Esa vehemencia, esa seguridad con la que en los debates previos a la campaña presidencial de 2018 decía: «el que la hace, la paga», y mi gobierno no tendrá contemplación alguna con los que incurran en actos de corrupción, ya se nos demostró que fueron producto del calorcito de campaña, y nada distinto a otra frase, de otro innombrable que cuatro años atrás había ofrecido firmar sobre piedra que no incrementaría los impuestos.
No tendrá en los tres años que le restan de gobierno a Iván Duque, una mejor oportunidad para enviarnos un mensaje claro a los colombianos, querientes y malquerientes de él, de que sus palabras tenían fundamento y le salían de una buena combinación de corazón y razón.
Lo que representa Andrés Felipe Arias, con su remoquete bien ganado de Uribito, su «agro ingreso seguro», sus berrinchitos aquí, y allá en Estados Unidos, sus intentonas por frenar un fallo de la justicia, fué para Duque, la oportunidad perfecta y dilapidada de empezar a mostrar un talante distinto, y no solo no fué así, pues además nos dijo a todos, no solo que los delincuentes tienen estrato, sino que algunos de ellos, por ser amigos de su gobierno, tienen prerrogativas adicionales.
Discrepo de quienes quieren ver sangre, sudor y humillación en quienes resulten condenados por la justicia humana, así que el detalle de haber traido al «reo ausente» sin que medios de comunicación registraran el hecho, me gustó, pero es que en la retina de muchos estaba fresquecita la imágen de otro delincuente, constructor de pirámides de desfalco, recién entregado a este gobierno por los gringos, y entonces se pregunta uno: ¿cuál es la diferencia?…¿dónde está ese principio de que ante la ley somos iguales?…o será que hay unos más iguales que otros?
Hombre Iván: sigo siendo de los que gozo con sus éxitos, y sufro con sus derrotas. Yo voté por usted convencido de que era mejor que el de Ciénaga de Oro, pero créame: hoy me siento desdichado, y el discurso siempre a flor de piel para defenderlo entre mis amistosos contertulios, se me acabó…no sea usted el que venga a promover la «ley Arias» para conseguirle una segunda instancia a Andrés Felipe… qué tal vaya y se la concedan, y esa segunda instancia confirme la sanción?: pago escondidijo a peso.
En Guanteros nos dejaron callados.