquetas y camiones, motos 23%, buses 10%, autos 6%. El otro 20% corresponde a fuentes fijas (industrias).
En marzo los medellinenses hemos sido nuevamente testigos de la mala calidad del aire, debido al material particulado que no circula por la densa y baja nubosidad que hay en todo el Valle de Aburrá, la poca fuerza de los vientos, y la imposibilidad de que los rayos del sol lo disuelvan, lo que ha traído traumatismos a la ciudad, no solo por el pico y placa ambiental, sino y principalmente, por los efectos nocivos para la salud de todos.
Es importante entender que los contaminantes del aire provienen tanto de fuentes móviles como de fuentes fijas, por lo que las acciones que ha tomado el Área Metropolitana van en ambos sentidos, no obstante hay que incrementar los esfuerzos, y tomar decisiones que vayan mucho más allá del momento de una eventual contingencia o alerta ambiental, para que se conviertan en políticas estructurales de calidad del aire.
Por tal motivo, es que les he propuesto a los habitantes de Medellín varias opciones para que juntos mejoremos la calidad de nuestro aire, entre ellas, la chatarrización de volquetas, ya que estos automotores tienen una responsabilidad de más del 30% (alrededor del 60% de las fuentes móviles) en la emisión de material particulado.
Esta propuesta no surge de la nada, sino de un trabajo que ya ha venido haciendo Camacol con los volqueteros, y en el que hay receptividad mutua, por lo que desde la Alcaldía de Medellín me comprometo a acompañar este proceso para que los dueños de estos vehículos puedan acceder a créditos blandos y así renovar el parque automotor con nuevas tecnologías más limpias y amigables con el medio ambiente.
También es necesario incrementar el control sobre la emisión de gases de los vehículos particulares, pues según datos de la actual administración, más del 48% de los automotores a los que se les ha detectado emisiones por encima de lo permitido, tienen en regla su certificación técnico-mecánica, lo que nos hace preguntarnos ¿Qué tan efectivos están siendo los CDA? Si acaso llega a haber corrupción en este tema en particular, sería el caso más exótico, en el que se quebrante la ley y se pague por respirar un aire contaminado.
En igual sentido debemos mirar al Transporte Público Colectivo, pues en la ciudad aún se ven fumarolas de cuatro ruedas que transitan por nuestras calles.
Aquí el llamado es claro, el Área Metropolitana, como autoridad ambiental, debe ser mucho más contundente en el control de la emisión, y no esperar a marzo u octubre, que son los meses críticos en calidad del aire, para hacerle control a las chimeneas móviles que transitan por nuestras vías.
Ante esto, cabe mencionar que el Alcalde Federico Gutiérrez ha trazado el objetivo de que Medellín se vuelva la Capital de la Movilidad Eléctrica de Latinoamérica, y es un sueño al que me uno con total convicción, pues no podemos ser testigos pasivos del deterioro de nuestro medio ambiente y nuestra calidad de vida, por lo que se necesitan metas audaces y realizables.
Migrar al transporte eléctrico no es la única tarea, ya que debemos hacer que el Sistema de Transporte sea más atractivo para los ciudadanos, y eso lo logramos integrando y conectando parqueaderos, ciclorrutas y andenes, tanto con las estaciones del Metro y el Metroplús, como con nuestros hogares, nuestros lugares de trabajo o nuestros lugares de estudio.
También debemos seguir incentivando medios alternativos de transporte como la Bicicleta y facilitando la construcción de andenes y zonas peatonales para que caminar sea un medio atractivo para desplazarnos.
Finalmente, también he querido proponerles a los habitantes de Medellín sumarnos a revivir el viejo sueño del Ferrocarril de Antioquia como Tren de Cercanías, ya que esa sería la línea de apoyo que necesita el Metro de Medellín para que no colapse, y nos permitiría que en el extremo norte y el extremo sur del Área Metropolitana, los camiones puedan embarcar y desembarcar la carga, y así evitar que transiten por nuestra ciudad, descongestionando las vías y evitando que se libere más material particulado en nuestro aire.
Adicional a esto, el Tren de Cercanías también serviría para transportar las basuras hasta Pradera, lo que liberaría la circulación de los camiones de basuras.
La calidad de nuestro aire es un asunto de salud pública, y esta generación debe hacer todos los esfuerzos por mejorarla, no puede cargar con la culpa de no hacer nada por mejorarlo, porque finalmente somos nosotros, nuestros padres y nuestros hijos, quienes terminamos aspirando este aire, y depende de nosotros que sea limpio o lleno de contaminantes.
Quiero ser la alcaldesa de la Sostenibilidad, la alcaldesa que se la juegue por el medio ambiente, por un aire puro y por una movilidad inteligente, para que Medellín siga siendo la ciudad de la Eterna Primavera. Hagamos que las cosas pasen.