Es impresionante cómo se cumplen las descripciones epistemológicas de Imre Lakatos sobre las hipótesis ad-hoc inmunes al testo empírico. El COVID-19 no se puede frenar. No hay solución, excepto convivir con él, como con cualquier endemia o pandemia, siguiendo la vida normal y abriendo el mercado libre y el debate libre sobre tratamientos alternativos. Obviamente las cuarentenas y las vacunaciones obligatorias no funcionan ¡Nunca! Si hay más casos, ni se les ocurre que los métodos pueden haber estado equivocados: más cuarentenas y más vacunas. Si el mundo contradice mi teoría, peor para el mundo. Gracias “científicos”.
La planificación soviética de la economía no funciona, pero tampoco funciona la planificación soviética de la salud. Una sola voz y/o un solo tratamiento y al disidente lo silenciamos, lo encarcelamos y lo enviamos a la “nueva Siberia”. Y sin darse cuenta de la mentalidad dictatorial en la que han sido educados, casi todos aprueban.
Por supuesto, en muchos gobiernos hay una intencionalidad política descarada. Pero el drama se produjo cuando casi todos aceptaron que “era solamente por 15 días”. Incluso, algunos liberales clásicos y libertarios lo aceptaron. Que atrás que queda la libertad cuando las papas se queman, igual que con la lucha contra el terrorismo. Virus, terrorismo, marcianos diversos, en fin, la libertad queda para después… LIBERTAD: ese lujo prescindible. LIBERTAD: que bien que quedas en los discursos.
Sin el oxígeno de la libertad, el mundo se ahoga feliz. Hacia allá vamos. El totalitarismo de toda índole, sea regional o mundial ¡ya es un hecho! Solo falta controlar algunas cosas, como por ejemplo que este artículo aún se pueda leer. Pero ya controlaremos todo… En la década de los 60’s, por influencia del Súper Agente 86, era caos versus control; pero no ¡El control es el caos!
Este artículo apareció por primera vez en el blog Filosofía para mí de Gabriel Zanotti, y en nuestro portal aliado El Bastión.
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