A propósito de lo que diré, les comparto una anécdota de cierto Inspector de Policía escaso de competencias para el cargo, que fue llamado a atender el evento de un sujeto que decidió morir ahorcado. Llegado al sitio, el funcionario ordenó que al occiso se le hiciese el ‘descolgamiento’ para proceder al levantamiento del cadáver, que así se llamó la diligencia por muchos años.
Ya sobre el suelo, el hombre procedió al ‘levantamiento’ y parte sin novedad.
Todos vivimos del idioma, en especial los periodistas que de él derivan el sustento o pitanza que llaman, pero que le dan sombrerazos a cada rato en lo que son campeones los narradores y comentaristas deportivos.
En El Colombiano del 22 de abril, víspera del Día del Idioma, se reseña el asesinato de José Antonio Ocampo Obando, a cuyos pormenores no me voy a referir, sino la hecho de que en la noticia se alude al ‘levantamiento del cadáver’ por parte de la Policía Judicial.
He de decirle al señor periodista y al corrector de estilo del diario que, en estricto lenguaje jurídico, debe decirse Inspección de Cadáver, sea que esté tendido, colgado, de medio lado, boca arriba o boca abajo, o lo que quieran.
Otro caso de uso cuestionable es el de tráfico y tránsito por parte de periodistas y autoridades que, si bien tienen definiciones parecidas pero diferentes, en el Diccionario de la Real Academia Española, en la práctica están diferenciadas. Para el Diccionario transitar es “ir o pasar de un punto a otro por vías o parajes públicos, 2. Viajar o caminar haciendo tránsitos” y traficar, en la acepciones que vienen al caso, es “comerciar, negociar con el dinero y las mercancías. 3. Hacer negocios no lícitos.”.
Ahora bien, Yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos, transitan y transitamos y no traficamos de un lugar a otro a pie o en METROPLUS. La cosa es clara, existen las autoridades de Tránsito y Transporte y, que se sepa, no de tráfico y transporte y un Código de Tránsito porque del tráfico se encargan las leyes de estupefacientes, las Policía Antinarcóticos, la DEA.
Tiro al aire: Para evitar confusiones y malos entendidos, diferenciemos y no le demos de patadas al lenguaje.