“Si los medios callan las redes hablan”
Los venezolanos no nos olvidamos de Gustavo Petro. Y como nos asiste el deber de la memoria, recordamos, como si fuera ayer, cuando este político se hizo vector de un montaje tramposo, producto de una foto mentira que pergeñó la tiranía chavista para continuar torciendo la realidad y hambreando a los venezolanos.
Por un lado, Maduro se ufanó en ocultar la verdad y por el otro, Gustavo Petro blasonó por el supuesto logro de la revolución bolivariana, con una falsa concentración de personas, con una vil foto mentira, encargándose de diseminarla, sin demoras, y sin el más mínimo atisbo de prudencia, a sus compatriotas colombianos a través de sus redes sociales.
Pero Petro, además, quiso redituar el asunto y se propuso traer agua a su molino denostando del canal RCN —con ese espinoso afán que tiene la izquierda de sembrar la idea que para que uno sea bueno el otro debe ser malo—, e incrustó el insidioso mensaje, amarrado a la foto:
“Como @noticiasRCN sólo sacará una marcha. Les muestro las dos marchas de hoy en Caracas”.
No contaba, el ahora candidato a la presidencia de Colombia, que RCN si mostró los dos las dos caras del hecho. Y lo dejó en evidencia, cuando no en franco ridículo, sobre el ardid del chavismo y la maquinaria cubana que realizaron; y que consistió, básicamente, en sustituir una imagen de una concentración de 2012 para ocultar la desasistida marcha de 2016. Y a falta de “pueblo” intentaron frisar, sin éxito, su fracaso con un fotomontaje.
Gustavo Petro bien pudiera alegar que este revés se trató de un error. Un cálculo mal atravesado. Que esto le puede ocurrir a cualquiera como le ocurrió. Que estaba desaviado. Y es posible que le asista la razón o más bien, que le demos el beneficio de la duda. Pero ocurre que cuando se es figura pública penden sobre sus hombros una doble responsabilidad. Pero supongamos que se dejó llevar por sus emociones, por lo que alguna vez dijo del dictador Hugo Chávez (…)“Si viviste en los tiempos de un gran líder latinoamericano…”. (Marzo/05 -2013). Pero bueno, pongamos por caso que el que inocentemente peca inocentemente se condena y que después recoger el agua derramada es todavía más difícil cuando se les hablan a las audiencias.
Pero lo que, si quedó claro con este montaje, fue la poca hacienda de Gustavo Petro. Su mala fe y, sobre todo, que no juega limpio. No importándonos que en la política no hay nada inocente, los políticos y los verdaderos demócratas deben actuar con pulcritud. Eso, como ciudadanos, tenemos derecho a exigirlo.
Pero, ¿acaso habrá quedado Gustavo Petro como un relamido puesto al servicio de la autocracia venezolana y la maquinaria cubana? No lo sabemos. Eso quedará en sus fueros y su ideología para la que sirve. Pero los hechos, todos devenidos de su calamitosa administración en Bogotá, y frente a la dictadura que comete delitos de lesa humanidad, nos da licencia para considerarlo indeseado. Por lo menos para nosotros los venezolanos.
Pero por qué los venezolanos traemos a colación este triste hecho. Varios son los motivos. Anótenlos Colombia.
Porque queremos que Colombia abra los ojos.
Porque no queremos que nuestros hermanos colombianos vivan la misma tragedia que vivimos.
Porque Gustavo Petro, ahora candidato a la magistratura del país, suscribió la mentira de los felones que hoy comenten delitos de lesa humanidad a los ojos de todo el mundo.
Porque no nos olvidamos que fue Gustavo Petro quien capitalizó la división y el odio, cuando llevó las riendas de Bogotá, desde el 2012 al 2015.
Porque aprendimos y sabemos, que, si parece un pato, nada como un pato, y grazna como un pato, entonces posiblemente sea un pato. Entonces sépanlo, es un pato.
Porque por este mismo camino, comenzó la peor tragedia del país y la peor dictadura jamás haya padecido Venezuela en su historia.
Y porque tanto colombianos como venezolanos no podemos desoír y olvidar la historia. Allí está. Y debemos consultarla.