Más allá del fútbol, juega la política

Con ocasión al mundial de fútbol, que se celebra este año en Rusia, el cual tendrá paralizado por un mes a gran parte del mundo; pretendo hacer visible algunos acontecimientos históricos, cuando más allá de un partido o de un torneo de fútbol, jugó la política; para esto, tomaré algunos campeonatos mundiales donde acontecieron hechos políticos y sociales que trascendieron las canchas de fútbol.

Desde 1930 hasta 2018 se han celebrado 20 ediciones del torneo más importante de selecciones nacionales de fútbol, habiéndose celebrado en 4 de los 5 continentes: la primera vez fue en Uruguay, nación que a la postre sería la primera ganadora del torneo, sin embargo, ya en la segunda edición Italia 1934, se podía visualizar los vínculos del fútbol con la política. Para en esa edición, Benito Mussolini, utilizó el fútbol para afianzar los lazos nacionalistas italianos y como medio de legitimación de la ideología fascista. Pero no fue la única vez que el fútbol le sirvió a la política.

En 1939 estalla la II Guerra Mundial que duró hasta 1945, por lo que en los años 1942 y 1944 no se jugó el mundial de fútbol, debido a este conflicto, considerado como el más sangriento enfrentamiento bélico de toda la historia.

Tras la pausa por la II Guerra Mundial, el mundial de fútbol reinició en Brasil 1950, mundial del famoso “maracanazo”, que daría paso a los campeonatos de Chile 1962 e Inglaterra 1966.  Para las eliminatorias hacia el mundial de México 1970, sucede lo que se conoció como “la guerra del fútbol”,  en 1969 El Salvador y Honduras, no sólo enfrentaban a sus selecciones por un cupo al mundial, sino que enfrentaban a sus ejércitos por el control fronterizo y territorial, aunque la guerra solo duró 4 días, dejó más de 4000 mil muertos y a El Salvador clasificado a su primer mundial.

La participación de Brasil en México 1970 estaría marcada por un lado, por la presencia de un equipo estelar que practicaba el “jogo bonito” con Pelé, Rivelino, Tostao, Carlos Alberto, Jairzinho, que a la postre sería el campeón y por el otro, con la dictadura que buscaba legitimación por parte del pueblo brasilero, se dice que incluso el general Emilio Garrastazu Médici, obligó al técnico de la verdeamarela Mario Zagalo a llevar a algunos jugadores como el caso de Darío. El hecho de que Brasil ganara ese campeonato, le sirvió a la dictadura para legitimar su poder.

Para 1974, el mundo estaba en plena guerra fría, la división del mundo se evidenciaba entre occidentales capitalistas y orientales comunistas; un hecho anecdótico sucede en el mundial de ese año, como muestra de esa división se enfrentaron Alemania occidental contra Alemania oriental, una sola nación dividida como pago de la guerra. Aunque Alemania oriental ganó ese enfrentamiento, sería Alemania occidental la que saldría campeona.

En marzo de 1976 llegaría al poder el general Rafael Videla dando inicio a la dictadura Argentina y con ella un periodo de muerte y desapariciones, que hoy tienen, en las abuelas de la plaza de mayo, sus más fieles sufrientes. En medio de esta coyuntura sociopolítica, se celebra en Argentina el mundial de 1978, el objetivo de la junta militar era tener una excusa para entretener al pueblo y alejarlo de la realidad de las masacres y desapariciones, Argentina ganaría ese mundial, un mundial preparado para ellos, a los jugadores se les acusaría de jugar a favor de los militares, así nuevamente se le dio al pueblo “pan y circo”.

Como si no bastase con los muertos y los desaparecidos, los militares argentinos deciden en 1982 invadir la isla de las Malvinas[1], esta invasión conllevó a una guerra entre Argentina y Gran Bretaña por el dominio territorial de la isla, dejando la isla en manos de los británicos, pero el destino del fútbol tenía preparado un nuevo escenario para un nuevo enfrentamiento, los cuartos de final del mundial México 1986, allí los argentinos salieron con el corazón en la mano, movidos por los deseos de venganza de los caídos, y sí que lo fue, Argentina derrotó 2 a 0 a Inglaterra, teniendo a Diego Maradona como su máximo protagonistas, los dos goles de Maradona fueron más letales que las balas, la famosa “mano de Dios” y el que será recordaron como el mejor gol del Siglo XX, Argentina perdió la guerra, pero ganó la copa de 1986.

Otro hecho, que no pasa desapercibido es la separación de Serbia y Montenegro en plena copa del mundo del 2006, si bien, clasificaron como una sola nación, lo cierto es que la antigua Yugoslavia era un mar de nacionalismos, fruto de esas tensiones, los montenegrinos deciden convocar a un referéndum separatorio,  tras su aprobación y mientras disputaban la copa en Alemania, Montenegro se separó de Serbia, aunque en el equipo solo había un montenegrino, este tuvo que seguir disputando los partidos como Estado único.

De otra parte, las últimas tres sedes del mundial de fútbol; Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018, son países miembros del BRICS[2]. Lo cual desde el punto de vista político reviste una gran importancia, realizar un mundial de fútbol es la mejor vitrina para realizar marketing político, sirve para mostrar el poderío económico, político y militar de la nación organizadora.

Finalmente, la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), es el máximo organismo de fútbol en el planeta, la FIFA tiene un poder político sin comparación con cualquier otro organismo deportivo, a tal punto, que una decisión de la FIFA puede afectar la política interna de un Estado. La elección de la sede para un mundial de fútbol, tiene todos los condimentos políticos internacionales, desde el lobby hasta las alianzas estatales, como el caso de Japón-Corea en 2002, otro ejemplo del poder político de la FIFA se experimentó en Brasil 2014, en donde los sobrecostos en la remodelación y construcción de los estadios, la adecuación de los aeropuertos y medios de transporte, y las políticas de seguridad, han ocasionado un número considerable de protestas sociales. El poder político de la FIFA llega incluso a prohibir a los Estados su injerencia o inmiscuirse mediante alguna de sus instituciones o mecanismo en asuntos propios de una asociación nacional de fútbol, el Estado que incumpla con esto podrá ser suspendido o excluido de la FIFA, lo cual le impide participar en cualquier evento organizado por este organismo.

Definitivamente, no siempre que rueda el balón, se disputa un partido de fútbol, en ocasiones, más allá del fútbol, juega la política.

[1]  Territorio insular bajo el poderío británico al sur de la Argentina

[2] Sigla utilizada para denominar a un grupo de potencias emergentes compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Duvan Fernando Valencia García

Licenciado en Filosofía y Educación Religiosa, Abogado, Magíster en Estudios Políticos de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, Colombia, Candidato a Doctor en Filosofía en la misma universidad. Docente de tiempo completo en la IE Donmatías y docente de tiempo parcial en la Universidad minuto de Dios sede Itagüí