Duele que una ciudad como Medellín tenga como Alcalde a un inexperto, ególatra, improvisador, tramposo, mentiroso, fachada como Daniel Quintero. Aún me cuesta entender cómo algunos ciudadanos votaron por él.
Qué fue lo que creyeron. Se dejaron enredar con que era de un barrio popular, que era pobre y que se parecía a la mayoría de los ciudadanos y eso los sacaría de pobres. Que supuestamente era independiente y eso alejaría a corruptos y politiqueros de la plata de Medellín. Ese fue el humo que vendió.
Nada de lo anterior es cierto. No es pobre, tiene lo justo y un poquito más. Al barrio Tricentenario volvió pero en campaña. No es independiente. Siempre ha estado en la política, igual que su hermano Miguel, un mediocre concejal del partido Verde que no asoma la cabeza pero que actúa tras bambalinas. En Bogotá, la ciudad en la que ha pasado casi toda su vida, fundó lo que denominó el Partido del Tomate. De ahí saltó al partido Liberal y fue candidato a la Cámara por Bogotá pero se quemó. Estuvo en el gobierno Santos y luego apoyó la campaña presidencial de Gustavo Petro. Es decir, ha sido liberal, Santista, Petrista y ahora ¨independiente¨. Como dicen: se acomoda más que un desvelado.
Al oído le hablan todos los politiqueros malucos de siempre. Empezando por el expresidente César Gaviria y su hijo Simón, con su combo de bogotanos que solo conocen el Club El Nogal, pasando por el exgobernador de Antioquia Luis Pérez. De este último copió la estrategia populista y de lucha de clases de pelear con los empresarios de Antioquia (GEA) para hacer creer que está protegiendo el patrimonio de los antioqueños, cuando lo único que hace es calcular votos y poder.
Él se proclama como brillante y conocedor de temas de innovación. Basta con preguntar en el MinTic a algunos antiguos compañeros suyos para que coincidan en describirlo como un paquete. Fue viceministro por política y no por conocimiento.
Se está marcando como el que lucha en contra del establecimiento, de los que llevan años en el poder, de grupos económicos, etc. Un discurso de lucha de clases que divide a la ciudad y con el que perdemos todos.
El empresariado antioqueño ha aportado mucho a esta ciudad, a su tejido social, en inversión, empleo, en unión, en la mezcla indispensable de empresa, Estado y academia. Claro que ha ganado, eso no tiene nada de malo, las empresas no son fábricas de pérdidas. En una sociedad se necesitan empresarios generadores de riqueza, lo que significa empleo, desarrollo, impuestos , etc.
Le están copiando ese discurso, la gente se lo esta comiendo completico. Los populistas son solo eso: empaque y poco contenido. Bogotá fue un desastre después y con Petro, Venezuela es un país perdido después de Chávez y Maduro, Cuba es un agujero negro de los Castro y Quintero es la desesperanza para Medellín.
Es suficiente con salir a la calle. La pandemia nos encerró y a muchos no les permite ver cómo están las calles de la ciudad. Los semáforos están llenos de mendicidad, de propios y venezolanos, de pobreza. El hambre no diferencia. Circulen las calles de Medellín y serán testigos. Dónde esta el alcalde que quiere reivindicar al pueblo y darle lo que se merece. Dónde están las oportunidades para esos ciudadanos y migrantes. Dónde está la primera dama y las instituciones sociales de la ciudad protegiendo los derechos de los niños que están en la calle pidiendo limosna.
Serenatas callejeras en los barrios y porterías de edificios son un pan diario. Los mariachis, merenderos, dúos, papayeras, comparsas, llegan con su música donde los escuchen y les den algo para vivir. A gritos llegan familias desesperadas a cuadras y edificios a pedir comida y mercado. Dónde esta el Alcalde del Medellín del futuro para apoyar estas iniciativas culturales y generar empleo en medio de esta incertidumbre. En twitter, ahí lo encuentran.
Nos tiene encerrados por la pandemia, llevamos 8 meses con él y 6 en cuarentena, una eternidad para tantas noticias malas y las que vienen.
Ha dejado claro en estos 8 meses que no sabe de la ciudad, no la conoce, no la respeta, gobierna con su ego, con su trampa y con politiqueros de siempre. Ese es el alcalde preparado e independiente.
También hay un Concejo silencioso, que le falta rigor y control político. Dirían que está enmermelado. No hay pruebas para asegurarlo, salvo la costumbre de la política tradicional que bien conoce Quintero. Solo el concejal Ramos le hace oposición pero es apenas obvio, fue su principal contendor de campaña.
Es agobiante pensar en lo que se viene, es asustador tener a Medellín en manos de este paquete. No permitamos que vuelva la desesperanza y por favor, por favor a la hora de votar hay que pensar muy bien, asumir una actitud crítica y no dejarse vender tanto humo. Los vendedores de humo se disfrazan de independientes.
¡Empacar y devolver para bogota el paquete!