Los científicos sociales no debemos menospreciar e ignorar los contenidos de entretenimiento de internet, ya que son ellos, los que están formando el conocimiento e incluso la moral del humano del siglo XXI.
No es una revelación que uno de los grandes males de nuestra época son las “correcciones políticas”. Lo digo con tal calificativo, ya que han pasado a convertirse en la inquisición del siglo XXI, donde se puede “cancelar” un producto o servicio por el simple hecho de no ser lo suficientemente inclusivo, respetuoso, etc. En muchos casos, este producto tiene de fondo un pasado de desigualdades e injusticias legales y sociales, por ejemplo, la segregación racial en contra de los afrodescendientes. Sin embargo, dicha corrección política trae de fondo una deformación, tanto de los productos como de los mensajes que, si bien tratan de “caerle bien” a las mayorías, excluye y limita la libertad.
Parte de esa corrección se vive en el humor, donde los chistes y bromas han dejado de ser auténticas, para pasar a un humor prefabricado, con oraciones genéricas y condescendientes con la inclusión forzada. Sin embargo, en ese umbral oscuro en el que parece que está metida la comedia, aparecen estos individuos llamados Malcriados, cuyos personajes (porque lo son), Amado y Kaifaz, al nunca mostrar su rostro más que por ilustración, nos permiten tener un sano escape, una comedia auténtica y sin correcciones de ningún tipo; entendiendo que el humor es simplemente eso, humor. Afirmación que se resume en un vocablo, que tanto corto como carismático, nos hace resumir que todo se vale en la sátira, sarcasmo y humor: jiribilla.
La especialidad de este dúo de comentaristas (no encontré un calificativo más apropiado, ya que se dedican a eso, a comentar de todo un poco) es el “bajo mundo del internet”, es decir, el contenido chatarra, bizarro, hostil, pobre y de poca calidad que se sube a Youtube. A dicho bajo mundo suelo referirme como “el Underground de Youtube”, ya que es eso, lo que no llega a flote y es opacado por contenidos virales y de millones de reproducciones.
Quizá la persona que más representa ese bajo mundo de Youtube en México, es la polémica Marisol Domínguez, alias Aimep3. Mujer obesa y agresiva (que aceptó haber matado a un cachorro con sus manos y maltratado a su exesposo) que, con su contenido bizarro y pobre, aprovecha su principal característica para vivir de sus ganancias como youtuber: generar morbo.
Este par de youtubers han mantenido un seguimiento puntual de lo que denominaron “Omniverso P3” (en referencia a Aimep3 y su vocabulario deficiente). Este seguimiento, muy inteligente de este personaje que con su morbo genera un humor involuntario, los ha hecho salir, incluso en la revista de circulación nacional mexicana TV Notas (revista de chismes televisivos y que ahora ha buscado incluir el “chisme” de Youtube).
Este proyecto me parece lo suficientemente importante (tanto para escribir una pequeña columna sobre él), ya que nos permite recordar y mantener por lo menos una fuerza contra corriente auténtica, no simplemente por “moda” de ser “políticamente incorrecto” (lo que buscan hacer muchos comediantes y fracasan en el intento por no ser auténticos), sino por un contenido inteligente, dedicado y que al final de todo, a pesar de abordar contenidos chatarra de Youtube, nos dejan un comentario siempre certero y útil en muchas otras circunstancias y ocasiones. Lo que los diferencia de otros en el rubro de la comedia y las “reacciones” en Youtube, es la inteligencia que demuestran para elaborar sus chistes, la forma de hilar las ideas siempre argumentando y el carisma, características por las que escribo sobre ellos y no sobre otros.
Los científicos sociales no debemos menospreciar e ignorar los contenidos de entretenimiento de internet, ya que son ellos, los que están formando el conocimiento e incluso la moral del humano del siglo XXI. Es inconcebible la vida del presente, incluso, sin el entretenimiento basura del que nos hemos formado tanto de la televisión, como del nuevo medio favorito: el internet y sus contenidos multimedia.
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