Mas de 3 mil contratos a dedo fueron suscritos entre el 1° de enero y el 5 de mayo en la gobernación de La Guajira y los 15 municipios del departamento, por más de 1 billón de pesos, por el papayazo que dio el Congreso aplazando la ley de garantías y que la Corte Constitucional declaró inexequible con efectos retroactivos a partir de la fecha de expedición de la ley. (Comunicado Sentencia C-153-22)
La ley del Presupuesto General de la Nación fue la oportunidad que aprovecharon congreso y gobierno para imponer que “Con el propósito de promover la reactivación económica y la generación de empleo en las regiones, a partir de la publicación de la presente ley y durante la vigencia fiscal 2022, la Nación podrá celebrar convenios interadministrativos con las entidades territoriales para ejecutar programas y proyectos correspondientes al Presupuesto General de la Nación”, y con esa decisión aplazó la vigencia de la ley de garantías en plena campaña electoral para elegir los congresistas del período 2022-2026.
Claramente no había ningún propósito de reactivar la economía ni generar empleo, sino abrir un espacio presupuestal para financiar a los candidatos afectos al gobierno que aspiraban al Congreso de la República.
Y en el parágrafo de ese mismo artículo, para lavarse las manos, estableció que “Todos los convenios que se suscriban bajo el amparo de la presente disposición serán objeto de control especial por parte de la Contraloría General de la República. El Contralor General de la República determinará, en el marco de sus competencias constitucionales y legales, la forma en que se ejercerá dicho control especial”, como un saludo a la bandera porque la Contraloría no ha sido prenda de garantía de nada en este gobierno, terminan arropados con la misma cobija, y más bien el control fiscal ha sido utilizado con fines políticos.
¡Pero quién dijo miedo! Una vez que empezó la vigencia 2022 sobrevino la andanada de contratación a dedo, porque en conciencia sabían que habían cometido un abuso y que la Corte Constitucional terminaría enterrando esa norma; porque precisamente lo que hace el artículo 38 de la Ley 996 de 2005 es impedir la contratación directa y los convenios interadministrativos dentro de los 4 meses anteriores a las elecciones, para evitar el flujo de la mermelada y la contratación con el uso de dineros públicos comprando votos que favorezcan a algún candidato.
Aplazaron la vigencia de la ley de garantías para mover la nómina estatal, usar el procedimiento de la contratación directa y los convenios interadministrativos para favorecer a los aliados políticos poniendo en juego la propia legitimidad de la democracia. La contraprestación estuvo en las urnas para la elección de los congresistas. Pero eso al gobierno, al congreso, a los gobernadores y alcaldes les importó un “asterisco”.
¡Y La Guajira no podía quedarse atrás!
De acuerdo con una revisión que llevé a cabo en el SECOP donde publican los contratos públicos, con el apoyo de un ingeniero porque hay que ser un experto para consultar ese sistema de información pública, identifiqué que en el departamento de La Guajira, tanto la gobernación como los 15 municipios, suscribieron más de 3 mil contratos a dedo sin incluir las entidades descentralizadas ni las oficinas que tienen la facultad de ordenador del gasto para contratar directamente, lo que hace suponer que pasaron de 4 mil: mermelada al mil por ciento. Burocracia inútil para la campaña al congreso porque eso no es por méritos ni tampoco es gratis. ¡Con razón…!
A través de esta denuncia pública los invito a revisar los contratos de la gobernación y de cada municipio para que se lleven sorpresas con los nombres y valores que van a encontrar y saquen sus propias conclusiones. En la gobernación y alcaldías hay más contratistas de prestación de servicios que empleados de nómina. (Informe)
No hay la más mínima posibilidad de que la Contraloría Departamental lleve a cabo ningún control para revisar esos contratos a dedo porque al final terminan siendo “cucarachas del mismo calabazo”.
Y como dijo el filósofo de La Junta: Se las dejo ahí...
Comentar