Mario Cerchar: la voz de una nueva era en el vallenato

En un panorama musical donde lo urbano gana terreno y las fusiones mandan la parada, hay voces que se levantan como resistencia noble y elegante, voces que no solo cantan, sino que evocan. Una de esas es la de Mario Cerchar, joven cantante guajiro que hoy se perfila como una de las grandes promesas del vallenato clásico, gracias a una interpretación que recuerda, con inevitable nostalgia, al inolvidable Jorge Oñate, el Jilguero de América.

Pero lo de Cerchar no es simple imitación: es simetría emocional. Su tono de voz guarda un asombroso parecido con el de Oñate, sí, pero es su capacidad para imprimirle a cada verso una carga de autenticidad, temple y modernidad lo que marca la diferencia. En sus presentaciones, la nostalgia no se ancla al pasado, sino que se transforma en una fuerza viva que atrae a nuevas audiencias sin traicionar la esencia del género.

Al lado de Jesús “Chucho” Ocampo Ospino, acordeonero laureado con coronas como Rey Vallenato Infantil 2006 y Rey Aficionado 2015, Cerchar ha encontrado un complemento perfecto. Juntos conforman una fórmula que no solo respeta los pilares del vallenato —el canto sentido, el verso bien dicho, la melodía de acordeón bien ejecutada— sino que además le imprime vitalidad, energía escénica y una estética que conecta con las nuevas generaciones.

Cerchar no canta para competir con las modas. Canta como quien rinde homenaje, como quien lleva en su pecho una misión: mantener encendida la llama del vallenato auténtico. “No basta con cantar bonito —ha dicho en varias entrevistas—, hay que sentir cada canción como si fuera la historia de uno mismo”.

Y eso se nota. En su repertorio, que mezcla composiciones propias con clásicos de la vieja guardia, hay una narrativa coherente: la del joven que conoce sus raíces, las honra y las transforma en vehículo para enamorar nuevos públicos. Su voz, cálida y profunda, no necesita excesos para estremecer; basta con que suene un par de versos para que el público, de cualquier edad, sepa que está frente a un artista distinto.

El futuro del vallenato necesita referentes que miren hacia adelante sin olvidar de dónde vienen. En Mario Cerchar hay una síntesis poderosa: herencia y renovación. Con él, el eco del Jilguero no solo se mantiene vivo, sino que se proyecta hacia una nueva era donde la tradición y la juventud pueden coexistir.

Y en ese canto que se niega a morir, está también la promesa de que el vallenato, como cultura viva, todavía tiene muchas historias que contar.

Jesús Mora Diaz

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